- Lo mejor: Las gambas de Roses con jugo de pollo y el mató de almendras
- Dirección: Riera de Sant Vicenç, s/n, 17488, Girona , España
- Teléfono: 972 25 84 82
- Url: https://www.compartircadaques.com/
- Horario: Ma-Do 13:00-15:15 / 20:00-22:00
- Precio: 35-50€
- Tipo de cocina: Mediterránea
- Nota: 4,5/5
Cadaqués es el "pueblo más bonito del mundo". Y no lo decimos solo nosotros, si no es lo que promulgaba a los cuatro vientos el genio con el bigote más famoso del mundo, Salvador Dalí. Lo cierto es que la panorámica de este pueblecito de la Costa Brava, es difícil de igualar. Casas blancas, mil y un tonos azules del mar y el cielo, barquitas de colores y buganvilla que adorna sus empinadas calles, hacen de ello la postal perfecta de Cadaqués.
Los restaurantes de la era post El Bulli
Y allí, en aquel entramado de callecitas con encanto, se encuentra el que posiblemente sea el mejor restaurante de la Costa Brava. Se llama Compartir y abrió sus puertas en 2012. ¿Sus creadores? Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas, nada más y nada menos que los jefes de cocina de El Bulli, junto a Ferran Adrià y Juli Soler, durante 15 años. El 30 de julio de 2011, El Bulli, tal y como se conocía, cerró sus puertas para convertirse en otra cosa.
Fue entonces cuando en 2012, los tres chefs decidieron asociarse y crean CXC, un paraguas bajo el que aglutinar su trabajo y sus restaurantes. En abril de 2012, abrieron las puertas de Compartir y en diciembre de 2014, Disfrutar, ya en Barcelona y un pasito más en concepto menú degustación.
Compartir: llevar el pica-pica un paso más allá
Pero centrémonos en el primero, ese que ha puesto Cadaqués en el mapa gastronómico internacional, porque además, abre durante todo el año y lucha por tener una regularidad. Allí todo tiene sentido, desde la elección del lugar, una casa con más de 300 años de antigüedad, que además pertenecía a un aficionado a la mesa de El Bulli, en pleno centro histórico de Cadaqués.
Cerrando el círculo, los tres chefs crearon un espacio que según ellos mismos explican, "nació con el objetivo de transformar el concepto de “pica-pica” para llevarlo un paso más allá."
Y lo llevan más allá, pero sin ninguna pretensión más que hacer disfrutar al comensal, dejando de lado la alta cocina, pero sin olvidar el amor por el producto y las técnicas aprendidas durante tantos años en el mejor restaurante del mundo. A Compartir se va a sentarse a la mesa, a disfrutar, a dejar la tensión aparcada en la puerta y por supuesto, tal y como indica su nombre, a compartir, porque todos los platos se presentan al centro de la mesa.
"Después de tantos años en El Bulli, decidimos abrir esto, con un concepto informal, muy para compartir y muy de la región. Es habitual que las casas se ponga un plato al centro de la mesa y se comparta entre todos. Nosotros quisimos conceptualizarlo como negocio y hacer que toda nuestra oferta aquí fuera por ese destino", explica a Cocinillas Mateu Casañas.
"Compartir es tradicional, porque sus raíces están fijadas aquí, pero también nos aprovechamos de toda la evolución que ha habido en la cocina en los últimos años. Con pequeñas pinceladas, con un criterio y un porqué, utilizamos algún esférico, espuma... Pero con una función concreta. Rompimos con el esquema del menú degustación fijo y empezamos a dibujar nuestro camino poco a poco", recuerda.
La oferta gastronómica de Compartir
Con estos conceptos muy claros, intentan llevar la cocina tradicional hacia un notable, con una oferta gastronómica moderna y mediterránea. Una de esas en las que uno disfruta y pasa un buen rato acompañado de amigos, familiares o pareja, en uno de los lugares emblemáticos de la Costa Brava.
Y su buen hacer les ha llevado a llenar prácticamente todos los días, más allá de la temporada veraniega. ¿Qué se come entonces en Compartir? La suya es una carta sencilla con primeros, arroces, pescados, carnes y postres y la posibilidad de un menú degustación, para compartir y a mesa completa por 70 euros.
Aunque hay hueco para la parte carnívora, la mayor parte del menú se compone de pescados y mariscos en distintas versiones. Arrancan con una sección propia de ostras preparadas en distintas versiones. Al natural, a la japonesa, con ajo negro y ajo blanco o con una crema fría de limón y albahaca...
Después conviene seguir con un compendio de sus mejores entrantes, desde unas sardinas marinadas, con espuma de remolacha y praliné de pistacho, hasta una caballa encurtida, que acompañan con una gelatina de dashi y ensalada de algas.
Si tuviésemos que quedarnos con algunos que sobresalen por encima del resto, serían por ejemplo el imprescindible canelón de atún rojo, relleno de tomate, al que circundan diferentes sabores del Mediterráneo, como una olivada negra, albahaca, leche de almendras, jugo de lima... que acompañan con un pan cristal para aportar el punto crujiente. Todo un clásico desde su apertura.
Otro de los grandes bocados es el buey de mar sin trabajo, para el comensal, claro. Para ello lo cuecen y desmigan y lo presentan cubierto con una crema de aguacate, puntitos de yogur y huevas de trucha. La idea es coger con la cuchara de abajo arriba y disfrutar de sabores estimulantes y la cremosidad del aguacate.
Irresistible también es su mató, que en este caso se elabora con leche de almendras, que sirve de acompañamiento de unas fantásticas anchoas de L'Escala. ¿Cómo estar en Cadaqués y no disfrutar de una de las grandes joyas de esta zona? Nos referimos a la gamba de Roses, que presentan abierta con una reducción de jugo de pollo.
A nosotros nos gusta comer a base de pica pica, pero también abundan en esta casa los arroces, que preparan con recetas como un arroz ibérico con trompetas de la muerte, con gambas de Cap de Creus a la brasa o cremoso con espardeñas. También bordan los pescados, como un salmonete con puré de suquet o unas vieiras a la catalana.
Para que los carnívoros disfruten, presentan platos como unas costillas de conejo rebozadas con alcachofas y alioli de manzana o un magret de pato del Ampurdán con manzana al vino tinto, entre otros.
Hay que dejar hueco para el postre y hacerlo en especial para dulces como su plátano con yogur y galleta de cacao, su tiramisú con sorbete de café o unos bombones líquidos de chocolate acompañados de sorbete de grosellas.
Para redondear la experiencia, hay que saber que también desde 2015 se introdujeron en el mundo del vino, elaborando algunas referencias como 'El vi dels amics', una garnacha gris del Alto Ampurdán, que marida a la perfección con los sabores de Compartir.