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Cocinar algunas recetas del cocinero con más estrellas Michelin de España puede ser más fácil de lo que una se imagina. El chef Martín Berasategui a lo largo de su carrera ha compartido muchas recetas pensadas para que todos las podamos hacer en casa. Platos sencillos que no necesitan de ingredientes rebuscados ni de técnicas sofisticadas ni de aparatos que solo se encuentran en las cocinas profesionales.
Aparte de las que ha publicado en sus libros, muchas de estas recetas han visto la luz en el programa de cocina que tenía hace años David de Jorge, más conocido como Robin Food, en la televisión autonómica vasca. Ahí es donde conocimos esta idea de sopa, un entrante ligerísimo que sirve tanto para entrar en calor en un día frío después de una larga jornada de trabajo como para sorprender a todos en una comida con invitados.
La de hoy es una receta facilísima de hacer, con muy pocos ingredientes, con poquísimas calorías y rica en antioxidantes. Es también una alternativa a las cremas de verduras verdes y a las de calabaza tan populares en esta época otoñal.
Para comer tomates en la temporada otoño-invierno
Aunque la temporada natural de los tomates sea en verano, los cultivos en invernadero nos permiten disfrutar de ellos durante todo el año, aunque puede que en estos meses fríos el cuerpo no nos pida ensaladas ni otros platos con tomates crudos. Esta receta es una buena manera de consumirlos hasta que llegue la primavera. También es una excusa para que aquellos a los que no les hace demasiada gracia el tomate fresco le den otra oportunidad a esta hortaliza tan mediterránea.
Desde el punto de vista nutricional, una ración de esta receta aporta apenas 150 kcal, 3,5 g de fibra, unos 15 g de carbohidratos y tan solo 5 gramos de grasas. Esto es así porque los ingredientes principales que se necesitan para preparar esta sopa son el tomate y la cebolla, hortalizas ambas que poseen un elevado porcentaje de agua.
El toque de sabor, que es el elemento diferenciador de esta sopa, es, según cuenta el chef, un pequeño truco que, además, da un delicioso sabor ahumado al plato. Consiste en incorporar al final queso Idiazábal ahumado. El queso, además, contribuirá a dar una textura más cremosa a la sopa.
Para terminar la crema de tomate y darle un toque fresco y herbal, el chef utiliza albahaca fresca y unos tomates cherry aliñados. Así el resultado es un plato visualmente muy apetecible que puede presentarse en plato sopero para servirlo como entrante o en vasos de chupito, perfectos para el aperitivo.
Una receta que, utilizando la expresión favorita del chef, no hay duda de que tiene mucho garrote.
Ingredientes para hacer una sopa de tomate deliciosa con toque ahumado
- Cebolla, 2 ud
- Ajo, 2 dientes
- Tomate concentrado, 1 cucharadita
- Tomate fresco cortado en dados, 750 g
- Azúcar, 1 cucharada rasa
- Queso Idiazábal ahumado rallado, 50 g
- Sal, al gusto
- Aceite de oliva virgen extra
- Albahaca fresca
- Tomates cherry de colores
Paso 1
Pelamos y picamos finamente las cebollas y los dientes de ajo.
Paso 2
En una olla o en un cazo que sea lo suficientemente grande, calentamos un poco de aceite de oliva a fuego medio y añadimos la cebolla picada. Sofreímos durante unos minutos hasta que esté transparente y empiece a dorarse.
Paso 3
Incorporamos el ajo picado y continuamos cocinando durante 1-2 minutos, removiendo constantemente para evitar que se queme.
Paso 4
Agregamos la cucharadita de tomate concentrado y mezclamos bien, dejando que se integre con la cebolla y el ajo durante un minuto.
Paso 5
Añadimos el tomate fresco troceado a la olla junto con la cucharada rasa de azúcar. Esto ayudará a reducir la acidez del tomate. Revolvemos bien para mezclar todos los ingredientes.
Paso 6
Salamos al gusto, tapamos -si no tuviésemos una tapa, el chef sugiere utilizar un plato- y dejamos que la mezcla se cocine a fuego medio-bajo durante unos 20-25 minutos, removiendo de vez en cuando. Si la sopa se redujese demasiado, podemos añadir un poco de agua para ajustar la textura.
Paso 7
Cuando los tomates estén bien cocidos y la sopa tenga una consistencia espesa, retiramos la olla del fuego y pasamos la mezcla por una batidora o un pasapurés para obtener una textura homogénea y suave. Después, si queremos una sopa más fina, podemos pasarla por un colador.
Paso 8
Añadimos el queso Idiazábal ahumado rallado y trituramos de nuevo para incorporarlo.
Paso 9
Troceamos los tomates cherry en mitades y los aliñamos con aceite y sal.
Paso 10
Preparamos una “mermelada” de albahaca troceando un puñado de hojas, mezclándolas con sal y aceite de oliva virgen extra y aplastando ligeramente hasta tener una pasta de textura algo rústica.
Paso 11
Servimos la sopa en platos individuales o en vasitos y ponemos por encima unos cuantos tomates cherry aliñados, unas hojas de albahaca fresca y unos puntos de la “mermelada” de albahaca.
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