La bajoqueta es uno de los símbolos gastronómicos de Valencia, un ingrediente imprescindible de la famosa paella valenciana. Esta variante de la judía verde plana que se cultiva en la zona es tan emblemática que da nombre al nuevo bar del Grupo Gastroadictos que ha abierto hace sólo unos meses en la terreta.
Bajoqueta Bar, inaugurado el pasado 5 de marzo, es el último proyecto de esta firma hostelera valenciana tras el éxito de sus otros cuatro establecimientos (Bar Mistela, La Sastrería, Bar Cremaet y Bar Cassalla), todos ellos ubicados en la ciudad del Túria e inspirados en los aspectos más representativos de la cultura valenciana y de los barrios donde se sitúan.
Una de las calles más modernas del barrio de Campanar (Avenida de las Cortes Valencianas nº 15) ha sido el lugar elegido por Nestor Vaccaro y el resto del equipo para desarrollar Bajoqueta Bar; un bar de los de toda la vida, pero moderno, "de abuelos y de los que viven ahora", como señala María Gómez, Directora de Márketing del grupo.
Un paseo sofisticado por la huerta valenciana
Lo que más diferencia a Bajoqueta Bar del resto de negocios de Gastroadictos es su énfasis en la huerta, concretamente la huerta de Campanar. El local colabora con agricultores de la zona como Javier Orts, Vicent y los hermanos Sento y Juanjo Estellés y, además, en su extensa carta hallamos mucha presencia vegetal, con platos como la ensaladilla rusa de bajoqueta con mayonesa de piparras, las judías salteadas con salsa de caracol, las cebolletas tiernas, el bizcocho de calabaza o los champiñones con yema trufada y salchichón, que, por el momento, es uno de los platos más demandados por los clientes, según asegura Vaccaro.
Por si esto fuera poco, también disponen de huerto propio, que han construido en la terraza privativa al aire libre que tienen en sus instalaciones. Allí están cultivando ahora mismo tomates, pimientos, especias como mostaza y calabacines gigantes. También han tenido fresas de Canals, las cuales utilizan para elaborar uno de sus postres.
La decoración de Bajoqueta Bar es un reflejo más del concepto que tratan de defender en este negocio: una escultura de vidrio soplado de una bajoqueta de la artista Sara Sorribes preside la entrada, el techo recuerda a la textura y los colores de los campos labrados y todo el local está atravesado por una franja que emula a la acequia que recorría antiguamente esos mismos suelos.
Además, este "bar 2.0", como denominan en Gastroadictos al estilo de sus establecimientos, cuenta con dos plantas, dos reservados (el Reservado Rascanya, que rinde culto a los agricultores, y el Reservado Mestalla, ambos con capacidad para 12 comensales) y un párking que pueden utilizar todos los clientes que lo deseen.
Todos los bares de Gastroadictos "comparten un 60% de la carta, afirma Néstor, y en el caso de Bajoqueta Bar destacan especialmente recetas como las bravas, el bikini de ternera y pimiento verde o el original arroz de entraña de ternera a la brasa y boniato.
A nosotros nos gustó especialmente el ravioli de calabacín relleno de cremoso de langostino y bernesa con tomate, un plato ligero y original perfecto para el verano. También recomendamos el calamar a la brasa con sobrasada y patatas asadas, el cual también sirven en Bar Cassalla. En cuanto a los postres, no os vayáis sin probar su riquísima y refrescante tarta de limón casera.
Abiertos de 9:30 a 00:30, en sus mesas podréis disfrutar desde el típico esmorzaret hasta la cena, e incluso cuentan con una seccion de 'platos completos equilibrados' (disponibles para llevar o para comer allí) pensada para los trabajadores del edificio de oficinas donde se encuentran ubicados.
Aunque la resaca emocional de Bajoqueta Bar todavía sigue latente, Nestor Vaccaro nos revela que ya tienen otra idea entre manos, un nuevo bar que querían abrir este año, pero que, probablemente, terminará saliendo a la luz en 2025. Por el momento no han dado más detalles sobre el asunto: sólo sabemos que estará en Valencia y que también seguirá con esa idea de "Bar 2.0" que tanto caracteriza a la marca.