Malasaña tiene nuevo vecino. Hace apenas unos meses abría sus puertas el Bastardo Hostel, un establecimiento que se sale de todo lo conocido y reúne en un mismo edificio camas, cine, arte, poesía y, por supuesto, gastronomía. Y es dentro de este concepto revolucionario donde surge Limbo, un asador canalla que hará que vuelvas a enamorarte del pollo asado.
Ficha y datos del restaurante Limbo
- Limbo es el asador de diseño industrial del Bastardo Hostel en Malasaña. Con una propuesta gastronómica corta y sencilla, exploran el mundo de los asados y entre ellos, el rey de la casa, el pollo asado. Lo elaboran en un asador creado ad hoc para el restaurante que hace que casi todos los platos que pasan por las brasas, tengan personalidad propia.
- Lo mejor: el pollo asado y los tomates a la brasa con perejil y aceite de ajo como guanición.
- Dirección: San Mateo, 3. Madrid.
- Horario: Lu a Ju de 13:00 a 01:00 horas. Vi y Sa de 13:00 a 02:00 horas. Do de 13:00 a 0:00 horas.
- Reservas: Aceptan reservas en su web https://grupolamusa.com/restaurante-limbo/
- Precio: 20 euros.
- Nota: 4/5
¿Te acuerdas del Limbo? Sí, ese juego para poner en práctica tu audacia y flexibilidad originario de la isla Trinidad. Pues bien, aquí lo que vas a poner en práctica son tus ganas de pasarlo bien en un nuevo restaurante con un ambiente y decoración envidiables. Ha nacido de la mano del Grupo La Musa, dentro de un nuevo hostel en pleno centro de la ciudad y viene dispuesto a quedarse y marcarse en el mapa gastronómico madrileño.
Comenzando por el proyecto de interiorismo desarrollado por parte del Estudio Triscaideca, que se resuelve como un espacio de grandes dimensiones, ventanales por donde entra la luz natural y un diseño de corte industrial, donde los hornos son los protagonistas. Así la cocina interactúa con los clientes que asisten a un showcooking en directo en todo momento.
Limbo se desarrolla en toda la planta baja del hostel, con dos espacios diferenciados y separados por la pequeña recepción. El primero, una cervecería en la que se desarrolla la actividad cultural del hotel (una barra con gradas y un escenario en altura), así como una especie de foodtruck donde se sirven cervezas de grandes formatos y tablas frías, además de algún que otro bocado para picar mientras se disfruta de esta parte. El segundo lugar, el restaurante propiamente dicho, en el que camareros se entremezclan con clientes por aquello del no uniforme que han impuesto, con luces y bombillas de colores, que nos vaticinan que aquí se viene a pasar un buen rato.
Restaurante Limbo, cuando menos es más
La propuesta del chef Javier Bricchetto apuesta por la frase ganadora: menos es más. Es por ello que la de Limbo, “es una carta sencilla, bien planteada con cuatro entrantes y cuatro platos principales -pollo, hamburguesa y costilla de ternera ahumada-, acompañados de cuatro guarniciones y rematada con cuatro postres“, apunta el chef Brichetto. La cosa va de cuatro en cuatro y no hace falta nada más.
El centro de todo son los potentes hornos que se han creado ex professo para el restaurante. “El horno de Limbo está fabricado en hierro bruto con tecnología actual para optimizar sus funciones con un acabado que evoca un gran camión cisterna. Al ser el eje central de Limbo, su posición está muy estudiada para que todo lo que ocurre en el restaurante gire en torno a él, encuadrado entre dos grandes pilares de hormigón”, comenta Gonzalo Álvarez del estudio de interiorismo. Cada vez que lo abren, podrás ver cómo los pollos giran hasta alcanzar su punto óptimo de cocción, mientras que en la otra parte, acoge una parrilla donde se asan carnes y verduras para aportarles es toque ‘smoky’ que tanto nos gusta. ¿El resultado? Esa cocina en la que se asaba con hierro, madera y fuego auténticos.
Así que en el restaurante Limbo, todo gira alrededor de las brasas con un claro protagonista: el pollo asado. Y pensarás, ¿de verdad tengo que ir a un restaurante a comer algo tan simple como un pollo asado? Y nosotros te diremos que sí.
Para empezar, cuenta con una serie de entrantes como unas buenas croquetas caseras de pollo y jamón, redondas y jugosas o un sabroso salmorejo de tomates hechos a la brasa y ensalada fresca de verano. Otra opción más contundente es el queso provolone hecho a la chapa con pimientos asados.
Para continuar, es obligatorio pedir el pollo asado, ya sea medio o una pieza entera. Lo marinan con ají panca y chipotle, para después asarlo lentamente al carbón. Lo sirven junto a un jugo del propio pollo. Pero también tienen en su carta otras propuestas de platos principales como el bocadillo de brisket con pan de pueblo y relleno de tomate asado, pepino, lechuga y salsa criolla. Otro hit de la carta de Limbo son las costillas de cerdo que ahuman durante 7 horas y untan con salsa BBQ Jack Daniels, lo que hace que comerlas sea casi adictivo. Encima de la mesa encontrarás más salsa BBQ, una mayonesa picante con cilantro y chimichurri casero.
Decíamos que los apartados de la carta van de cuatro en cuatro, por lo que los acompañamientos también se distribuyen así. Para acompañar a los principales, es imprescindible pedir los tomatitos asados a la brasa con perejil y aceite de ajos asados, con sabor a tomate de verdad. También es interesante la patata de feria gratinada con queso. No faltan un arroz caribeño con frijoles refritos y espinacas gratinadas con queso Havarti.
El lado más dulce del Asador Limbo
Y cuatro son también los postres. En nuestra visita probamos el lemon pie que sirven dentro de un bote con galleta de matequilla y merengue quemado haciendo un perfecto ensamblaje entre el punto cítrico y el dulce. Otras finales golosos pasan por un flan de dulce de leche con espuma de queso, un cremoso de chocolate blanco con fresas estofadas y para los chocolateros un mug cake de chocolate con helado de galletas.
¿Nuestro veredicto final? Nos ha gustado y mucho. Sabes a lo que vas, las pocas cosas que preparan las bordan y esa es la clave de su éxito.