Pocos alimentos conozco que sean tan versátiles como las patatas, hay mil formas de prepararlas y siempre están ricas, vale que vivo en Galicia y aquí todo resulta siempre mejor con unas patatitas, pero oye, son baratas y pueden llegar a ser muy lucidas. Así que hoy va de patatas el asunto.

Os propongo un gratín de patatas sencillísimo, una versión muy simplificada del gratín Dauphinois, que también es bastante más ligera porque no le vamos a poner nata y con ello le vamos a restar muchísimas calorías al plato.

Preparación del Gratín de patatas fácil

Ingredientes

  • Patatas Kennebec, 3 medianas
  • Mantequilla sin sal en punto pomada, 2 cucharadas
  • Queso Parmesano rallado, 3 cucharadas
  • Sal, ½ cucharadita
  • Ajo en polvo, 1 cucharadita
  • Pimienta recién molida, 3 o 4 vueltas
  • Orégano seco o tomillo, 1 cucharada
  • Aceite o mantequilla para engrasar la fuente
  1. Encendemos el horno a 220ºC con calor arriba y abajo sin ventilador para que se vaya precalentando.
  2. Pelamos las patatas y las cortamos en rodajas finísimas con un cuchillo bien afilado o de una mandolina, yo lo he hecho con esta última en la posición de 2 mm.
  3. Las ponemos en un bol, añadimos el resto de ingredientes y mezclamos bien para que se embadurnen lo máximo posible.
  4. Engrasamos una fuente para horno -o dos fuentes individuales- y colocamos las patatas apilándolas de manera que tengamos una altura de unos 3 centímetros.
  5. Horneamos durante unos 30 minutos a 220ºC hasta que la superficie esté dorada a nuestro gusto y al pinchar con un tenedor las patatas estén tiernas -si vemos que se doran demasiado por arriba, pero aún están duras, las tapamos con papel de aluminio hasta que se terminen de hacer.

Resultado

En realidad, lo más complicado de esta receta de gratín de patatas es cortar las patatas finas si no se tiene mandolina, pero también se puede hacer rápido con ayuda del propio pelapatatas.