Da igual que llueva, truene o relampaguee. Ell@s siempre están ahí. Al otro lado del photocall. Detrás de la valla. Expectantes para ver de cerca a alguno de sus ídolos, conseguir una foto o un autógrafo de algún famoso para luego alardear en redes sociales, o simplemente a echar la tarde junto a las amigas. Much@s sueñan con esa vida de glamour, con saltar esa barrera y posar para los fotógrafos. Mira aquí, a la derecha, a la izquierda, arriba, abajo.
Posibilidades a lo largo de la semana hay decenas. Todos los días hay algún evento en Madrid en el que las celebrities patrias pasean sus mejores galas y posan con su mejor sonrisa. Sin embargo, lo que para unos es glamour, una diversión, para otros en realidad forma parte de su trabajo. Un trabajo de promoción.
Una tarea que comienza mucho antes de pasear por la alfombra que les lleva al photocall. Muchos antes de los clicks de los fotógrafos. Y es que en eventos de estas características, además de lo jugoso de las declaraciones que se den, lo principal es la imagen. Maquillaje, peluquería, vestuario. Para esto último, ya saben, el showroom es su mejor aliado. Allí acuden para que les presten modelos.
Después, esos showroom harán un clipping o recopilación de artículos donde haya salido la celeb con su look. Cada aparición en prensa tiene un valor monetario. A más fama, a más interés, en más medios se saldrá. A más medios, más promoción para la marca. Y de no conseguir ciertos objetivos puede aparecer el temor a no poder volver a optar vestir ciertas marcas.
“Es una manera de tener presencia quizá cuando no hay tanta televisión y hay marcas detrás. Para mí supone un trabajo. Creo que forma parte intrínseca de nuestro curro. A veces te apetece más, a veces te apetece menos. Pero hoy, por ejemplo, yo he sido chica Corte Inglés, he hecho anuncios para ellos”, comenta la presentadora Adriana Abenia a JALEOS.
La aragonesa es una de las habituales de estos eventos. También lo son rostros como Carmen Lomana, Berta Collado, Topacio Fresh, María Castro, Ana Fernández, Alaska y Mario Vaquerizo… No obstante, todo depende del tipo de evento, de la relación con la marca o el organizador, o de la necesidad de promocionar un trabajo o a sí mismo.
Un compromiso social
“Yo soy la galerista más photocalleada”, confiesa Topacio Fresh. “No todo es tanta diversión. Mitad y mitad. Según la marca que tienes detrás, es un trabajo. Y cuando es una fiesta es por diversión. También hay mucho corporativismo. En ese sentido hay que dar buena imagen, hablar con los medios porque hay un intercambio económico o promoción”.
“Creo que los primeros años, una es adicta a los photocalls hasta que se da cuenta que puede ser una herramienta que te puede ayudar. En mi caso, por ejemplo, a contar qué exposiciones tengo. Pero, a veces, cuando muchas marquitas detrás y esas marquitas no dan nada, prefiero no moverme de mi casa”, añade la conocida amiga de Alaska y Mario.
En este sentido también se muestra Lomana. “A veces es una diversión, pero la mayoría de las veces es un trabajo. Aunque más que un trabajo es un compromiso. Un compromiso para acompañar a amigos o personas que quieren que estés con ellos. Yo nunca cobro por posar en un photocall, a no ser que yo sea la imagen de ese evento”.
Un compromiso que a veces termina cuando se apagan las cámaras de las televisiones y los periodistas dejan de preguntar -ya que algunas celebrities deciden volver rápidamente a casa-, o que continúa dentro del evento donde, además de la diversión, se continúa con la labor de relaciones públicas.