Cuando el sol se pone en Menorca, por su lado oeste, uno de los lugares más idílicos para despedirlo se encuentra al extremo suroeste de este paraíso conocido como la isla de la calma. Allí se ubica el Cap d’Artrutx, punto estratégico que ofrece uno de los mejores atardeceres del Mediterráneo, donde se encuentra el Faro de Artrutx y que aloja el restaurante Artutx Sea Club, un rincón que fusiona ocio y gastronomía y que brilla con luz propia.
[Estos son los mejores platos de langosta roja de Menorca y dónde comerlos]
El restaurante forma parte del HUB gastronómico de Lago Resort Menorca, que se encuentra a un pequeño paseo que bordea una tranquila urbanización donde se respira paz y la brilla marina humedece la cara. Un proyecto que funciona como destino gastronómico, englobando diferentes propuestas de diversas partes del mundo.
La que acoge el Faro de Artrutx, diseñado por el arquitecto Emili Pou e inaugurado en 1895, convirtiéndolo en el faro más antiguo de la isla, va en perfecta sintonía con su entorno, que es, honestamente, insuperable. El espacio está capitaneado por la torre de 34 metros de alto, vestida de franjas azules y blancas, a la que se sube desde el edificio central, y las antiguas dependencias de los fareros que han sido reconvertidas en lo que ahora es el restaurante.
Cocina mediterránea en un faro de 1895
La carta de Artrutx Sea Club se fundamenta en dos pilares: el producto de proximidad del mar y la tierra y las brasas que le dan calor y un toque característico a sus platos. Arranca con una serie de entrantes para abrir boca, que bien pueden estar protagonizados por las ostras o una interesante tabla de quesos de la isla, o si se prefiere un buen plato de jamón.
Otros entrantes más elaborados son la ensaladilla rusa casera con ventresca y piparras, y un imperdible, el carpaccio de gamba roja de la isla, que nunca defrauda. También se puede arrancar la velada con una refrescante ensalada de tomate que traen de su huerto y se acompaña de stracciatella y pesto. Igual de apetecibles son las frituras que incorporan en su propuesta como las puntillitas de calamar con alioli o recetas de casa como los pulpitos enanos encebollados a la menorquina y huevo a baja temperatura, bocados sabrosos y divertidos.
Llegados a este punto, si se quiere ir más allá de un simple picoteo y se busca algo más contundente es recomendable animarse con su selección de arroces y pastas. De los primeros, la tradicional llauna de arroz marinero de gamba roja de Menorca o unos deliciosos canelones de carne de mamá Ana con queso curado de Mahón o la pasta rellena de berenjenas, que vienen también de su huerta.
Por la parrilla pasan buenas piezas de carne como el chuletón de vaca frisona de Menorca o el solominillo de vacuno mayor nacional y un rey al que acude mucha gente a ver: el cachopo que resultó ganador de Baleares en 2022. También hay pescado, como el bacalao a la menorquina o el rodaballo que también recibe el calor de las brasas.
A los pies del faro, abrazando el exterior del edificio, se encuentra la terraza, que se extiende sobre el acantilado rocoso. Punto de encuentro de atardeceres perfectos con el mejor ambiente de fondo. Amplia, sencilla, de estilo desenfadada, un tanto playera, pero con los detalles justos que la hacen acogedora y la convierten en un imán del que cuesta escapar.
Punto de encuentro donde se integran la zona de bar y la zona de chill out, también para momentos más ociosos, previos o posteriores a la cena, es el marco perfecto para disfrutar de la coctelería que ofrece Artrutx Sea Club y con suerte de una magnífica luna llena. Delito es no pedirse una pomada, la bebida típica de la isla a base de ginebra y limón.