El Día de la Hispanidad siempre deja jugosos titulares. El protocolo, mezcla de estilos y políticos de toda índole convierten el acto en un desfile, cada vez más, compuesto de gestos. Aún así, donde el carácter y las maneras de cada invitado suelen quedar en evidencia, transcurren en el besamanos posterior en el Palacio Real.
Este año, a diferencia del anterior, el paseíllo estuvo compuesto por la esfera política y alguna pequeña concesión a periodistas reconocidos. Así los errores y aciertos resultaron menos evidentes.
Casi el cien por cien de los políticos invitados han asegurado su imagen aferrándose a la corbata azul en sus diferentes versiones. Las únicas excepciones las protagonizaron los más jóvenes y, por consiguiente, atrevidos.
El trono solo puede ser para uno y los dos políticos con mejor imagen del panorama nacional han coincidido en corbata fina y carmesí. Albert Rivera y Pedro Sánchez derrocharon seguridad y buenas maneras aunque fue el catalán el que demostró una mayor sintonía con el Monarca. ¿A quién alzamos con el trono?
Elvira Fernández Balboa, Viri, no se saltó el protocolo. Acudió a la cita con total look negro sólo roto por chaqueta blanca de cremallera con collar de perlas y pendientes a juego. Nuestra primera dama conjuntó cartera y stilettos en charol. Su apuesta no defraudó aunque muchos piensen en que el poco riesgo de la mujer del presidente finalizó. Su estilista, Jaime de los Santos, sigue ocupando la Concejalía de Cultura y se encuentra más atento a sus deberes, y a su jefa Cristina Cifuentes, que a resolver los problemas de vestuario de Presidencia.
Soraya Saénz de Santamaría personificó uno de los resbalones del día. Su abrigo hecho de retales en patchwork y ribeteado en ante personificaba en la vicepresidenta una digna protagonista de Las Bodas de Fígaro. Hubiera acertado con el vestido interior y los salones morados que portaba para no parecerse a un Cherubino.
La ministra de agricultura tuvo una gran intención al elegir este modelo perfectamente confeccionado en morado. Al ser un acto por la mañana se echa de menos más tela en la parte superior. Un diez para los complementos pero, los tirantes no suelen ser un buen aliado ante presencia real.
El saludo de la semana tiene nombre propio: Paloma Segrelles. El año pasado no acertó pero, no puede volver a suceder. Por mucho que tu estilo sea atrevido no puedes acudir a una recepción real con una malla de animal print morada de cremallera y zapatos a juego. Todavía menos concederte la licencia de repetir modelo poco acertado. Por lo menos, no se le ocurrió recargarlo con complementos.
Su madre acudió a la cita con traje de chaqueta en el destacaba el print floral. Quizá, si hubiera dejado el bolso de charol en casa y se hubiera subido a unos tacones más sofisticados, la elección podría mejorar.
En ocasiones es mejor deshacer el protocolo pero, seguir fiel a la personalidad. Mariló Montero no lo siguió pero, representó el look ganador. Optó por un traje smoking blanco con pendientes largos de cadenas tipo años veinte, cartera negra con láminas doradas y guantes negros.
La ex presidenta del gobierno de Madrid no supo conjugar las prendas. Un vestido de guipur con perfectos pendientes a juego. Las sandalias plateadas con el bolso de piel no casaban con el resto del conjunto. La intención era más que buena.
Ana de Palacio quiso destacar en el día del desfile militar. La mezcla de colores, el foulard de rayas y las plataformas de geisha no pasaron desapercibidas. Le daríamos un diez para pasear por Serrano pero, para la cita real too much.
La presidenta de Madrid se atrevió con un conjunto caldera toffee con rayas en lima y galones étnicos. Sin duda se expuso pero, resolvió bien la ex delegada del gobierno. Podría mejorar si la cartera de marca omnipresente la hubiera dejado en casa.
Es de obligado cumplimiento terminar con la representación del mayor ascenso de los últimos años. La consejera de estado se paseó por el Salón del Trono cual jovencita del Upper East Side. Si se quiere se puede.
Fuera de escrutinio los actuales Reyes no han abierto en esta ocasión el elenco de invitados. A buen seguro otros actos reales serán más abiertos y con un elenco mayor de invitados. El día en el que se pasa lista al ejército se ha preferido dejar fuera a toreros, actrices y directores que estuvieron presentes el año pasado.