Con la llegada del otoño a España, comienza la temporada de setas en el terreno gastronómico. Esto hace que muchas personas apuesten por consumir níscalos, setas de cardos y boletus, que son uno de los hongos comestibles más consumidos.
Estos son bajos en grasa, así como ricos en fibra y con un alto contenido de proteínas. Los boletus crecen por lo general en pinares y, en ocasiones, en bosques de hoja caduca. Tienen un olor agradable, así como una carne firme y jugosa, además de un característico sabor a avellana. El color varía del blanco crema al parduzco.
Los boletus tienen como una de sus características que no tienen láminas, como sí sucede con la mayor parte de las setas, sino tubos longitudinales. No obstante, hay que tener claro que hay más de un tipo de boletus y no todos ellos son comestibles.
El más famoso y el que más se consume es el boletus edulis, que tiene carne blanca, un sombrero viscoso y un color pardo claro. Asimismo, también hay que mencionar al boletus aereus, que se diferencia del anterior en que tiene un sombrero más pardo, que llega a parecer casi de tono negro. El tercero a mencionar es el boletus pinophilus, que posee un sombrero más pardo, con un tono que tiende a rojizo, y que tiene un sabor característico que lo hace distinto de los dos anteriores.
Más allá de los mencionados, hay otros boletus que es raro encontrar, como es el caso de impolitus, appendiculatus, regius, spretus, fechtneri y dupainii. Por otro lado, hay otros cuatro boletus que no poseen un valor gastronómico, como los boletus calopus, luridus, pulverulentus y fragans. También hay que destacar que hay dos que son tóxicos: boletus satanas y boletus rhodoxanthus.
Los boletus no comestibles se caracterizan por tener un tono rojo muy llamativo, por lo que si hay dudas con respecto a si son o no comestibles, lo preferible es seguir con nuestro camino y no correr ningún tipo de riesgo.
Señales para saber si un boletus está malo
Para saber si un boletus está malo, hay que atender a una serie de señales que nos indicarán que no se debe comer. Cuando estemos en la cocina, y antes de limpiar estos hongos, hay que comprobar que están sanos.
Para empezar, si está dañada la parte inferior del sombrero o tiene un color amarillo verdoso, habrá que quitarla. También hay que fijarse en que la seta no tenga rastros de gusanos. En cualquiera de los casos, hay que tener en cuenta que, si hay partes dañadas, es suficiente con recortar esa carne, ya que el resto del hongo nos vale.
Luego tan solo queda cortar la base del tronco por la tierra, y proceder a limpiar los boletus con un paño (no lo hagas con agua). El tronco, es preferible limpiarlo de manera cuidadosa con un cepillo y siempre sin apretar demasiado. Posteriormente solo tendrás que cocinarlos, deshidratarlos, congelarlos o conservarlos en escabeche o aceite.
Cómo saber si una seta es venenosa
Existen más de 1.500 especies de hongos superiores, de los cuáles un centenar contiene sustancias tóxicas más o menos peligrosas. Es necesario, por lo tanto, saber cómo distinguir las setas venenosas de las comestibles.
Antes de explicarte los aspectos en los que debes fijarte para saber si una seta es venenosa, debes saber que nunca debes comer una seta si no estás absolutamente seguro de que no es venenosa.
Algunas indicaciones o trucos para saber si una seta es venenosa son las siguientes:
- Primera vista: para empezar, debes descartar cualquier seta que tenga un aspecto deteriorado, como aquellas que estén rotas, partidas o tengan un aspecto "podrido". Además, tampoco debes fiarte del tamaño, ya que esto no tiene nada que ver con respecto a su nivel de toxicidad.
- Colores llamativos y olor desagradable: las setas pueden aparecer con multitud de formas, colores y tamaños. No te debes fiar de los colores llamativos, como rojos, anaranjados fuertes o verdosos. Además, cuando cortas el tallo, este cambiará de color y adquirirá un tono azulado. Incluso soltando algún tipo de líquido lechoso, otro indicador de que es venenosa. También hay que tener en cuenta si desprende un olor desagradable.
- Láminas blancas, anillo y volva: estos tres elementos aparecen principalmente en la familia de las amatitas, algunas de ellas muy tóxicas. En ellas tienes que atender a los siguiente:
- Debajo del sombrero se encuentra el himenio, que es dónde guarda sus esporas. Se puede presentar de diferentes formas. Al recolectar una seta, deberás darle la vuelta y fijarte en si el himenio está formado por láminas blancas, caso en el que será potencialmente peligroso.
- Deberás comprobar si en el tallo aparece una telilla en forma de anillo. Puede que haya uno e incluso dos, siendo este otro aviso de que puede ser una seta tóxica.
- Además, hay que tener en cuenta que se debe coger la seta por completo y no cortarla a ras de suelo para ver el final del tallo. Muchas de las setas más dañinas tienen un ensanchamiento en su extremo final, lo que se denomina volva. Acostumbra a ser un indicador de peligro.
- Velo: a la hora de aprender si una seta es o no comestible, también hay que prestar atención al velo. Algunas setas no comestibles presentan una especie de telilla casi transparente, que llega desde la copa hasta el tallo o desde el tallo al pie. Este es otro indicativo de que puede ser venenosa, por lo que se recomienda no coger setas con vela.