Un periscopio es una herramienta que, sin movernos del sitio, podemos ver cosas que están situadas en un nivel distinto a dónde nos encontramos. Normalmente se usa para ver desde debajo del agua lo que hay encima, aunque realmente se puede usar para muchas otras cosas. Consiste, básicamente, en dos espejos situados en los extremos de un tubo, con la orientación adecuada para que la imagen reflejada pase del primer espejo al segundo y de ahí a nuestros ojos.
Ya os mostramos la manera de hacer un caleidoscopio, una manera muy práctica de generar ilusiones ópticas. Hoy os vamos a enseñar cómo hacer un periscopio.
Un periscopio casero sumergible casero en 6 pasos
Un periscopio se puede construir con cualquier material, y existen decenas de tutoriales en internet que explican cómo fabricarlos con papel, eso sería sencillo siguiendo los remedios caseros que te indicábamos en cómo hacer papel con reciclaje, así cuidaríamos del medio ambiente pero nuestra idea es que se pueda usar debajo del agua, y para ello debemos optar por un material sumergible, como el plástico.
Por eso os vamos a proponer un diseño simple que se puede hacer con niños aprovechando unos tubos de PVC de los que se usan para el agua. La principal ventaja de este periscopio es que se puede mojar, pero a eso se añade que es de un material resistente y que, por tanto, es improbable que se rompa el primer día que los niños jueguen con él.
Además, es un juguete que se puede personalizar, ya que se le pueden pintar, pegar o grabar cosas. Todo depende de lo artistas que os sintáis. Eso sí, si vais a sumergirlo, no lo pintéis con pintura soluble en agua o los niños saldrán de la piscina convertidos en arcoíris andantes.
Material
- Un tubo de PVC de unos 70 cm de largo.
- Dos codos de PVC con el mismo diámetro que el tubo principal.
- 2 espejos pequeños. No os compliqueis, se pueden usar espejos usados, como los del interior de los estuches de maquillaje, y ni siquiera es necesario que sean del mismo tamaño, solo que no estén rayados y se vea bien la imagen. Sólo hay que asegurarse de que los espejos miden un poco más del diámetro del tubo, unos 7 u 8 cm de ancho.
- 2 círculos de plástico flexible, tipo celofán, pero transparente.
- 2 gomas elásticas.
- Cola fuerte.
- Cinta adhesiva fuerte, de bricolaje.
Herramientas
Te compartimos un vídeo para seguir la explicación de cómo hacer un periscopio:
Como observáis en el vídeo, necesitaréis un cúter o alguna otra herramienta que pueda cortar el plástico.
Paso 1:
El primer paso es realizar dos ranuras en los codos, asegurándose de que ambas ranuras estén a la misma distancia del sitio donde se dobla el codo. Esto hará que el espejo quede colocado en la posición correcta. Por tanto, habrá que medir desde el vértice del ángulo, medir unos 3 cm y cortar la ranura con un ancho suficiente como para que el espejo pase a través de ella. Luego, hay que repetir la maniobra hacia el otro lado del ángulo, y hacer lo mismo en el otro codo.
Paso 2:
Montar la estructura del periscopio, uniendo los codos al tubo central. Hay que asegurarse que ambos codos quedan bien ajustados y, sobre todo, que apunten en direcciones contrarias.
Paso 3:
Reforzar las juntas entre las piezas con cinta adhesiva. Este es un paso opcional, pero hacerlo impermeabilizará mejor el aparato por si pretendemos sumergirnos con él.
Paso 4:
Encolar los bordes de ambas ranuras con una cola fuerte. El resultado sería mejor y más rápido con silicona o cola de contacto, pero se puede usar un pegamento fuerte pensado para manualidades si los niños son pequeños o no están muy acostumbrados a trabajar con este tipo de productos. ¡Lo importante es que nadie acabe con las manos pegadas!
Paso 5:
Pasar los espejos de ranura a ranura y dejar que se sequen. Solo hay que asegurarse de que la parte de espejo quede hacia el interior. Para comprobar que se ha secado bien, moved toda la estructura ligeramente.
Si los espejos están bien sujetos no se moverán, ni se saldrán de su sitio, ni producirán ningún ruido. Una vez comprobado que todo está correcto, lo mejor es usar cinta adhesiva para envolver la zona por donde sobresalen los espejos, ya que se trata de cristales que podrían romperse con el uso y resultar un peligro para los críos.
Paso 6:
Colocar los círculos de celofán en los extremos del juguete y atarlos con las gomas elásticas. Cuando ya estén sujetos, cubrir los laterales con cinta adhesiva para impermeabilizarlos. Hay que procurar que el plástico quede muy tirante, ya que va a ser a través de este que miremos. Una variante de este sistema de "tapa" es usar tapas de tubería de verdad para cubrir el celofán, habiendo quitado el 90% del plástico antes. Usar una tapa de verdad daría mayor estabilidad a las miras, pero también quitaría luz al interior del tubo, dificultando la visibilidad. No olvidemos que hablamos de espejos.
Luego, dejarlo secar durante el tiempo necesario para que esté completamente sólido y ¡ya está!, tenéis un periscopio perfectamente funcional a punto para ser usado en seco o en mojado, ideal para que los niños se lo lleven a la piscina y puedan tenerlo todo controlado. Y, además, este periscopio, al estar formado por tubos sólidos, es modular, es decir, podéis hacerlo más largo o más corto cambiando el tubo central, o podéis adaptarlo para ver cosas ocultas a la vista añadiendo codos y espejos.