Nunca me cansaré de los platos sencillos. Comida hecha con ingredientes básicos, del día a día, pero que cocinados con amor y tiempo representan aquello de que las cosas simples de la vida son siempre las mejores.

El ratatouille, como plato emblemático de la gastronomía francesa, es una combinación de diferentes verduras colocadas sobre una capa de salsa de tomate, que se aliñan con hierbas provenzales y van cocinadas al horno. El resultado podría ser equivalente a lo que en nuestro país es el clásico pisto o una escalivada, pero visualmente más atractivo y aromático.

Lo que hace especial a esta receta es que las verduras, tales como calabacín, berenjena y tomate, se cortan en rodajas y se colocan de forma alterna solapadas de pie, una tras otra, en una fuente para asar o sartén apta para horno, formando una preciosa espiral de colores.

Aunque también es lícito cortar según caiga y saltear simplemente las verduras para hacer un popurrí y después aunarlas al tomate y aliño, se pierde la magia tradicional del plato y el componente visual que tanto nos enamoró en esa película infantil, claro. No vamos a ser tan puristas de asar cada verdura por separado, pero sí para la presentación. Un ratatouille emplatado de la manera clásica entra por los ojos de manera casi irresistible.

Para su elaboración solo hace falta tener algo de pulso a la hora de cortar las rodajas de verduras del mismo grosor, tarea para la que nos será muy útil una mandolina. Este corte homogéneo no es baladí, además de por bonito nos permite que las verduras queden asadas de manera uniforme.

En cuanto al aliño, se pueden utilizar varias hierbas secas, como tomillo, orégano y albahaca espolvoreadas por encima y con un buen chorretón de aceite de oliva, o triturarlas frescas con un poquito de aceite. Se puede consumir como entrante o guarnición, y aunque recién hecha es una maravilla, es de esos platos que mejoran de un día para otro.

Cómo hacer ratatouille

Ingredientes

  • Cebolla, 1 ud
  • Diente de ajo, 1 ud
  • Aceite de oliva, 4 cucharadas
  • Pimiento rojo, 1/4 ud
  • Pimiento verde, 1/4 ud
  • Tomate triturado, 250 g
  • Orégano, 1 cucharadita
  • Pimienta negra molida, c/s
  • Sal, c/s
  • Azúcar, 1 cucharadita
  • Albahaca picada, 1 cucharadita
  • Tomillo seco, 1 cucharadita
  • Perejil, 1 cucharada
  • Aceite de oliva virgen extra, abundante para el aliño
  • Berenjena, 1 ud
  • Calabacín, 1 ud
  • Calabaza Pelada, 180 g
  • Tomate en rama, 2 ud

Paso 1

Preparar la salsa de tomate de la base

Paso 2

Cortar las verduras

Paso 3

Hacer el aliño de hierbas

Paso 4

Montar el ratatouille y hornear

Paso 1

Lo primero y más largo es hacer la salsa de tomate de la base así que será con lo que debemos empezar. Pelar y picar finita la cebolla. Hacer lo mismo con el ajo y los dos tipos de pimientos. Poner en una sartén a sofreír el ajo y la cebolla con aceite y sal, tendremos que dejar que se poche muy bien y que incluso llegue a comenzar a caramelizarse cambiando de color.

Paso 2

Cuando la cebolla ya esté cambiando de tono, agregar también el pimiento rojo y el pimiento verde picados y sofreír a fuego suave hasta que estén tiernos. Agregar entonces el tomate triturado con un poco de orégano seco, la sal, pimienta negra y el azúcar y dejar que todo reduzca a fuego mínimo durante unos 20 minutos.

Paso 3

Mientras tanto, y no mucho antes para que no se oxide, laminar el calabacín, la berenjena, el tomate y también la calabaza y conseguir en todos tamaños más o menos iguales. Esto es sólo para que quede lo más bonito posible una vez montado. Podríamos darle la forma circular perfecta a cada pieza pero no es necesario más que estéticamente.

Paso 4

Picar la albahaca y el perejil someramente y mezclar en un bol con el aceite de oliva virgen extra, el tomillo y el orégano secos. Reservar. 

Paso 5

En un recipiente apto para el horno disponer una base de nuestro sofrito de tomate y encima ir creando la espiral de verduras intercalándolas siempre con el mismo patrón. Terminar por encima con el aceite de hierbas y un poco más de sal.

Paso 6

Cuando se vaya a consumir, precalentar el horno a 180 ºC e introducir tapado con un papel de aluminio durante 30 minutos. Tras este tiempo, destapar y dejar cocinar 15 minutos más con cuidado de que no se dore demasiado. Dependerá del tamaño de la fuente.