Cocinillas Places Especial Londres: Ben's Cookies, Galletas de otro mundo

¡Bienvenidos de nuevo al Cocinillas Places mensual de Londres! Hoy os descubriré mi tienda de cookies favorita: Ben’s Cookies en Carnaby Street. Se os va a caer la baba.

Web: www.benscookies.com
Varias direcciones, consultar página web
Precio: Aprox. £1,30 por galleta.

Comida: 9
La carta no nada extensa, ¿para qué? La gente va a Ben’s Cookies a comer galletas, así que eso es lo único que hacen, y las hacen muuuy bien.
Las cookies de esta pequeña pero matona cadena (tienen 10 tiendas en Reino Unido y 5 en Arabia Saudí) son absolutamente deliciosas. Hechas allí mismo, muchas veces aún están calientes cuando las compramos. Son más blandas que el resto de cookies y se deshacen en la boca. Algo me dice que llevan una gran cantidad de grasa, pero no nos importa porque están de vicio. En su web se puede consultar la gama de sabores. Yo recomiendo las de chocolate y las de chocolate blanco, aunque todas las que he probado estaban buenísimas.

Bebida: 6
Tienen unas mesitas y si queremos podemos sentarnos a comer nuestras galletas acompañadas de un café ¿Qué otra cosa si no?
El café en Londres no es ninguna maravilla, este está rico, sin más.

Ambiente: 7
El personal suele ser inglés y como ingleses que son son muy amables. No obstante no hay mucho servicio, ya que se pide y se recoge todo en el mostrador.

Situación: 10
Como ya os he dicho anteriormente, hay varios locales en Londres.  Mi favorito es el de Carnaby Street, que para mí tiene una situación perfecta justo a la entrada de esta calle, que ha sido siempre un referente de moda joven y moderna y es de las más visitadas por los turistas.
Carnaby Street está en el centro de todo. A 3 minutos andando de Oxford St y segundos de Regent St (Las calles con las mejores tiendas de Londres), en pleno Soho y a unos pasos de Picadilly Circus y Trafalgar Sq. El lugar perfecto para empezar un día de turismo con unas buenas cookies.

Valoración cocinillas: 8
Sólo tenéis que ver las fotos. Como diría Homer: “Aaaaarrgghhh…”