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Celebramos el 19 de marzo o día de San José, el día del padre, en honor a esos héroes sin capa que son los padres. Esos seres que nos educaban con mayor o menor paciencia, tras un largo día de trabajo nos llevaban a la cama cuando nos quedábamos dormidos en el sofá, nos cargaban la mochila del colegio cuando no podíamos el primer día con la pila de libros, o nos ayudaban con los deberes escolares.
Padres dentro de nuestras fronteras, hay muchos, pero si hay alguien que sabe bien lo que es padre, ese es Julio Iglesias. Vástagos reconocidos o no aparte, o implicación en su crianza, el Sr Iglesias cuenta entre sus filas de hijos con ni más ni menos que 8 descendientes, y aunque no sabemos qué tan cocinillas sean, el plato de hoy no requiere de ninguna habilidad especial para prepararlo.
El plato favorito del padre entre los padres es la ensalada Caprese, una ensalada de origen italiano, que no por llamarse “ensalada” lleva lechuga. Consiste en rodajas de tomate y de mozzarella fresca, que se acompañan de unas hojas de albahaca fresca y se aliña de manera sencilla con tan solo aceite de oliva y sal.
Tan simple y rápida de hacer, cobra aún más importancia elegir unos ingredientes de calidad. Buscaremos entonces unos tomates maduros, con todo el sabor, y una buena burrata, o mozzarella de búfala, en su defecto, sin olvidar la albahaca, que debe estar lo más fresca posible y debe tener unas hojas grandes de un color verde bien vivo.
Pero es aún marzo, y el tiempo puede que no acompañe para una ensalada, así que, en homenaje a la Caprese y a Julio Iglesias, se ha preparado su versión para el frío convirtiéndola en una crema de tomate, con topping de burrata y aliño de albahaca.
El trabajo de realizar esta sopa es también mínimo, al igual que en la ensalada Caprese, pues utilizaremos el horno para su cocinado, y este hace todo el trabajo. Llevando los tomates al horno, junto con una cebolla, unos dientes de ajo y una ramita de tomillo, el horno se encarga de intensificar los sabores, mucho más que si se preparan cocidos. Aquí, es igualmente importante, escoger unos tomates maduros y muy rojos, que son más dulces y están más llenos de sabor.
La burrata o mozzarella fresca es lo que más se acerca a la ensalada Caprese, pero se pueden utilizar igualmente bolitas de mozzarella, crema agria o queso de cabra para acompañar esta sopa.
Si gustan las cremas como entrantes o para una cena ligera, siempre sería también muy recomendable preparar la crema de pollo, la crema de nabo y apio o la crema de calabaza y naranja.
Cómo preparar crema de tomate y burrata
Ingredientes
- Tomates maduros, 1 kg
- Cebolla, 1 ud
- Dientes de ajo, 2 ud
- Tomillo,1 rama
- Burrata, 1 u
- Albahaca fresca, unas hojas
- Caldo de pollo o verduras o agua, 300 ml
- Aceite de oliva virgen extra, 4 cucharadas
- Azúcar, 1 cucharadita
- Sal, c/s
Paso 1
Asar las verduras
Paso 2
Cocer las verduras con el caldo
Paso 3
Triturar todo muy bien
Paso 4
Terminar con la burrata por encima
Paso 1
Precalentar el horno a 180 ºC, con calor arriba y abajo. Lavar los tomates y quitarles el pedúnculo. Trocearlos groseramente. Darles un golpe a los ajos con el cuchillo y dejarlos sin pelar. Pelar y trocear groseramente la cebolla.
Paso 2
Colocar los tomates, la cebolla y los ajos directamente sobre una bandeja de horno, con aceite, sal y el tomillo. No hace falta en este caso utilizar papel de horno, pues se humedecerá con los tomates y puede que entorpezca su asado. Asar las verduras durante 30 minutos o hasta que veamos que están bien doraditas.
Paso 3
Mientras, haremos el aceite de albahaca, colocando esta en un vaso batidor junto con 100 ml de aceite y sal. Triturar hasta lograr una salsa verde y que la albahaca haya quedado bien integrada.
Paso 4
Cuando las verduras estén listas, sacar los tomates del horno y pelar los ajos, retirando también la rama de tomillo. Pasar el contenido de la bandeja a un cazo al fuego, aprovechando bien todos los jugos que haya podido soltar el tomate en la bandeja, y añadir el caldo o el agua.
Paso 5
Dejar cocer 10 minutos y corregir, si fuese necesario, la acidez de los tomates con una cucharada de azúcar.
Triturar la sopa y pasar por un chino o colador de malla para evitar las pieles del tomate y sus semillas. Rectificar de sal y pimienta si hiciese falta. Colocar la sopa en los cuencos, y sobre ella, disponer una cucharada de burrata. Aliñar con el aceite de albahaca. Se puede tomar como guarnición con una tostada de pan, con ajo frotado, el aceite de albahaca y sal en escamas.