Sitges, la joya de la costa catalana, deslumbra con su encanto pintoresco y su rica historia. Este destino costero, bañado por las aguas del Mediterráneo y de callejones empedrados, atrae a visitantes de todo el mundo con sus playas doradas, su arquitectura modernista y su animada vida cultural.
Su popular carnaval y el festival de cine de renombre internacional pusieron esta admirada localidad en el mapa hace un buen tiempo. Con este 'cartel' y estando a poco más de media hora de distancia de Barcelona, no es de extrañar que se haya convertido en el refugio preferido de artistas, actores y personalidades destacadas como un enclave donde el glamour se fusiona con la serenidad del mar.
Y en medio de este escenario de película, un rincón cargado de historia que resiste al paso del tiempo, que entiende que el verdadero lujo está en las cosas sencillas y se encuentra por sorpresa en las que no lo pretenden, y que a lo largo de su trayectoria ha sido hogar y refugio para muchas caras conocidas. Entre todo ese elenco que se ha paseado por la ciudad, allí se alojó Antonio Banderas, quien en 2014 recibió el Premio Honorífico de Sitges. Hablamos del hotel Subur Maritim.
Ubicado en la zona residencial del Vinyet y tranquila de Sitges, con el paseo marítimo de frente y la playa de Sausalito, a sus pies, el hotel ocupa lo que antes era el Hotel Terramar Palace, considerado el primer hotel turístico de España al haber abierto en 1916. Fue Miquel Matas y Jorba en 1947 quien se hizo cargo de su gestión y dirección llenándolo de esplendor, acorde con el que estaba viviendo la ciudad.
Él sería quien sentó los cimientos de una familia de hosteleros que ahora ya va por la cuarta generación y que ha saboreado el éxito de otros proyectos que son referencia en la ciudad, como ocurre con Pic Nic, abierto en 1955.
No esperes encontrar comodidades modernas, pero prepárate a sentir el calor del hogar. A veces, es simplemente lo que más hace falta. Aquí se viene a vivir la "Dolce Vita" Sitgetana, en cualquiera de sus habitaciones, pero sobre todo en esa majestuosa Suite Xaloc, que pertenece a la antigua casa noble que data de 1926, que ofrece un viaje en el tiempo. Ocupa toda la planta superior, debajo se encontraría el restaurante, y se encuentra en perfecto estado de conservación. En el jardín, una agradable piscina con bar para cuando la playa no resulta para todos los gustos.
Cau del Vinyet, la gastronomía dentro del Hotel Subur Maritim
También ubicado en la casona antigua, desde la que partió la ampliación del hotel para el resto de habitaciones y comedor donde se sirven los desayunos, está Cau del Vinyet. Es el restaurante de corte gastronómico pero sin lujos que conserva el aspecto de lo que ha sido en un tiempo anterior. Familiar, íntimo y acogedor, ofrece un menú diario y también una carta donde escoger platos por separado y disfrutar de su cocina de mercado.
Recorre parte del recetario catalán, con elaboraciones típicas de la zona y la región y otras que se esperan y celebran como los arroces que se pueden disfrutar después de un buen ratito de sol.
Se puede comenzar por sus entrantes, entre los que ofrecen una amplia variedad de ensaladas, como la ensalada de tomate, ventresca de atún, cebolla tierna, anchoas y olivas de kalamata, otros entradas en clave vegetal y ligeros, antes de meterse de lleno con las croquetas cremosas de chorizo, queso de cabra y miel, son el hummus de garbanzos con ensalada de remolacha, toffu, mango, misso, aguacate y cebolleta.
Cuentan también con una ricas vieiras salteadas con verduritas, ceps, soja y crema de frutos secos y una siempre apetecible tabla de quesos catalanes Xerigots. Después se puede continuar con alguno de sus pescados, como la lubina al estragón con verduritas y gamba o el bacalao a la catalana con espinacas a la crema, frutos secos, pasas y piñones. O pasar directamente a los arroces, como el de galeras o el ibérico y trompetas de la muerte, o darle una oportunidad a la fideuà de sepia y gambas.