Hay un punto geográfico clave, un teso o pequeña meseta, desde donde se divisan los considerados como los mejores viñedos de toda Ribera del Duero. Se llama Alto Manvirgo, al final de la cuesta del mismo nombre, situada a 943 metros de altitud. Desde allí se ven los viñedos y pueblos de Roa, Pedrosa, Anguix, La Horra…, el corazón de la Ribera Burgalesa, un mirador privilegiado.
Historia de una (gran) bodega
En Anguix, precisamente, tienen su gran bodega de elaboración Protos, que, aunque es la cooperativa de Peñafiel, en Valladolid, donde tiene su sede central, buscó enseguida, como fundadores de la denominación de origen, viñedos viejos de buena producción y calidad bajo el Alto Manvirgo. En ese mismo pueblo están los mejores viñedos de Rodrigo Barona, una de las estrellas emergentes de Ribera; y allí pusieron el ojo los catalanes de Juvé y Camps cuando quisieron cumplir su sueño de elaborar en Ribera del Duero.
Joan Juvé, aparte de ser un hombre carismático por su cercanía y calidad humana, ha sido a lo largo de su carrera el gran impulsor de una de las firmas más poderosas de toda España. Es biznieto de otro Joan Juvé, que fundó en 1921 en Sant Sadurní d’Anoia una bodega de elaboración de cava. Casado con Teresa Camps, que también trabajaba en la bodega, tuvo el detalle, poco común en esa época de invisibilidad de las mujeres, de ponerle el nombre de Juve y Camps a la bodega.
A lo largo de su trayectoria Juvé se ha situado en los puestos altos del mundo del cava, por su calidad y producción. También hacen vinos tranquilos de Penedés en la zona de Espiells. Fundó la distribuidora Primeras Marcas, importadora para España de grandes vinos de todo el mundo, y luego lo agrupó todo en J&C Prime Brands.
La conquista de Ribera de Duero
A continuación, se lanzó a su sueño de desembarcar en Ribera. Torres de Anguiz era una bodega ubicada en medio de 44 hectáreas de viñedos de alto nivel, y hacia allí se dirigieron los Juvé que la compraron en 2017. Dos años después compraron 35 hectáreas de la vecina Campos Góticos cultivada todo en ecológico. A la bodega le cambiaron el nombre por el de Pagos de Anguix, porque el objetivo era hacer vino de pago.
Con sus equipos trabajando, en 2019 también fueron rápidos. José Manuel Pérez Ovejas, el creador de los vinos de Viña Pedrosa, considerado como uno de los enólogos más brillantes de España, criado también bajo la Cuesta Manvirgo, es decir, que conoce de sobra viñedos y suelos, fue fichado por los Juvé.
Pérez Ovejas, que hace su propio vino en Roa, Dominio de Calogía, y que, tras verse obligado a abandonar la firma familiar, le llovieron ofertas de media España. Aceptó la de los de Espiells por la confianza que enseguida le inspiró la familia Juvé y ocupa el puesto de asesor enológico corporativo.
La relación está siendo más que fructífera y ahora mismo Pagos de Anguix es una de las bodegas más punteras en Ribera. Sacan marcas con diferentes vinos de sus pagos como Barrueco, Prado Lobo, Costalara, realmente buenos.
Valoraremos algunos, como Pagos de Anguix Prado Lobo 2018. Elaborado cien por cien con tempranillo y con 20 meses en barrica. Es un vino de guarda que ganará con los años. Ahora mismo está estupendo, con una nariz muy compleja cargada de fruta negra, como moras y ciruelas, toques de pimienta y clavo, profundo. Tiene una boca potente, sabrosa y estructurada, pero de paso muy agradable y fresco. Es conveniente abrir la botella una horita antes, o bien decantarlo. PVP. 35 euros.
Pagos de Anguix Costalara 2020, con 12 meses en barrica, al llevarlo a nariz da una primera impresión extraordinariamente agradable, probablemente por la combinación de los tonos vainilla y cacao de la crianza con los aromas procedentes de la fruta negra madura. Poco después aparecen los tonos balsámicos. En boca es potente y con garra, aunque yo le dejaría reposar un año para redondearlo. Su precio está en 22 euros.
Cierra la cata el Pagos de Anguix Rosado 2021. Es un clarete con mezcla de tempranillo y la uva blanca albillo mayor que se da en Ribera. Adviertan que no es de la última cosecha, del 2022, lo normal en la mayoría de los rosados, sino de la anterior; y es porque el vino tras fermentar en barrica ha pasado tres meses de crianza, y después reposo en botella. Se nota porque con los típicos tonos de frutos rojos aparece fruta madura, como de melocotón y paraguaya, dando una nariz compleja y elegante. La boca destaca por su frescura, debido a la buena y equilibrada acidez, pero a la vez es potente y muy sabrosa. Un rosado muy especial con un P.V.P de 17 euros.
Perfecto el desembarco de la gran marca del cava en Ribera de Duero. Joan Juvé y la que ya es la nueva generación al frente de la firma, que es su hija Meritxell, en tan sólo seis años ya son un referente y otra casa grande bajo el Alto Manvirgo.