Una ampolla es, básicamente, una acumulación de líquido que puede ser transparente o sanguinolento, y que es consecuencia de un roce repetitivo con el calzado, o de piel con piel (entre los dedos). No es otra cosa que un mecanismo de defensa de la piel que quiere proteger los tejidos interiores ante agresiones externas. Esta burbuja dolorosa surge en la capa de la piel más superficial, la epidermis.
Las ampollas en los pies son, sin duda, las más habituales, y suelen producirse fundamentalmente por la fricción continua de la piel contra los zapatos, sobre todo si estrenamos zapatos. Pero también por hongos como el pie de atleta, que puede producir infecciones y ampollas.
Cómo curar ampollas: pasos a seguir
Si nos ha salido una ampolla, sobre todo si nos ha salido una ampolla en la planta del pie, lo mejor es curarla cuanto antes, ya que ni siquiera seremos capaces de apoyar el pie correctamente para caminar. Aunque resulte desagradable, en la mayoría de los casos tendremos que hacer un pequeño orificio y drenarlas, es la mejor forma de curar las ampollas, y en cuanto salga el líquido, el alivio será inmediato.
Debemos seguir los siguientes pasos:
- Abrimos un pequeño orificio con una aguja de coser y un hilo. Es un poco doloroso, pero es la mejor forma de drenar la ampolla y que salga el agua que nos está molestando.
- Lavamos bien la zona con jabón, y aclaramos con abundante agua tibia.
- Secamos bien con una gasa y aplicamos un desinfectante con yodo.
- Tapamos la zona con una gasa antiadherente y cubrimos con un esparadrapo de papel, que tiene una mejor transpiración.
- En caso de que la ampolla tenga un tamaño grande y provoque muchas molestias, podemos colocar un apósito adhesivo llamado "segunda piel", como el compeed ampollas, que tiene una gran capacidad de cicatrización y alivia los dolores provocados por las ampollas.
Cómo prevenir la aparición de ampollas y rozaduras
Las ampollas se producen por la fricción y rozadura continuada en alguna zona de la piel, especialmente en los pies. Hay trucos que pueden evitar que estas ampollas aparezcan en lugar de tener que sufrirlas y recurrir a curar las ampollas.
La hidratación de la piel es fundamental. Hay que mantener la piel hidratada durante todo el año, porque así es muy probable que se eviten rozaduras y las indeseables rozaduras. Una piel que esté seca se rompe con mayor facilidad y es más probable que aparezca una ampolla, especialmente en los pies secos. Utilizar calcetines es también una buena medida de prevención en la aparición de ampollas, para que no se seque el pie y se mantenga en buenas condiciones de hidratación.
Además de mantener la piel hidratada, podemos prevenir la aparición de ampollas utilizando vaselina para el pie, especialmente si estrenamos calzado o vamos a realizar una caminata muy larga con zapatos ajustados. Podemos aplicar esta vaselina a las zonas más propensas a sufrir rozaduras.
El uso del calzado para prevenir la aparición de ampollas
Para prevenir la aparición de ampollas, lo más importante es utilizar un calzado adecuado, que es aquel que no nos aprieta ni nos está rozando continuamente, especialmente si tenemos los pies delicados y con más tendencia a la aparición de ampollas.
Comprar el calzado a última hora del día cuando tenemos los pies dilatados, es una buena opción para saber que los zapatos no nos apretarán, y por tanto, no se producirán ampollas. Además, si un calzado nos aprieta lo mejor es cambiar de modelo o incluso pedir una talla más y probar. No es aconsejable estrenar un calzado para ir a andar o pasear, o bien para lucirlo en un evento especial. El calzado nuevo no estará adaptado a nuestro pie, y antes de utilizarlo es mejor probarlo en casa hasta que se vaya adaptando de una forma progresiva, y así evitaremos que nos produzca una ampolla.
Si vamos a usar calzado de temporadas anteriores, es posible que nos moleste, por lo que deberíamos utilizarlo varios días antes de usarlo para salir o para caminar, para que no nos provoque rozaduras ni ampollas en la piel. En el caso de utilizar zapatillas deportivas para correr o hacer deporte, es mejor que compremos una talla más para que no nos quede demasiado ajustado, y nos provoque rozaduras y presiones en el pie. Hay tipos de calzados como las toreras o las manoletinas que, para muchas personas, resultan demasiado ajustados en su talla, por lo que también es conveniente adquirir una talla más, para que no nos aprieten y se produzcan rozaduras y ampollas.
Por último, en la actualidad existen zapatillas sin costuras de un mismo corte en su patronaje, y realizadas en material elástico, que son muy adecuadas a los pies delicados tendentes a sufrir ampollas. Protegen la piel contra las fricciones y conviene utilizarlas en casa para prevenir la aparición de heridas y ampollas en los pies, que son la parte del cuerpo que más las sufre.