Llegaron pisando fuerte y su imperio no deja de crecer. Bueno, mejor que su imperio podríamos decir su “manada”. El Grupo RanTanPlan ha conquistado la capital con una oferta de locales ‘chic’ en los que encontrar siempre un ambiente animado dentro de una atmósfera cosmopolita y con una interesante oferta. Hoy hablamos de Chow Chow, la tercera de sus aperturas, por detrás de Teckel y Pointer, y por delante de Pomerania, su última apertura.
Ficha y detalles del restaurante Chow Chow
- Lo mejor: el tartar de atún con camote frito y huevos de codorniz y el gunkan de arroz a la cubana.
- Dirección: Av. de Concha Espina, 55. 28016 Madrid
- Horario: 13:00h a 16:00h y 20:00h a 00:00h.
- Reservas: En el teléfono 91 088 45 50
- Precio medio: 45 euros. Menú degustación: 60 euros.
- Nota: 4/5
Dentro de un espacio inspirado en la moderna y actual ciudad de Kyoto, el concepto Asian Latin Food que propone Chow Chow fusiona una cocina tradicional como la japonesa con sabores procedentes de las más deliciosas gastronomías de América Latina: la peruana, la mexicana, la venezolana y la brasileña.
La propuesta que Chow Chow presenta en cocina es, en definitiva, una gastronomía fusión japo-latina, en la que encontrar opciones arriesgadas, divertidas y con mucho sabor. Lo mejor es dejarse recomendar por su equipo de sala, trabajan muy bien a la hora de proponer sus diferentes platos a los clientes, siempre atendiendo los gustos y prioridades de cada comensal.
Fusión japo-latina de alta calidad
¿Qué se pide en Chow Chow? Originales, divertidas y sorprendentes propuestas nos esperan en la carta. Desde en recetas algo más clásicas -siempre con un toque moderno-, hasta los sabores más potentes y sabrosos, la fusión de gastronomías japonesa y latina está muy presente. Además, presentan algunos guiños nacionales que se mezclan con estas cocinas para dar como resultado opciones como el atún aliñado por un sureño, el nigiri de huevo de codorniz con panceta ibérica, el rabo de toro teriyaki o la papada de cerdo asada y confitada.
Entre los entrantes, destacan las gyozas fritas, bien de anticucho siguiendo receta peruana, bien de manitas de cerdo y carne criolla; un favorito tartar de atún con camote frito y huevos de codorniz; los dumplings de setas shiitake y guiso de chancho; los spring rolls de pasta filo, pollo y batata; y los dim sum de verduras asadas y langostinos.
Siguen en carta los ceviches y crudos, con propuestas japonesas como el sashimi (toro, atún, salmón, variado…) o el usuzukuri de hamachi y salsa ponzu; desde Perú traen un ceviche de pesca del día con chipirón de anzuelo en tempura, y los tiraditos de res con 40 días de maduración, de lubina y de dorada con leche de tigre de rocoto y su guarnición.
Vamos con los nigiri y gunkans, de los que merece la pena probar una selección al gusto ya que son deliciosos a la par que sorprendentes. Otoro -ventresca-, chutoro -media ventresca-, akami -lomo-, salmón con ralladura de lima y azúcar moreno…
Entre los gunkans, presentan un “kamikaze”, sólo apto para los paladares más arriesgados y resistentes; el de pollo de caserío en pepitoria, una auténtica delicia; vieiras en dos temperaturas y mayonesa de yuzu; rodaballo con salsa de cilantro; huevo de codorniz con panceta ibérica; de huevo trufado y polvo de jamón; o crujiente de arroz con atún aliñado con “japoyonesa” de kimuchi.
La oferta de sushi se completa con los rolls, que se sirven en ocho piezas y de los que también merece la pena escoger al menos uno de ellos para compartir. Tienen el Chow Chow, un maki de atún picante, pepino, salsa chipotle y masago arare; el Dragón Rojo, un maki de atún, anguila, pepino, aguacate, jalapeño, kabayaki y granada; el Limeño, canchita quebrada, chipirón rebozado, aguacate, hamachi y cebolla morada con salsa acevichada; el Hot Shrimp Killer, langostino en tempura, salsa de chile y ajo, hoja de roble, shisho y sésamo blanco; y un clásico California roll al que se le añaden unos crujientes aros de cebolla.
Llegan los principales, recetas más contundentes con las que cerrar la parte salada de la visita. Se trata de elaboraciones que combinan ingredientes y técnicas de diferentes países, que juegan con el humo y el fuego para ensalzar los sabores y sacan lo mejor de esas mezclas para sorprender en cada bocado. El lomo de res curado, por ejemplo, lo sirven en yakiniku, un término japonés que, en su sentido amplio, alude a los platos de carne a la parrilla.
El rabo de toro lo encontramos en su versión menos clásica, asado con la técnica teriyaki; también presentan un yakisoba (o tallarines fritos) de ternera y verduras; las mini burgers “japolatinas” con chips de camote; un yakitori con arroz; o la papada de cerdo, asada y confitada. Lejos de encontrar únicamente preparaciones ligeras y en su mayoría crudas, Chow Chow propone esta lista de recetas más contundentes en las que los guisos y la cocina de varias horas es protagonista.
El resultado son carnes que se deshacen en la boca que se potencian con salsas que traspasan fronteras y nos hacen viajar con el paladar hasta Asia o América.
Postres que dan la vuelta al mundo
Seguimos viajando con las propuestas dulces. El más contundente, sin duda, es el clásico banoffee, pero no faltan un coulant de chocolate con helado de wasabi, que le aporta un interesante toque exótico; las tartas de té verde y cremoso de yakiniku y de yuzu y merengue; el cremoso de queso y yogurt, fresas y helado de sésamo negro; o la trilogía de mochis, según temporada.