Viajar a Japón está de moda. La fascinación por el propio país y la caída del valor del yen, han propiciado que cada vez sean más los que se suman a conocer este lugar único. El pasado junio se estableció un récord de turistas mensuales, concretamente de 3,14 millones de personas, posicionando al turismo con un motor, ya indispensable, para su economía.
Y lo cierto es que es un país impresionante, uno que une ciudades casi futuristas como Tokio con la tradición antigua de urbes como Kioto. Y eso solo por citar dos de las más conocidas. A la hora de planificar un viaje al país del sol naciente lo vemos como algo inabarcable. Y realmente lo es, y más en materia gastronómica. Según datos de Tablecheck, el gigante de las reservas en el país (similar a The Fork), solamente en Tokio hay más de 137.000 restaurantes. Y eso en una sola ciudad.
Allí deseamos probar todo lo que la gastronomía nipona tiene que ofrecernos, de sushi a ramen, pasando por yakitoris, fideos soba o tempura. Y algo más, unas tiendas que llevan existiendo desde siempre, pero que, en los últimos años y gracias a las redes sociales, han alcanzado todavía más importancia, los konbini.
¿Qué es un konbini y por qué son tan socorridos?
Los konbini (tiendas de conveniencia japonesas) son establecimientos que se encuentran en casi todas las calles y son una parte esencial de la vida cotidiana en Japón. El primero abrió en Tokio en 1969 y, a día de hoy, hay más de 50.000 tiendas repartidas por todo el país. Estos establecimientos han ido evolucionado para ofrecer una amplia variedad de productos y servicios que van más allá de lo que podríamos esperar.
Muchos dicen que sus llamativos carteles brillan como un faro de esperanza en mitad de la noche porque es lo único que funciona las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Pero lo cierto es que son mucho más, y aunque nosotros como turistas no usemos estos servicios, para los japoneses son lugares donde se pueden pagar facturas, recoger paquetes, sacar dinero y, por supuesto, comer algo en cualquier momento del día.
Nacieron en Estados Unidos, de hecho, dos de las tres cadenas más famosas, 7 Eleven y Lawson tienen su procedencia allí, pero adquirieron aquí su popularidad. Y mientras en otros países apenas tienen algunos snacks, bebidas y poco más, en Japón son tiendas en las que encontrar de todo. Desde una muda de ropa limpia a cosmética, pasando por accesorios básicos del día a día y, lo más interesante, una amplia oferta de comida y bebida que ha conquistado a todos los que la prueban.
Guía de uso para comprar en un konbini
Ahora bien, mientras que muchas veces, y más en verano, son una perfecta opción para dar una vuelta y sentir el aire acondicionado para sobrellevar el calor asfixiante japonés, otras tantas son nuestra opción para picar algo o para hacer alguna de las comidas o cenas durante nuestra visita.
Y será tan fácil como coger lo que quieras, dirigirte a la caja y pagar, con dinero en metálico o tarjeta. Pero no esperes que sus empleados puedan explicarte qué es cada cosa, porque. aunque los nipones destacan por su generosidad, de inglés andan más bien cortos.
Ante tal cantidad de productos, encima casi todos en japonés -aunque muchos tienen el nombre también en inglés-, ¿qué merece la pena probar? En la actualidad, los konbini compiten en innovación, ofreciendo snacks de marca propia y colaboraciones exclusivas. Y cada cadena es conocida por cosas diferentes, por lo que no es de extrañar que muchos residentes en Japón tengan sus favoritos. ¿Los descubrimos?
Qué comprar, de platos salados, en los konbini
Los tres grandes konbinis -aunque hay más- son Family Mart, original japonesa y Lawson y 7 Eleven que nacieron en Estados Unidos. El primero es uno de los favoritos y en redes sociales a menudo la música que suena al entrar en un Family Mart, más conocidos como Famima, se describe como uno de los sonidos esenciales de Japón. Y es que cuando se abren sus puertas, suenan unos acordes que quedarán grabados en tu memoria.
En todos ellos venden decenas de productos para quedarse embobado un rato. ¿Un imprescindible? Los onigiris. Los encontrarás en todos ellos con rellenos desde el famoso atún con mayonesa, pasando por salmón o natto, una mezcla hecha con soja fermentada pegajosa que está adquiriendo mucha popularidad. Todos vienen con el alga nori separada para que no pierda su toque crujiente y con instrucciones para montarlo cómodamente.
En materia de sushi, los otros ganadores son los rolls. También se venden como los anteriores, separando el arroz del alga y con diferentes rellenos. Uno que es memorable es el de atún rojo con cebolleta y wasabi que venden en Family Mart.
En los konbini no solamente venden bocados fríos, sino también preparados calientes y una de las estrellas es el pollo frito. Casi todas las tiendas de Japón tienen trozos de pollo frito, pero ninguno supera al de Family Mart, el famoso pollo Famichiki. Lo venden en varias versiones, como el contramuslo o pechuga, y todos tienen un exterior crujiente con un interior jugoso cocinado a la perfección.
Además, se puede probar en dos versiones, normal o picante, y con frecuencia aparecen opciones especiales de temporada. Otra de sus ventajas es que está deshuesado, por lo que puedes comerlo incluso en la calle. Y esto es porque han diseñado un envoltorio que te permite comerlo sin pringarte los dedos. Eso sí, recuerda no hacerlo mientras andas por la calle, porque en Japón es algo que está mal visto.
Si pasas por un Lawson, prueba su pollo frito Karaage-kun. Lo venden en paquetes con nuggets y una simpática ilustración, con sabores como el queso de Hokkaido o el picante.
Los sándwiches son también superventas. De pan esponjoso y rellenos que van desde katsu de cerdo o gamba a pollo teriyaki, pasando por tamago e incluso fruta. El de ensalada de huevo es uno de los más vendidos. Hay usuarios de las redes que comparan los de las tres cadenas y muchos coinciden, situando en primer lugar al de Lawson por su relleno, seguido del de Family Mart y el de 7 Eleven. Un consejo: si quieres elevar la experiencia, prueba otra mezcla que se ha vuelto viral, mezclar un trozo de pollo frito entre el sándwich. Lo hemos probado y es como tocar el cielo.
¿Más delicias saladas? El curry bread de 7 Eleven, un panecillo crujiente por fuera relleno de curry japonés con un picante muy controlado, los buns de carne de Lawson o el bun de yakisoba, que es un pan de perrito relleno de esta combinación extraña a primera vista, son otros de los favoritos.
Un paraíso también del dulce
La parte dulce de los konbini es otra de las más aclamadas. Desde los tradicionales dorayaki a pancakes, pasando por melonpan y los taiyakis. De estos últimos, el que se rellena con egg custard (una especie de natilla de huevo) de Family Mart, es de los más sabrosos.
La locura de los postres de otras latitudes también ha llegado a Japón. Por ejemplo, en Lawson lanzaron hace unos años su Baschee, que es un juego de palabras japonés para la típica tarta de queso vasca (bas + chee = baschee). También la crème brûlée se ha hecho viral, en forma de helado o la castella portuguesa, que ha llegado a Japón como Torotela, que se vende en Lawson, como un dulce esponjoso que envuelve una salsa de huevo dulce y está pensado para comerla fría o caliente.
Por supuesto, en todas ellas venden infinitas opciones de cafés y tés, que se pueden tomar fríos o calientes, además de vasos de fruta congelada, que, con la ayuda de una máquina en la propia tienda, se convierten en smoothies perfectos y refrescantes.