Son muchas las personas que son amantes de la gastronomía italiana, siendo muchos de sus platos muy apreciados a nivel global. Los apasionados de la carne y la pasta seguro que quieren probar una deliciosa lasaña y la lasaña de pollo puede llevar a ser la favorita de muchos.
La preparación de este plato es mucho más sencilla de lo que se pueda pensar, por lo que cualquier persona podrá prepararlo de manera cómoda en su hogar y sin necesidad de muchos ingredientes. A buen seguro el resultado te podrá sorprender.
Ingredientes
Los ingredientes necesarios para preparar una lasaña de pollo para seis personas son los siguientes:
- 5 pechugas de pollo deshuesadas
- 250 gramos de láminas para lasaña
- 100 gramos de setas
- Queso mozzarella
- 250 ml de agua.
- 5 dientes de ajo
- 5 cucharadas de harina de maíz
- 2 hojas de laurel
- 25 gramos de mantequilla
- 1 litro de leche
- Aceite de oliva
- Una pizca de nuez moscada
- Orégano
- Sal
Para hacer esta receta habitualmente se usa carne de ternera o de cerdo picada, aunque en el caso de la lasaña de pollo no es necesario comprar las pechugas ya picadas. Esto se debe a que lo primero que se va a hacer es preparar la carne de manera que quede preparada para después desmenuzarla ayudándonos de un cuchillo o con nuestras propias manos.
Cómo preparar una lasaña de pollo
Para comenzar con la receta de la lasaña de pollo que está mucho más rica que la de carne picada hay que seguir una serie de pasos muy sencillos, que son los siguientes:
- En primer lugar, se debe poner el agua a hervir en una cazuela, añadiendo un poco de sal, orégano, pimienta, ajos y las propias pechugas de pollo. Se debe dejar que todo hierva durante unos 60 minutos a temperatura media.
- Una vez que termine la cocción habrá que sacar las pechugas del caldo, para luego dejar que enfríen y ya desmenuzarlas. Es un proceso que lleva cierto tiempo, por lo que es posible dejarlo listo del día anterior para reducir los tiempos.
- Hecho lo anterior es el momento de preparar la bechamel. Esta es la que aporta a la lasaña su sabor característico además de una gran textura. En este caso se debe añadir primero un poco de aceite, para luego incorporar la leche y las setas, y seguidamente añadir sal, pimienta y nuez moscada.
- Ahora habrá que llevar a ebullición y mientras tanto se debe disolver la harina de maíz en agua, siendo recomendable que el agua esté lo más fría que sea posible. El contenido ya disuelto se debe añadir a la mezcla de la sartén. Se debe remover bien y dejar hervir durante un par de minutos, para seguidamente apagar el fuego y esperar a que la bechamel espese al gusto de cada uno.
- Con la carne y la salsa ya listas, será el momento de preparar las láminas de lasaña. Para conseguir un mejor resultado, se recomienda seguir siempre las indicaciones de tiempo que ofrece el propio fabricante.
Habrá que poner en una olla un poco de aceite, sal y laurel; y una vez que hierva habrá que añadir las láminas de pasta, dejando que estas se cuezan. - En el caso de que se vayan a utilizar muchas de ellas, es aconsejable hervirlas por tandas, de manera que se pueda evitar que se lleguen a estropear a la hora de elaborarlas.
- Una vez hechos los pasos anteriores es el momento de montar la lasaña propiamente dicha. En una fuente de horno que tenga una forma rectangular, es el momento de crear una base con las láminas de pasta, colocando sobre ellas una capa de pollo y otra de queso, y luego se añade la bechamel. Se debe repetir este procedimiento tantas veces que como sean necesarias para llegar al tope superior del recipiente o acabes los ingredientes.
- Mientras se monta la lasaña se puede precalentar el horno a 180-200 grados centígrados. Una vez acabada de montar, se debe introducir la bandeja a media altura y dejar que se haga durante unos 20 minutos. De vez en cuando se le debe echar un vistazo, ya que cada horno es diferente.
- Una vez que esté dorada estará lista la lasaña de pollo para servirla. No obstante, también es posible gratinarla durante cinco minutos antes de servirlo.
¿Por qué comer la lasaña de pollo?
Siempre que se disfruta de una lasaña es habitual que lo hagamos con carne de ternera o bien con una mezcla de cerdo y ternero. Sin embargo, la lasaña de pollo ofrece muy buen sabor y resultados, además de que es muy suave.
La carne de pollo es alta en proteínas y baja en grasas, lo que hace que sea más sana que las carnes rojas. Además, es muy sencilla de digerir, haciendo que sea un plato que a pesar de ser consistente no llegue a notarse muy pesado en el estómago.
En lo que respecta a su acompañamiento, se aconseja que, si se va a apostar por uno, este sea ligero, como una ensalada, ya que la pasta llena bastante. Una opción es combinarlo con una ensalada de burrata, que combina el queso fresco de leche de vaca con tomates. De esta manera podrás disfrutar de un plato muy sabroso a la par que nutritivo.