Todo el mundo tiene miedo a algo, bien sea a la muerte, a la enfermedad, soledad, a algunos insectos, etc. No importa a lo que se tenga miedo, lo que importa es aprender a reconocerlo para poder superarlo. Sólo así podemos enfrentarnos a ello y hacer que nada nos frene en nuestra vida.
El miedo es una emoción que experimentamos ante ciertas amenazas. Hay temores que son razonables y otros son irracionales. Lo que está claro es que existe y está presente en nuestra vida y aparece en el momento menos esperado. Podemos aprender a controlarlo y a vencer el miedo. Te explicamos cómo.
Cómo reconocer el miedo
Es normal que todos tengamos miedo. Podemos experimentarlo cuando se comienza una relación, se conduce por primera vez o se está cerca de un animal que no nos gusta. Eso es algo normal, pero cuando los miedos comienzan a tomar el control de nuestra vida y a afectarnos, tenemos un problema.
Puede aparecer una situación de angustia que nos bloquea y generar ansiedad, inseguridad, nerviosismo e incomodidad. Es necesario pararse a pensar y reflexionar qué es lo que sucede y cuánto está afectando esta situación a nuestra vida. ¿Es una situación que evita que sigamos adelante?
Debemos tratar de buscar el origen que nos provoca la situación de miedo y debemos intentar analizar bien en qué situaciones podemos llegar a entrar en pánico.
Cuáles son sus síntomas del miedo
Normalmente los síntomas del miedo suelen manifestarse como alguna fobia, aunque otras veces es diferente. Cuando se tiene verdadero pánico, se pueden sufrir diferentes reacciones mentales fisiológicas o emocionales.
Entre los síntomas que pueden presentarse cuando se tiene miedo, podemos destacar:
- Necesidad de apartarse de la fuente que lo provoca.
- Aumento del ritmo cardíaco
- Aparentes problemas para respirar (pecho oprimido, poca capacidad pulmonar, etc.)
- Ansiedad.
- Sudor frío.
- Nerviosismo.
- Poca o nula facilidad para hablar.
Pasos básicos para vencer el miedo
En general, para vencer al miedo tenemos que seguir unos pasos básicos que debemos cumplir si queremos tener éxito en nuestra lucha contra el miedo:
- No huyas de él: el miedo no se vence ignorándolo, sino enfrentándote a él.
- Acepta que existe: tratar de convencernos de que no es miedo lo que experimentamos no nos ayudará. No eres más débil por reconocerlo, al contrario, mostrarás una fortaleza que muchas personas no son capaces de lograr.
- Ten confianza: ten confianza en ti, en el fondo es uno de los grandes secretos para vencer al miedo, la confianza en uno mismo puede romper barreras que de otro modo no serían posibles de atravesar.
Exposición al miedo, pero con ayuda
Para vencer al miedo hay que luchar de frente contra él. Exponernos a él puede ser un gran problema, pero siempre podemos pedir ayuda a un familiar o a una amistad de confianza. La exposición paulatina al miedo nos ayudará a ir venciéndolo poco a poco.
Por ejemplo, el miedo a las alturas es algo muy común en muchas personas. Por ello, tomar contacto con sitios altos puede ser de gran ayuda. Por ejemplo, dar un paseo por un puente que no esté demasiado alto puede ser un inicio. No hay que arrimarse al borde sino pasear, tranquilamente, para que la persona vea que no pasa nada al estar a cierta altura. Todo debe ser realizado con normalidad.
Montarse en una noria con un familiar, la pareja o una amistad puede ser un paso bastante importante. Mientras se está subiendo, coger la mano o abrazarse, proporcionará una mayor sensación de seguridad en la persona que tiene miedo.
No hace falta tener que mirar hacia fuera, se intentar mantener cierta distracción, por ejemplo, hablando mirándose a los ojos. La visión periférica hará el resto. La persona que sufre miedo seguirá consciente de que está a cierta altura, pero sabrá que está acompañado de alguien que le da seguridad.
Poco a poco la sensación de miedo se irá difuminando, aunque es un proceso lento y dependiendo de la persona tardará más tiempo o menos en desaparecer por completo.
Este ejercicio de exposición paulatina al miedo puede aplicarse a otros tipos de miedo, por ejemplo, a quienes temen a los perros, a los insectos, a la soledad, etc. Con voluntad y una exposición paulatina, todo se consigue.
La importancia de la relajación
Es cierto que en determinadas situaciones, nuestro cuerpo reacciona de diferentes formas. Hemos visto algunas reacciones, pero éstas pueden ser controladas con la práctica de ejercicios de relajación. Lo importante es ignorar la sensación de miedo, sobre todo, porque en muchos casos, la percepción de peligro que tenemos no es real.
La relajación ayudará a decir a nuestro organismo que no sucede nada y que no hay peligro, que no hay nada que nos pueda hacer daño. Respirar profundamente y concentrarse en la propia respiración puede ser un buen ejercicio de relación. Nos ayudará a liberar tensiones, estrés y la ansiedad.
Es necesario practicar en casa esta clase de ejercicios ya que pueden ser de gran ayuda.
Sentir miedo no es malo
Debes recordar que sentir miedo no es malo. Es una emoción natural que se activa cuando estamos ante lo que creemos que puede ser una situación de peligro, a veces es real, otras veces no.
Hay que diferenciar las emociones y no confundir el miedo con vergüenza o inseguridades.
Ahora ya sabes que con ayuda podrás enfrentarte a tus miedos, superarlos poco a poco y, sobre todo, podrás aprovecharte de ellos para tu propio beneficio.
No es algo que se elimine de la noche a la mañana, pero con voluntad se puede lograr. Sólo debes proponértelo y buscar ayuda de alguien de confianza que te comprenda y te ayude.