Las mejores terrazas de Madrid para disfrutar en el verano 2020

Mer Bonilla Macarena Escrivá

Tener que quedarse a pasar el verano en Madrid no tiene por qué ser un mal plan, al contrario, puede ser la excusa perfecta para visitar locales de ocio que solo abren en verano, como es el caso de algunas terrazas, que solo funcionan en la época estival y que, este año, debido a la Covid-19 son una gran alternativa para el ocio de todos aquellos que, por precaución, siguen intentando evitar los sitios cerrados.

Mejores terrazas de Madrid para comer bien y fresquito

Las terrazas y macroterrazas veraniegas son un símbolo del verano en la capital, tanto a pie de calle como en algunas conocidas azoteas, los locales de restauración al aire libre son la mejor opción para que las altas temperaturas de Madrid no sean impedimento para disfrutar del ocio gastronómico.

La oferta es variada, y va desde unas simples cañas con los amigos acompañadas por unas raciones de patatas bravas en Docamar, hasta los selectos menús de restaurantes con Estrellas Michelín como Lúa.

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LUKE (Terraza del Club de Campo Villa de Madrid)

La cocina de Luke Jang ya se puede degustar en este privilegiado espacio al aire libre y con unas vistas inmejorables de la ciudad.

El chef coreano ha creado en exclusiva una propuesta que combina la cocina tradicional española con sus toques creativos y el mejor producto de temporada.

LUKE permanecerá temporalmente en el Club de Campo Villa de Madrid hasta la reapertura de su local en la calle Bárbara de Braganza tras la época estival.
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Lúa (Eduardo Dato, 5)

Manuel Domínguez estrenaba delivery hace unos días y esta semana añade también la terraza a su oferta gastronómica tal como permite en este momento la situación sanitaria de la capital.

Este restaurante, que cuenta con una estrella Michelín y una relación calidad-precio inmejorable reabre puertas ofreciendo la mejor materia prima en una carta en la que abundan los platos de marcada inspiración gallega. Imprescindible el pulpo.
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Ramsés (Plaza de la Independencia, 4)

Con dos restaurantes, un jardín japonés en el que se sitúa la terraza y varios salones destinados a eventos que se distribuyen en un espacio de más de 2 000 metros cuadrados, Ramsés se ha convertido en un referente a nivel nacional e internacional que crece día a día en una permanente búsqueda de la excelencia y en la voluntad de ofrecer experiencias innovadoras en el mundo de la alta restauración.

La cocina de Arzak, presente en todos los espacios que conforman Ramses, responde al interés del establecimiento por seguir sorprendiendo al comensal con una oferta culinaria de alta calidad que tiene a Sergi Sanz como chef ejecutivo.
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Arzábal Reina Sofía (Santa Isabel, 52)

Es una de las terrazas más famosas, bonitas y animadas de Madrid, y es que Iván Morales y Álvaro Castellanos saben hacerlo muy bien. Ubicada dentro del mismo Museo Reina Sofía, este rincón “verde” de la ciudad está abierto durante todo el día para ofrecer, tanto a turistas como a clientes locales, una oferta divertida, sabrosa y con un producto de máxima calidad.

Arzábal es tradición, son los sabores de toda la vida, los que encontrábamos en las tabernas más clásicas del panorama nacional. Pero Arzábal también es modernidad, es vanguardia, es sorpresa, es una buena adaptación a los nuevos tiempos, sin olvidar nunca el origen ni de dónde venimos.
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Benarés (Zurbano, 5)

Si juntamos el tapeo español, la alta cocina, los potentes sabores y el colorido de la comida hindú, el resultado es Benarés un restaurante que reinterpreta lo más popular de nuestra cocina como la paella o el bocadillo de calamares con sabores e ingredientes de la India y que posee una terraza interior con un pequeño estanque que la convierten en una de las más románticas de la capital para una cena especial.
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Cachivache Taberna (Serrano, 221)

La vuelta de los hermanos Francisco y Javier Aparicio a la actividad gastronómica de la capital tiene lugar con la reapertura de la terraza de Cachivache en pleno barrio de Salamanca.

Por fin, sus hiperfamosos torreznos y todas las delicias que echábamos de menos de su carta vuelven a estar disponibles.
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Clos (Raimundo Fernández Villaverde, 28)

Con poco más de dos años de vida y una recién estrenada estrella Michelín, el restaurante madrileño de Marcos Granda (también propietario del Skina marbellí) vuelve tras la cuarentena para seguir ofreciendo lo mejor de su cocina y de su excelente bodega en la terraza.
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Colósimo (José Ortega y Gasset, 67)

En poco más de un año que llevan abiertos, se ha convertido en un local de visita obligada para los amantes de la tortilla de patata, plato que bordan al igual que otros clásicos del tapeo como la ensaladilla o los chipirones.
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Docamar (Alcalá, 337)

Una caña y una ración de bravas en la terraza de Docamar es sentirse por un momento parte de una leyenda, pues se trata de las patatas bravas más populares de la capital. La adictiva salsa con la que se condimentan sus patatas y el resto de sus raciones taberneras hacen que sea difícil encontrar un hueco en sus mesas, pero si lo consigues el disfrute está asegurado.
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Narciso (Almagro, 32)

Esta brasserie perteneciente al colombiano Mario Valles un chef que iba para yudoka hasta que una lesión le apartó de la alta competición y le abrió las puertas de la cocina. No sabemos si el mundo del deporte perdió una estrella, pero donde sí ha conseguido brillar Mario con luz propia es en la cocina.

