Un restaurante del centro de Moscú albergó el enlace más grandioso jamás visto entre Gutseriev Said, hijo del magnate Mikhail Gutserievun y Khadija Saeedl. Sting apareció por sorpresa y fue la estrella mejor pagada: algo más de un millón y medio de euros por su actuación durante la cena.
Jennifer López cobró algo más de un millón y subió a cantar parapetada por seis bailarines de su compañía que interpretaron complicadas coreografías.
La menor remuneración fue a parar a Enrique Iglesias que se embolsó algo menos de medio millón.
La boda ha llegado a ser valorada en algo más de 9 millones de euros, un despilfarro que ha causado el alboroto de las redes. Una profunda crisis lleva insertada en Rusia desde hace dos años, época en la que el magnate ruso del petróleo, Mikhail Gutseriyev y padre del novio decidió intervenir en un vídeo en el que enseñaba (y aconsejaba) a los rusos la mejor manera de ahorrar ante la que se avecinaba.
Con una fortuna de 6,3 billones de euros no pudo evitar festejar la boda de uno de sus dos hijos.
Gutseriev Said, el recién casado, es director de la empresa con la que controlan los mayores yacimientos de petroleo de Kazajistán y Azerbaiyán. La impresionante tarta de boda que tuvo, que ser trasladad por seis camareros, fue fotografiada por muchos de los 600 invitados al enlace.
En el interior se recreó un bosque igual de espectacular.
El evento ha sido considerada la boda 2.0, la más cara de la historia o en la que más se ha despilfarrado ya que se piensa que el despliegue mayor no se conoce. Otra pregunta se cierne sobre el enlace del siglo, ¿por qué Khadija Saeedl, la sufrida novia, llevaba bolso? ¿Escondía en él los diamantes con los que se pagaron los festejos?
La pareja se encuentra en Londres, su primera parada de la luna de miel, y donde según todos los rumores proseguirán la fiesta con sus amigos londinenses a los que agasajarán con actuaciones de Beyoncé o Elton John.