En ocasiones, cumplir con nuestras obligaciones laborales puede convertirse en toda una tortura. Y no solo por la presencia de los jefes exigiéndonos informes y balances con mucha insistencia. Después de acostarse tarde la noche anterior o de haber dormido poco lo más normal es que el sueño nos acabe venciendo en algún momento de la jornada.
Por mucho que miremos el reloj, parece que los minutos no corren y el día en la oficina se puede eternizar. A media mañana es posible que comencemos con los bostezos, pero también es muy frecuente esto después de la comida. Daríamos una parte de nuestro sueldo para echar unos minutos de siesta y así poder enfocar el resto de la tarde con más energías, pero no siempre es posible.
Seguro que en más de una ocasión te has ido de fiesta y al día siguiente te tocaba madrugón. Como es lógico, esto acaba siendo contraproducente porque el cuerpo no tolera tanto tiempo sin descanso. Pero la situación se agrava cuando desempeñamos una actividad que nos exija mucha concentración.
Los motivos por los que te da el sueño en tu trabajo
El sueño en el puesto de trabajo puede entrarnos por muchos motivos. No hace falta que se haya salido de noche para que luego nos pase factura el cansancio durante la jornada laboral. También puede estar motivado por la ausencia de unos hábitos saludables.
De hecho, lo aconsejable es acostarse siempre a la misma hora y tratar de dormir las mismas horas a diario. Es importante que nuestro organismo se adapte a esto y no se vea condicionado por los constantes cambios.
Evita en la medida de lo posible las comidas pesadas y picantes, además del alcohol.
Por qué debo cenar ligero
Es necesario que la cena sea lo más ligera posible, sobre todo para que nuestro sistema digestivo trabaje más a gusto. Aunque nosotros nos vayamos a descansar, el organismo sigue en funcionamiento, de ahí que se recomiende optar por comidas saludables y poco pesadas. Las ensaladas o tortillas pueden ser una buena opción.
En la medida de lo posible, trata de cenar lo antes posible, para que nos vayamos a la cama con la digestión hecha. No es conveniente acabar de comer y meternos en la cama.
La opción de la siesta siempre triunfa
No hay nada más español que la siesta. Si comprobamos que las horas de sueño no son las suficientes por la noche, no estaría de más echarse una siesta siempre que nuestros compromisos profesionales nos lo permitan.
Eso sí, como todo en la vida, se precisa de moderación. Cuando hablamos de una siesta nos referimos a una corta, de unos 20 o 30 minutos como máximo. En el caso de que nos excedamos, lo más probable es que luego de noche nos cueste mucho más conciliar el sueño y estemos varias horas dando vueltas en la cama sin poder dormir.
Salir a despejarte
Cada vez hay más trabajos de jornada continua, que exigen estar al pie del cañón prácticamente ocho horas seguidas sin descanso. Permanecer tanto tiempo encerrado en una oficina, delante de un ordenador y con un alto nivel de concentración también llega a desgastar mucho y provocar una pérdida de energías.
De vez en cuando se recomienda salir a la calle y tomar algo de aire fresco. Así nos garantizaremos recibir la adecuada dosis de vitamina D y conseguiremos despejar la mente. Además, así conseguiremos resultar más productivos en nuestro puesto y no nos dejaremos arrastrar por el sueño.
Hacer algo más que ir a trabajar
Está claro que por la situación laboral nos entregamos en cuerpo y alma al trabajo. Tratamos de ofrecer el mejor rendimiento posible y agradar a los jefes. Pero en la vida no todo se limita al trabajo. También es preciso que se desarrollen otras actividades más allá de las profesionales.
Nunca estaría de más realizar ejercicio físico, apuntarse a actividades que nos distraigan, como puede ser aprender idiomas o pintar, o tener una vida social intensa con gente ajena a la empresa. Cualquiera de estas opciones nos permitirán relajarnos y desconectar la mente.
Es probable que si somos un tanto desorganizados en el trabajo acabemos acusando mucho más la falta de sueño. En la medida de lo posible procura programar tus tareas desde bien temprano e incluso puedes actuar con un tanto de previsión y dejarlas planificadas el día antes. Así evitaremos perder tiempo cuando lleguemos a la oficina y no sepamos por dónde empezar.
Otros trucos para no verse derrotado por el sueño
Hay muchas maneras de vencer al sueño. Si las anteriores recomendaciones no te han convencido siempre que te queda la posibilidad de recurrir a los métodos tradicionales. Son muchos los trabajadores que nada más llegar a su puesto se preparan un café o lo cogen en la máquina. Y así pueden estar toda la mañana con tal de sortear el cansancio que traen de casa. A los que no les guste el café también tienen la posibilidad de elegir té o infusiones.
Es importante que el organismo permanezca correctamente hidratado para no pierda energías y se encuentre con fuerzas. Hay gente que también se decantan por los refresco de cola por su alto contenido en cafeína. Es otra solución, aunque tampoco se pueden considerar las más saludables debido a la gran cantidad de azúcares que suelen llevar.