Primero llegó Hortensio, un homenaje a la cocina francesa más clásica y purista; después llegó Narciso, manteniendo la calidad pero con una propuesta más desenfadada e informal desde la hora del desayuno hasta el comienzo de la madrugada.
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Rocacho (Padre Damián, 36)

Los amantes de la buena carne encontrarán en Rocacho una de sus terrazas favoritas en las que celebrar la reapertura de los bares y restaurantes.

Aunque también sirve pescados a la brasa y unos suculentos arroces, si hay un plato por el que tiene una merecida fama es por el chuletón de buey de El Capricho.
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Terraza Filandon (Carretera de El Pardo a Fuencarral, km 1.9)

El grupo Pescaderías Coruñesas arranca la desescalada con la apertura de su terraza por excelencia, la de Filandón, a partir del próximo 2 de junio. Rodeada de naturaleza y con una extensión considerable, aceptan reservas a través de su web o por teléfono. Visitarles, es la excusa perfecta para disfrutar al aire libre de sus especialidades cocinadas a la brasa (carnes, pescados, mariscos) o el siempre solicitado lenguado Evaristo.
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Florida Retiro (Paseo de Panamá, S/N)

El Retiro ha abierto sus puertas y a partir del miércoles día 27, vuelve uno de sus espacios icónicos, Florida Retiro. El espacio abrirá sus terrazas al aire libre, la que se encuentra en la azotea y también Los Kioskos, la zona más informal con diferentes puestos de comida, totalmente adaptados a la nueva situación.

Son hits de la casa la burrata aliñada con pesto e higos frescos, la ensaladilla ahumada, los calamares fritos de anzuelo con mayonesa de cítricos o tortilla de patata al momento, todo ello asesorado por el estrella Michelin Iván Cerdeño.
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Joselito's Velázquez (Velázquez, 30)

La terraza de Joselito ha abierto de nuevo al público y lo ha hecho con un novedoso formato, las medias raciones, así se evita el tener que compartir, se pueden degustar sus platos de manera individual y se hace más versátil el poder probar diferentes cosas de su carta.

A través de cartas digitales con códigos QR, se podrá pedir, de lunes a sábado, platos como un refrescante salmorejo con jamón Joselito y huevo picado, ensaladilla tradicional con tacos de chorizo y salchichón y mahonesa de chorizo o un carpaccio de presa con mayonesa de lima y parmesano. También sus excelentes embutidos y, por supuesto, su jamón, declarado como el mejor del mundo.
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Sacha (Juan Hurtado de Mendoza, 11)

Sacha es ya un clásico de Madrid. Esa Botillería y Fogón guarda un lugar especial en el corazón de todos. De hecho, fue elegido como el mejor restaurante de Madrid en la primera edición de los Premios Cocinillas. Y sin duda, una de las opciones más esperadas del verano, es la apertura de su terraza, que unida a la situación que hemos vivido, la hace todavía más imprescindible si cabe.

Se encuentra en una zona ajardinada, tranquila y sosegada, frente al restaurante e iluminada por pequeñas lámparas. ¿Quién no quiere volver a deleitarse en su mesa con hitos como la falsa lasaña de txangurro, la tortilla de boquerones con piparras fritas o el contundente, aunque sabroso, villagodio al tuétano?
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MO de Movimiento (Espronceda, 34)

Es una de las aperturas del año, no solo por la calidad de la propuesta gastronómica en la que todos los platos se elaboran con productos de proximidad y se indica en todos ellos quienes son los productores, sino que además, representa un nuevo concepto de emprendimiento en el que el reciclaje, la integración social y la sostenibilidad tienen gran importancia y del que más adelante os hablaremos con detalle.
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Sa Brisa (Avenida Menéndez Pelayo, 15)

Con Esther Bonet y Pere Sa Brisa al frente, ofrecen una propuesta gastronómica marcada por platos con acento mediterráneo que beben de la cocina tradicional ibicenca, pero que a su vez, viajan por el mundo, con toques de México, Perú y Asia.

Imperdibles clásicos como el hot dog de calamar de potera y kimchi, mayonesa de lima y katsuobushi, se unen otros como sus embutidos y gambas ibicencas o su versión del clásico bullit de peix.
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Rubaiyat (Juan Ramón Jiménez, 37)

Otro de los oasis en materia de terrazas de Madrid, vuelve a la vida. Rodeada de vegetación, es el perfecto espacio para disfrutar de sus emblemáticos platos de carne y ese toque brasileño que tanto nos ha gustado siempre.

