Su lechazo al horno es uno de los mejores de Zamora. Curioso que se llamen El Ermitaño porque aquí siempre hay gente que acude a comprobar si tal fama es merecida o a repetir la experiencia de comer este cordero, que te hace suspirar solo con verlo llegar a la mesa. Cuando lo visites, no olvides pasarte a ver la ermita del siglo XVIII que hay junto al restaurante.