Puede que con todo el jaleo del coronavirus y el aislamiento te hayas bebido ya la mitad de tu bodega y empieces a preguntarte qué vinos deberías guardar para celebrar que todo ha terminado. Pues bien, aquí tienes una guía básica para saber cuáles puedes abrir estos días sin remordimientos y cuáles te convendría dejar envejecer en el botellero un poco más de tiempo. Además, te damos unos consejos para reorganizar tu bodega durante la cuarentena y que no te supere el aburrimiento.
La primera pregunta que se nos viene a la mente a la hora de ordenar las botellas en casa es: ¿hay que dejar envejecer este vino? Es muy importante saber cuándo tienes que beberlo, ya que no todos están hechos para la crianza y los hay que pierden sus principales características organolépticas si pasan demasiado tiempo en la botella. La clave está en aprovechar su momento de apogeo, y para ello hay que aprender a determinar si un vino está en su zenit, ya tenga dos o diez años.
Qué vinos hay que beber primero
La mayoría de los vinos blancos, rosados, tintos jóvenes, ligeros y con poco tanino, sin madera y sin trabajo de lías, muchos espumosos y, por supuesto, los más baratos. En definitiva, la mayoría de los vinos que compramos habitualmente para consumo en casa. Esos que nos gustan porque están en plena fogosidad juvenil, con sus aromas y gustos afrutados. Este tipo de vinos no ganan nada al envejecer. Por el contrario, pueden perder.
Si lo crees conveniente, intenta conservar una botella de ese vino joven que tanto te gusta durante unos años, aunque sólo sea por probar. Pero si no es lo bastante potente, lo más seguro es que te lleves una sorpresa desagradable.
Qué vinos pueden beberse añejos
Los vinos que cuentan con cuerpos potentes y que necesitan tiempo para alcanzar su plenitud, suavizar sus taninos y desarrollar una boca compleja y armoniosa. Suelen ser los vinos más caros y prestigiosos, los grandes burdeos y borgoñas franceses, los buenos riojas, riberas y toros españoles, los barolos y barbarescos italianos, algunos argentinos, australianos y californianos, y también determinados oportos y jereces.
En cuanto a los blancos, suelen envejecer favorablemente los que tienen trabajo de lías, batonnage o un paso por barrica, como los riesling alemanes secos, los riojas de viura, algunos verdejos y albariños con madera, los dulces del Loira y los moscateles italianos y, por supuesto, los licorosos de Sauternes y los tokays húngaros.
¿Y yo cómo sé si tengo que dejar envejecer un vino?
La pregunta del millón. Muy fácil: primero de todo, infórmate. A través del elaborador, del vendedor, en la contraetiqueta de la botella o en internet. Y, si tienes más de una botella del mismo vino, pruébalo. Si te parece que está cerrado, compacto, denso y poco expresivo, seguramente esté enfadado por haberle despertado tan temprano. Déjalo dormir un poco y bébetelo en cuanto se vaya despejando. Si es muy potente y tiene muy marcada la acidez, no le vendrán mal hibernar durante unos cuantos añitos más.
Cómo envejece el vino en la botella
Gracias al oxígeno. En una botella sellada con corcho siempre queda una pequeña porción de aire, una burbuja necesaria para que el vino gane madurez con el tiempo. Si la botella está tumbada, además de evitar que el corcho se reseque y se estropee el vino, el aire permanecerá en contacto con una mayor superficie de vino y hará que evolucione mejor.
Apunte para listillos: la dimensión de la burbuja es igual en una botella normal (750 ml) y en un magnum (1,5 l), a pesar de ser el doble de grande. De ahí que el vino en el magnum envejezca más lentamente y se conserve mejor por más tiempo. Por eso es el tamaño favorito de las bodegas.
Cómo almacenar las botellas en casa
Si tenemos en cuenta el criterio del envejecimiento, lo más lógico será organizar nuestro vino según las añadas. Una buena idea es separar las botellas que deben beberse en los próximos dos años, de las que es mejor dejar envejecer más tiempo. Ten en cuenta la prioridad para que las botellas que deben beberse más rápido sean más accesibles. Las que vayan a permanecer en la bodega pueden quedarse almacenadas al fondo, a ras de suelo o incluso a la altura del techo, aunque sean más difíciles de coger.
Dando por hecho que tienes un piso pequeño (porque si vives en una casa grande o tienes una bodega de obra no tendrás ningún problema para almacenar las botellas), busca un espacio en el que puedas guardar el vino acostado, lejos de los rayos del sol y de cualquier otra fuente de calor. Una alacena, una trampilla o una chimenea condenada te servirán para instalar un pequeño botellero. Y si tienes algo más de hueco, hazte con una cava refrigeradora para tener siempre a temperatura unas cuantas botellas.
Ah, no tires las cajas de origen, sobre todo las que son de buena madera, con ellas te puedes hacer un bonito mueble para el vino. Eso sí, protégelo de la humedad y evita que la madera se moje, el moho es capaz de traspasar los corchos.
Las condiciones de conservación
Lo hemos repetido hasta la saciedad, pero no está de más recordar cuáles son las condiciones básicas para que nuestro vino evolucione con mayor o menor rapidez. Toma nota estas claves:
- Expuesto a una temperatura de 18ºC, el vino evolucionará antes que a 12ºC. Y al igual que las personas, siempre es mejor envejecer lentamente. Aunque lo ideal sería mantener las botellas entre 11 y 14ºC, la mayoría de los vinos se conservan bien entre 6 y 18ºC. Evita, sobre todo, los cambios bruscos de temperatura.
- Almacena las botellas en horizontal. A estas alturas del artículo ya deberías saber por qué.
- Vigila la humedad. Si el aire es demasiado seco, el corcho corre el riesgo de volverse poroso. Y si es excesivamente húmedo, este puede criar moho. Lo ideal es mantener el ambiente entre 75 y 90% de humedad.
- La luz tampoco le gusta demasiado al vino. Deteriora el color y los aromas. Si puedes, conserva los vinos que quieras envejecer durante más tiempo a oscuras. Incluso si tienes que echarles una manta por encima.
- Los malos olores pueden colarse a través del tapón. Si tienes las botellas en la alacena, aléjalos de las ristras de ajos y de todas las cosas que desprendan fuertes y desagradables aromas.
- Tranquilidad. Sí, los mejores vinos pueden ser muy tiquismiquis. Necesitan un espacio de calma y libre de golpes o vibraciones para poder dormir.