Además de cortes de crianza propia de su hacienda brasileña, como el Baby Beef, el Bife de Chorizo, el Master Beef (chuleta con entre 40 y 60 días de maduración) o la reina o el Queen beef, Mariana Argeoli, su chef, incorpora platos más ligeros y frescos de cara al verano como elceviche de lubina con granizado de caipirinha de mandarina o el atún rojo a la parrilla con sésamo negro, quinoa, chutney de mora y espuma de jengibre.
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Baby Grill (Juan Hurtado de Mendoza, 11)

Es el hermano pequeño de Rubaiyat con la misma calidad pero en una propuesta algo más informal, su terraza es uno de sus espacios más atractivos y ahora ya se puede volver a disfrutar y sin agobios.
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Picalagartos Sky Bar (Gran Vía, 21)

La azotea sobre el punto más alto de la Gran Vía, ubicada en la última planta del hotel NH Gran Vía Collection, reabrió sus puertas el pasado 28 de mayo y lo hizo con el primer espacio al aire libre, donde disfrutar de la carta de bebidas y la de coctelería, que estrena propuesta del mixólogo italiano Luca Anastasio, el nuevo fichaje del grupo como Director de Barras & Coctelería. En la semana posterior se abrirá la planta 8, donde se encuentra su restaurante con varias terrazas, con una carta castiza y de temporada del chef del grupo, Manuel Berganza.
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Azotea del Círculo (Marqués de Casa Riera, 2)

El pasado 25 de mayo, reabría una de las terrazas icónicas de Madrid, con sus vistas sobre la Gran Vía, que llevan enamorando a quienes la visitan desde que en 2013 abriera sus puertas. Han adaptado todo tipo de medidas, como digitalizar procesos y contenidos.

Disponen de nueva carta de primavera-verano, ideada por su chef Manuel Berganza, que incluye platos como las alcachofas asadas con queso Manchego, chipirones encebollados y presa ibérica a la plancha con bimi, entre otros.
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Torikey (Plaza del Descubridor Diego de Ordás, 2)

Yakitoris de calidad, cerveza japonesa bien fría y amabilidad a raudales. Es lo que nos espera en la terraza de Torikey, que traslada todo su saber hacer nipón a las mesas del exterior. El chef Hiroshi Kobayashi ha implantado con maestría cocina japonesa más allá del sushi.

Hay que probar su sopa de cocido japonesa, el pollo Nanban con salsa Aurora y yakitoris como el tsukune, el pollo con wasabi o los especiales de casquería.
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Apura (General Oraá, 45)

La sanguchería de Mario Céspedes también se apunta a la apertura en la fase 1. Abre su terraza con 10 mesas y con horario de comidas y cenas. Apura se trata de un tipo de local muy típico del Perú, donde se come de manera informal y el bocado principal son los bocatas o sangúches.

Triunfan el brioche de carrillera ibérica, sésamo y hierbabuena y los sangúches de chicharrón de cerdo con camote frito y salsa criolla, el de pavo asado con crema de ají y boniato o el que mira a España, con calamar en tempura acompañado de rocoto.
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Hevia (Serrano, 118)

Pioneros en introducir en nuestro país productos como el caviar o el foie, más de medio siglo después, siguen con todo el savoir faire que un día les enseñó la primera generación con Pepe Hevia al frente.

La ocasión es perfecta para volver a probar sus clásicos, con creaciones tan relevantes como los canapés de ensaladilla rusa con ventresca, su selección de ahumados, la gamba blanca de Huelva, bocados como el Serafín y el Zepelín, los callos y un plato en práctico peligro de extinción, las ancas de rana rebozadas o a la bilbaína.
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Casa Suecia (Marqués de Casa Riera, 4)

Otra de las terrazas icónicas de la zona de Gran Vía reabre sus puertas. El roof top del hotel Casa Suecia ha vuelto tras el confinamiento con un aforo del 50% y una nueva propuesta gastronómica renovada.

Abren todos los días desde las 12:00 pm y de lunes a viernes a medio día arranca con la nueva propuesta “on the roof” para disfrutar de comida informal con dos menús, Mex y Burger, con tacos preparados al momento y guacamole casero o hamburguesas. Los sábados y domingos servirán su tradicional brunch.
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El Bund (Arturo Baldasano, 22)

Los amantes de la comida china también pueden hacerlo en esta terraza inspirada en los jardines de Suzhou. En ella se puede disfrutar de la tranquilidad y el frescor en un espacio rodeado de bambú y los árboles que crecen en el jardín. En esta zona se sirven comidas al mediodía o por la noche. Si desea reservar en la terraza, indíquelo expresamente al hacer la reserva.
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La Malaje (Plaza de la Paja, 10)

La Malaje es un restaurante que ensalza la comida del sur de España. Con la máxima de la calidad y el cuidado del producto la materia prima nos hace disfrutar en un antiguo palacio reformado de una comida exquisita. Sin duda uno de los descubrimientos del año.