Las luces iluminan nuestro camino y nos ayudan a ser vistos por los demás. Un incorrecto mantenimiento de los dispositivos de iluminación puede suponer que seamos multados, que no superemos la inspección técnica de vehículo (ITV) o, todavía peor, que suframos o provoquemos un accidente.
Cuando hablamos del mantenimiento de los faros nos referimos a la limpieza de los faros por dentro y por fuera. En este artículo nos centraremos en la limpieza externa ya que es muy complicado acceder al interior de los focos sin las herramientas adecuadas.
En otro artículo ya vimos cómo pulir los faros de un coche. Ahora veremos cómo limpiarlos.
Cómo limpiar los faros del coche que están amarillos
Cuando el material que protege las luces del automóvil adquiere un tono amarillento es la señal que nos indica que debemos limpiar los faros del coche cuanto antes.
Si dejamos de limpiar nuestras gafas no pasará mucho tiempo hasta que no podamos ver lo que tenemos delante de nuestros ojos. En el coche ocurre lo mismo, pero las consecuencias pueden ser mucho peores. Ese tono amarillo es provocado por la exposición del vehículo a los rayos del sol, sumado al polvo y a la suciedad.
A continuación, vamos a mostraros los pasos a seguir para restaurar los faros del coche:
- Lavado general: para poder realizar una limpieza a fondo, primero debemos lavar los faros con abundante agua y jabón. Asegúrate de que no queden restos de barro, arenilla o cualquier elemento que se haya podido adherir a la superficie. Una vez hecho esto, secaremos bien.
- Proteger las proximidades de los faros: ya que vamos a tener que 'rascar', es recomendable cubrir con cinta adhesiva los bordes de los faros, con el fin de no dañar la pintura. Debemos tener en cuenta que la propia cinta no dañe ningún material.
- Lijado: es la hora de lijar. Se puede hacer tanto con una lijadora como manualmente. Hay varios tipos de lija. Deberemos utilizar la que mejor se ajuste a nuestras necesidades. En caso de duda, es aconsejable pedir ayuda en alguna tienda especializada.
- Pulido: también se puede realizar manualmente. Para pulir los faros utilizaremos un disco de lana y un poco de pulimento líquido. Poco a poco iremos repasando todo el foco hasta que veamos que empieza a recuperar su tono natural.
- Aclarado final: volveremos a lavar los faros con abundante agua y jabón para eliminar todos los restos de nuestro trabajo.
- Secado: con una bayeta limpia, seca bien los faros. Tras el secado comprobaremos cómo ha merecido la pena el esfuerzo, los faros se verán relucientes y nuestra visibilidad al volante incrementada.
Remedios caseros para limpiar los faros del coche
Como para casi todo en esta vida, hay remedios alternativos para limpiar los faros de una forma rápida y económica. Estos trucos pueden ahorrarnos algo de tiempo, dinero y esfuerzo, y los materiales son fáciles de conseguir.
Para aplicar cualquiera de estos trucos no debemos olvidarnos de limpiar la zona previamente con agua y jabón, y secarla con un paño. También es recomendable cubrir los alrededores con una cinta y nuestras manos con unos guantes, que nos protegerán de los olores y la suciedad.
- Pasta de dientes: se trata de cubrir los faros con pasta dentífrica y extenderla por toda la superficie. Debemos dejar pasar unos minutos antes de retirarla. El objetivo es que la pasta de dientes actúe sobre la oxidación. Más tarde, retiramos la pasta, abrillantamos y secamos para comprobar los resultados.
- Ceniza: con ceniza y un poco de agua haremos una mezcla en un recipiente hasta que consigamos una pasta. Con un trapo iremos aplicando la pasta por toda la zona. Después bastará con ir retirando la pasta y aclarando bien para que no quede ningún resto.
- Vinagre: otro de los ingredientes con los que solemos contar en nuestras casas es el vinagre. Este líquido ha sido un artículo de limpieza muy utilizado a lo largo de la historia. Podemos mezclar agua y vinagre en el recipiente de un limpiacristales, rociar los faros con él y esperar durante un minuto. El último paso será limpiar la solución de vinagre del faro con un paño de microfibra. La mayor parte de la suciedad debe desprenderse con facilidad, pero puedes restregar un poco más si encuentras algo adherido a la superficie del faro.
- Bicarbonato: si buscamos una limpieza más profunda mezclaremos en una taza el vinagre con bicarbonato sódico, de forma que contenga dos partes de vinagre por cada parte de bicarbonato. Veremos cómo esta mezcla produce una espuma que extenderemos con un paño por los focos. Es importante que, a la hora de aclarar, no quede ningún resto de bicarbonato en los faros. Podemos hacer la limpieza final ayudándonos de una esponja. Para finalizar, de nuevo el paño seco y abrillantar.