En España, los cuchillos son utensilios esenciales en las cocinas de los hogares. Por eso es importante que siempre tengan buen filo para cortar los alimentos que sean necesarios. Una alternativa para afilar los cuchillos es llevarlos a una cuchillería o, si tenemos la suerte de encontrarnos con uno, usar el servicio de un afilador callejero. No obstante, también se pueden afilar los cuchillos en casa siempre que se tengan las herramientas adecuadas.
Afilar cuchillos con una chaira
Una de las formas para afilar un cuchillo es utilizando una chaira. Se trata de una barra cilíndrica de acero específicamente diseñada para el afilado de cuchillos. Seguro que en alguna ocasión habréis visto a un carnicero afilar sus cuchillos o hachas con este elemento.
Si se va a afilar un cuchillo con este elemento, se recomienda que esté magnetizado, dado que ayudará a poder alinear el borde de la hoja del cuchillo, que debe estar en un ángulo de 15 a 20 grados. En esta posición se podrá afilar el cuchillo de una forma muy sencilla y con los mejores resultados.
Hay que agarrar fuertemente la chaira para que no se nos escape y debemos hacerlo siempre por detrás del mango. Para el afilado del cuchillo debemos comenzar desde la parte más cercana al mango y acabando en la punta. Hay que deslizar el cuchillo por toda la superficie de la chaira. Se deben repetir los movimientos de forma constante y a buen ritmo, repitiendo varias veces por cada lado del cuchillo.
Para afilar el cuchillo será suficiente con pasar cada uno de sus lados durante un minuto por este elemento. Después, lo que hay que hacer es lavar bien el cuchillo y con mucho cuidado. Ya estará listo para cortar prácticamente cualquier cosa. Además, este método sirve tanto para cuchillos como para hachas o cualquier otro elemento cortante.
El afilado con piedra
El uso de una piedra de afilado es algo que se lleva utilizando desde hace muchísimos años y que se sigue usando gracias a sus buenos resultados. Para ello, hay que poner la piedra a remojar durante unos 10 minutos y tras ello, ponerla en una superficie que esté completamente estable para evitar cualquier clase de problema de deslizamiento.
Se puede usar una mesa y sobre ella una toalla humedecida y la piedra encima, de forma que no se moverá a la hora de afilar.
Una vez asegurada, hay que coger el cuchillo y ponerlo en un ángulo de unos 20 grados. Con una mano sujetaremos el cuchillo por el mango y con la otra mano utilizaremos los dedos índice, corazón y anular para fijar la hoja contra la piedra.
Hay que empujar la parte que se quiere afilar y deslizarla sobre toda la piedra en sentido contrario al que se utilizaría para cortar. Esto hay que repetirlo varias veces por cada lado de la hoja del cuchillo.
La piedra más usada es con una piedra de medio grano y se puede hacer afilando todo el cuchillo o por partes (base, centro y punta). Para afilar la base hay que hacerlo presionando bastante contra la piedra y empujándola hacia adelante y de forma más suave cuando se empuja hacia atrás, siempre con los 20 grados de inclinación.
En cuanto a la zona centro y la punta del cuchillo hay que hacer lo mismo pero aplicando menos fuerza. Debemos hacer cada proceso unas 10 veces por cada lado de la hoja del cuchillo. Si se quiere un acabado mucho más apurado, hay que volver a hacer el proceso con una piedra de grano mucho más fino.
Afilar un cuchillo utilizando un afilador manual
Otra de las opciones para afilar un cuchillo correctamente y de una forma muy fácil es usando un afilador manual. Su uso es muy sencillo y lo único que hay que hacer es pasar la hoja del cuchillo por las hendiduras con las que cuenta este dispositivo, siempre llevando el cuchillo hacia nosotros.
Cuanto mejor sea el afilador, más afilado podremos dejar los cuchillos. Suelen tener varias aberturas para conseguir un afilado muy apurado. Lo primero que hay que hacer es pasar la hoja del cuchillo por la zona que tiene el grano más grueso. Gracias a ello, conseguiremos desgastar la hoja, hacer que recupere su ángulo y eliminar las posibles imperfecciones que pudiera llegar a tener la hoja.
Lo siguiente es pasar el cuchillo por la siguiente abertura para pulir y perfilar la hoja y finalmente, hay que pasarlo por la siguiente abertura con lo que dar más filo al cuchillo y dejarlo listo para utilizarlo después de un buen lavado.
Uso de afiladores eléctricos
Si no se quiere emplear ni mucho tiempo ni demasiado trabajo, una alternativa es utilizar afiladores eléctricos. Podemos encontrarlos de muchos formatos diferentes, pero normalmente todos tienen el mismo funcionamiento.
Tan solo se debe poner la hoja del cuchillo sobre la hendidura, y darle a un botón. El propio dispositivo se encargará de hacer que el cuchillo quede completamente afilado, aunque el resultado sea mucho mejor si se hace de forma manual.
Otras opciones de afilado
No siempre tenemos a nuestra disposición piedras de afilado, un afilador eléctrico o uno manual, pero no pasa nada, podemos afilar el cuchillo igualmente.
Con una taza de cerámica, la pondremos boca abajo, sujetaremos firmemente el cuchillo y con un ángulo de 20 grados, lo deslizaremos sobre el canto de la taza, repetiremos la operación varias veces, de arriba a abajo y por cada lado de la hoja del cuchillo. El resultado, a pesar de tratarse de una taza, es bastante bueno y servirá para conseguir un cuchillo bien afilado.