Martín Berasategui es el chef español con más estrellas Michelin del momento: 12 repartidas en siete restaurantes. El primero de todos ellos, que lleva su nombre, lo abrió en 1993 cerca de su San Sebastián natal, en Lasarte-Oria. Allí, en Donostia, tiene él su residencia, pero acostumbra a viajar a menudo a la capital y a otras ciudades por trabajo, por lo que se conoce a la perfección la carretera que une Madrid con el norte de España, la A-1.
Y es que en un pequeño desvío de esta autovía se encuentra uno de los sitios favoritos del cocinero vasco para comer buenas recetas castellanas. Se trata de La Tomasa, ubicado en la calle Estación nº 23 de Villalbilla de Burgos. ¿La razón de su afición a este lugar? Berasategui lo tiene claro: "Guisan de miedo".
La Tomasa tiene a sus espaldas más de 40 años de historia y cuenta con un Solete de la Guía Repsol, uno de los pocos restaurantes de carretera que puede presumir de haber logrado este distintivo. "Martín Berasategui es uno de los parroquianos que suele frecuentar esta casa de comidas de siempre, a solo tres kilómetros de Burgos capital. Gastronomía castellana a raudales", puede leerse al respecto en la guía española.
La Tomasa se inauguró en 1976 y desde el principio ha sido uno de los establecimientos más queridos de la provincia de Burgos, un espacio de referencia tanto para locales como para turistas, una opción que nunca defrauda a aquel que quiera saborear recetas de las de 'toda la vida'. La encargada de deleitar a los comensales es Ana Rosa, quien ha tomando el relevo de su suegra, Tomasa Mayoral, primera propietaria del restaurante.
Así pues, en su carta encontramos opciones tan apetecibles y suculentas como guisos de caza, guisos de liebre y lengua de ternera, callos, patitas de cordero o pollo de corral. Por otra parte, entre los platos más queridos por los clientes están la morcilla típica de Burgos, los boletus con foie, los cangrejos de río y los caracoles. En cuanto a los postres, ofrecen opciones clásicas como flan, natillas, torrijas, cuajada o tarta al whisky, entre otras.
Abren sus puertas de martes a domingo, y de martes a viernes disponen de un menú del día, mientras que los fines de semana sólo trabajan con platos a la carta. La Tomasa no defraudará tus expectativas: ya sea para un almuerzo, un tapeo sencillo o una comida abundante con entrantes, principales y postres, quedarás satisfecho con su profesionalidad y buen hacer.