En agosto de 2020 recibía una llamada para invitarme a visitar y conocer un restaurante en un pueblo de Albacete. Tras colgar no recordaba ni el nombre del restaurante ni el pueblo del que me hablaban. Hoy Cañitas Maite y Casas-Ibáñez son palabras grabadas a fuego en mi espíritu.

Cañitas Maite ha sido toda una revolución en el mundo de la cocina. Dos jóvenes que con 22 y 23 años emprenden un proyecto gastronómico en varias etapas, totalmente estructurado, bien pensado y organizado. Algo atípico en este sector más acostumbrado a guiarse por el desorden y el "lo que venga".

Todo comienza con la reforma integral de la propuesta gastronómica del restaurante Cañitas Maite, propiedad de la familia de Javier Sanz. A él se le une su amigo (o hermano) Juan Sahuquillo, que después de haber pasado ambos por cocinas de la talla de Mugaritz, Atrio, Casa Marcial o Andreu Genestra deciden volver a su pueblo de Albacete a cambiar la cocina española desde allí.

El círculo se cierra hoy, después de cosechar grandes éxitos y arrodillar a la crítica, con su restaurante gastronómico Oba-, un proyecto que se ha gestado durante dos años prácticamente en secreto y del que casi no se sabía nada hasta la apertura de sus puertas en enero de 2022.

Oba-, el gastronómico de Cañitas Maite

Oba- se puede describir de muchas formas, pero quizás la que mejor lo describe es el cierre de un círculo que completa la fase de creación a la que Javier y Juan querían llegar. Y lo más increíble es que parece que solo es la primera fase de muchas que están por venir, porque la capacidad creativa, el entusiasmo y las ganas de estos chavales parecen interminables.

Como ocurrió en agosto de 2020 se repitió la historia en enero de 2022. Recibo otra llamada que me invita a conocer algo nuevo en un pueblo de Albatece. Se repiten los mismos patrones, reaparecen Cañitas Maite y Casas-Ibáñez. Pero hay novedades, lo que quieren que conozca es el nuevo proyecto, lo que podríamos llamar (simplificando mucho) su proyecto de restaurante gastronómico.

En Oba-, Javier y Juan han querido homenajear a su manera las raíces de sus gentes, su tierra y su amado valle, exponiéndose de la forma más personal posible y reflexionando sobre su entorno, en una forma de conexión muy íntima que uno conoce y siente a través de cada bocado.

Muestra de ello es el propio nombre del restaurante, y es que la raíz oba- es en bonifanciano el sujeto de los principios más esenciales del ser humano, su espíritu, instinto, alma y pensamiento. Y para los que, como yo, jamás habían oído hablar del bonifanciano, se trata de una lengua universal creada por el sacerdote Bonifacio Sotos en 1855. Y, por supuesto, fue en Casas-Ibáñez.

Si nos centramos en la parte gastronómica, la propuesta es excepcional. Oba- centra todos sus recursos en el empleo de las más altas y sofisticadas técnicas de cocina. Estas se aplican a los elementos y productos más sencillos, aquellos que rodean a su alma mater, en un ejercicio de ensalzamiento de aquellos elementos básicos y esenciales que se han utilizado toda la vida en cocina. Todo ello llega a nuestro plato de una forma elegante y sofisticada, pero sin dejar atrás las raíces.

Champiñón, nabo, remolacha, escabeche, melón, pino... estos son algunos de los elementos principales que componen un menú mágico y único, que no necesita recurrir a productos de alta gama y precio para ponerse en valor. Y esto es precisamente lo que lo hace tan especial, esa sensibilidad poco común de saber extraer la esencia de lo básico y convertirlo en excelso. Algo de lo que solo son capaces los mejores.

Parte importante de la experiencia en Oba- es la sala en la que se vive la experiencia. Tras un pocos pases uno tiene la sensación de haberse teletransportado a una cabaña en medio del bosque. La decoración, la calma que se transmite, la vajilla cuidadosamente elaborada por artesanos pieza a pieza... todo forma parte de un gran escenario que nos abraza y encanta.

Oba- es el restaurante gastronómico de Cañitas Maite. Su menú consta de 19 pasos con 29 bocados y tiene un precio de 119 €. Se puede acompañar de un maridaje de 69 € o uno natural de bebidas fermentadas elaboradas por ellos mismos por 59 €. Está situado en el pueblo albaceteño de Casas-Ibáñez y abre de lunes, martes y miércoles para servicio de comidas y jueves y viernes para servicio de comidas y cenas.