Ya sé yo que muchos lectores (y algún que otro redactor de este blog) no me coméis verdura, y que simplemente el título de esta receta habrá hecho arrugar la nariz a los que nunca fuisteis dmiradores de Popeye. Pues qué queréis que os diga… ¡vosotros os lo perdéis!

Al resto os traigo esta tortilla de espinacas que  está bien rica y os va a ayudar a llevar una dieta más sana y equilibrada. Si seguís leyendo hasta el final, descubriréis algo que nunca habríais imaginado…

Preparación

En un cazo, ponemos un poco de agua a hervir y echamos el bloque de espinacas para descongelarlas. Cuando ya estén separadas, las ponemos en un escurridor de pasta y escurrimos muy muy bien para quitarles todo el agua (Truco: No tiréis el agua de cocerlas, usadla para regar las plantas o guardadla para un arroz, que os saldrá mucho más rico).

En una sartén echamos un gran chorro de aceite y el ajo cortado en rodajas. Freímos el ajo a fuego medio y lo sacamos cuando empiece a dorarse, con cuidado de que no se queme. Echamos las espinacas y rehogamos durante unos 5 minutos. Mientras tanto batimos los huevos y les echamos un poco de sal. Cuando estén listas las espinacas las añadimos al plato del huevo y mezclamos bien todo.

Echamos la mezcla en la sartén, que tendremos a fuego medio (5 de 10), ya que tiene que hacerse lentamente para quedar hecha por dentro. Cuando la tortilla tenga consistencia le damos la vuelta con la ayuda de un vuelcatortillas o un plato. Dejamos otros 3 o 4 minutos y listo.

Resultado

Me encanta esta tortilla. Por algún motivo que no entiendo está que te mueres mojándola en ketchup. Sí, habéis leído bien: ketchup. Sé que es una blasfemia en la cocina, pero ¡es que está muy bueno junto!

Los que tenéis hijos que no comen verdura, podéis probar a darles esta extraña mezcla; sé de muchos con los que ha colado (demostrado que los niños se comen casi cualquier cosa que lleve ketchup).

Tiempo: 20min

Dificultad: 3/5

Digestión: 2/5

Precio: 1,5€