Si eres demasiado tímido y sufres cuando estás tratando de relacionarte con otras personas debido a tus miedos y a tus inseguridades, si en el trabajo no eres capaz de mejorar debido a tu timidez, que evita que expongas ideas en grupo o que te ofrezcas voluntario para realizar actividades sociales que podrían hacerte mejorar, es el momento de que intentes solucionar este problema.
La timidez se puede superar poco a poco, así que no te preocupes si tienes dificultades por ser una persona tímida, con un poco de esfuerzo por tu parte, puedes superar la timidez y convertirte en una persona más sociable.
Analiza tu propia timidez
Dicen que cada persona es un mundo y es muy cierto. No todas las personas tímidas se sienten incómodas ante las mismas situaciones, pero suelen necesitar vencer la ansiedad que les produce tener que relacionarse con otros.
Escribe en un papel una lista de situaciones que sacan tu lado tímido y ordénalas de menor a mayor, es decir, las situaciones que te hagan sentir timidez en un grado bajo ponlas primero en la lista, mientras que las que te provoquen más ansiedad y dificultades ponlas al final. Intenta escribir una lista con muchas situaciones diferentes.
Superar la timidez poco a poco
No trates de enfrentarte al problema con cambios muy drásticos, debes empezar poco a poco, pues si intentas pasar de ser una persona tímida a una persona extrovertida y sociable de golpe, lo más probable que fracases en el primer intento, que no logres tu objetivo y te frustres.
Ten paciencia, utiliza la lista que confeccionaste en el punto anterior y comienza a enfrentarte a las primeras situaciones que te provocan timidez, la idea es que comiences por cosas simples como saludar a la gente de tu trabajo al llegar a la oficina, ofreciéndoles a todos un sonriente “buenos días”, puedes tratar de iniciar una conversación con tu compañero de trabajo, también puedes intentar mirar a las personas que te hablan a los ojos, etc…
Ve marcándote pequeños objetivos de forma que tu iteración social con otras personas vaya incrementándose día a día. Cuando menos te los esperes, te darás cuenta de que te has convertido en una persona que consigue entablar conversaciones largas, amenas y divertidas con otras personas. Te sentirás más cómodo cuando estás rodeado de gente y los demás disfrutarán más de tu compañía. Podrás incluso sorprenderte viéndote a ti mismo, exponiendo ante un gran público la presentación de un nuevo producto de tu empresa.
Analiza tus valores
No importa que seas una persona tímida, es seguro que tienes muchos valores y fortalezas a nivel social, quizá seas una persona que sabe escuchar muy bien, que sea muy analítica, que sepa cómo ofrecer soluciones… etc…
Debes tratar de aprovechar estos valores que tienes para mejorar tus iteraciones sociales. Por ejemplo si eres un buen oyente y sabes que alguien acaba de salir de una relación amorosa, quizá sea un buen momento para acercarte y tratar de preguntarle cómo se siente, quizá quiera contártelo y si tiene a una persona capaz de escucharlo, lo harás sentir bien y quizás en el futuro hagas sentir bien a otras personas, con lo cual, será más fácil introducirte en grupos sociales ya que sabrás buscar tu sitio dentro del grupo.
Mejora tu look
Trata de cuidarte y mostrar tu mejor versión de ti al mundo. Haz ejercicio, compra ropa nueva, mejora la alimentación, cambia de peinado…
Es importante que te sientas bien contigo para poder transmitir esas sensaciones a las personas que te rodean. Ganarás en confianza y en autoestima, con lo que te resultará más sencillo sentirte aceptado.
Aprende a contar cosas
Si quieres conocer gente nueva, es más fácil que consigas seguir una conversación si eres capaz de hablar sobre un tema durante varios minutos.
Un buen ejercicio que funciona muy bien y que puedes realizar de forma semanal es elegir un tema, por ejemplo: tus últimas vacaciones, tu infancia, la serie de televisión que estás siguiendo, el cambio climático, tu trabajo…
Una vez que tengas un tema elegido debes poner el cronómetro en marcha y tratar de hablar sobre ese tema durante cinco minutos mientras te grabas.
Una vez que hayas finalizado de hablar escúchate y trata de analizar como si fuera otra persona la que te lo está contando, qué habría que mejorar. Tómate un rato para pensar sobre ello y pasadas unas horas o al día siguiente vuelve a grabarte hablando sobre el mismo tema, vuelve a escucharte, ¿has mejorado?
Normalmente la segunda vez sale mucho mejor que la primera, y las primeras veces que haces este ejercicio salen mucho peor que cuando llevas unas semanas practicando el arte de contar cosas.
Cuando adquieras práctica es recomendable que en lugar de cinco minutos, trates de grabarte hablando durante diez minutos.
Prepara tus conversaciones
Si quieres comenzar una conversación amistosa y que no te quedas en blanco, sin saber sobre qué hablar, prepara algunas conversaciones.
Imagina que vas a asistir a una cena de trabajo, seguro que ya has estado antes reunido con tus compañeros en una situación no laboral y sabes qué temas de suelen tratar. Prepara alguno, imagínate manteniendo una conversación con alguno de tus compañeros frente al espejo.
También es una buena idea que ensayes conversaciones más generales, que puedas entablar con cualquier persona en cualquier momento, no es necesario que sean conversaciones muy largas.
Para preparar una conversación puedes seguir estos pasos:
- Divide las conversaciones en cuatro etapas: la apertura (generalmente se realiza la apertura con un saludo), las presentaciones (si conocemos a las personas con quienes vamos a hablar, podemos saltarnos esta etapa), el tema a tratar, el cierre.
- Evita dar respuestas monosilábicas, ya que no dan pie a continuar la conversación.
- Trata de ensayar frente al espejo siempre que te sea posible.
- Apréndete algunos chistes, siempre viene bien tener un repertorio de chistes, pero no conviene abusar de ellos.
- Adquiere una postura de conversación activa, mantén la espalda recta, la cabeza alta y siempre que no se esté tratando un tema triste o muy serio, sonríe.