Los bebés recién nacidos siempre suelen tener mocos o flemas. Esto es muy habitual, y los padres nos agobiamos hasta que nos habituamos y cogemos cierta práctica para quitar los mocos al bebé, sobre todo si es recién nacido. Seguramente, el facultativo indicará una serie de trucos y consejos para aprender a sacarle los mocos a un bebé. Es cuestión de práctica y paciencia, y sobre todo, de hacerlo con mucha delicadeza.
Ya vimos en cómo sacar los gases a un bebé las distintas formas de hacerlo, ahora hablaremos de los mocos.
Cómo quitar los mocos a un bebé: lo que debes saber
Los mocos de los bebés son uno de los principales agobios de los padres, ya que suelen ser muy frecuentes, y los bebés estarán siempre molestos por la acumulación, pero tampoco les gustará que le hurguemos en la nariz y tenderán a resistirse. Sin embargo, es necesario despejarles la nariz para que puedan comer y dormir en condiciones óptimas.
Para saber cómo quitarle los mocos a un bebé, hay una serie de prácticas muy habituales, que no necesitan medicación, y que se dan en condiciones de mucosidad normal de los bebés. Hay que saber que los mocos no suponen ningún riesgo para la salud del niño, ya que la mucosidad ayuda a proteger el aparato respiratorio de agresiones externas, atrapando bacterias y polvo, exactamente igual que en los adultos. Pero si la mucosidad aumenta, es necesario eliminarla porque entorpece la respiración, y también la alimentación y el descanso.
Cómo destapar la nariz: trucos, técnicas y consejos
Quitar los mocos de un recién nacido no es tarea fácil, por las dimensiones pequeñas de su nariz y porque sufrimos ante la posibilidad de poder hacerles daño, pero hay trucos para hacerlo de una forma efectiva, y que les moleste lo menos posible. Además, se sentirán muy aliviados.
También son válidos para quitar los mocos de bebés algo más mayores. Se trata de dos pasos muy sencillos que se deben hacer de forma rápida: el lavado nasal para quitar los mocos del bebé con suero, y la aspiración de la mucosidad. Lo único que varía sensiblemente es la postura en la que debemos colocar al bebé, teniendo en cuenta si es un recién nacido o un bebé de más meses.
El lavado nasal consiste en aplicar un lavado para despejar la nariz, que también es beneficioso para limpiar la mucosa nasal del bebé y mejorar así el aparato respiratorio. Necesitaremos suero de farmacia para aplicar este lavado nasal, y éste se puede hacer con el niño tanto tumbado como sentado, todo depende de la destreza que tengamos con los bebés, por lo que a los padres primerizos se les aconseja que cuando el bebé sea recién nacido, lo mejor es tumbarlo.
También es muy aconsejable que el bebé permanezca tumbado cuando aún no sujeta la cabeza. Los pasos son los siguientes:
- Tumbamos al bebé con la cabeza ladeada, y le echamos un poco de suero fisiológico, unos 5 ml., con una jeringuilla o un aplicador monodosis. Le introducimos la jeringuilla por el orificio nasal que queda más arriba, para que la mucosidad arrastre hacia el que queda abajo.
- Después, repetimos la operación para limpiar el otro orificio, girando la cabeza del bebé, para que los orificios nasales queden justo del otro lado.
- Con los bebés de más edad, podemos hacérselo sentados, con la cabeza ligeramente inclinada hacia un lado.
- Limpiaremos igualmente el orificio que queda más arriba, para que la mucosidad se arrastre y salga por el orificio de abajo, y luego le inclinaremos la cabeza hacia el otro lado, realizando la misma operación.
Tras este lavado nasal, lo más aconsejable es utilizar un aspirador nasal para arrastrar cualquier mucosidad que haya podido quedar en el interior de la nariz, y también para limpiar los restos de suero que han quedado. Este aspirador nasal con cánula es rápido, por lo que para el bebé el trance será inmediato, y apenas lo notará.
- Introducimos la punta del aspirador en uno de los orificios de la nariz, pero no lo hacemos completamente, para no crear un vacío en el interior.
- Aspiramos rápidamente, y oiremos un ruido como si se estuviera aspirando con una pajita el resto de una bebida. El aspirador se debe mover de forma circular, así limpiaremos la nariz por completo.
Si no estamos muy seguros de hacerlo bien, lo mejor es haber aplicado suero nasal, y con eso, en principio, será suficiente, ya que hay expertos pediatras que no son muy partidarios de la aspiración, ya que si no se hace bien y rápido, se puede dañar un oído tan delicado como el del bebé.
Por otra parte, los médicos nos advertirán de que nunca, bajo ninguna circunstancia, se deben usar los bastoncillos de algodón para sacar los mocos del bebé porque se trata de un elemento rígido, que puede dañar sus fosas nasales.