En esta receta vamos a preparar una crema de verduras de las de toda la vida, pero rehogando la verdura previamente para que esté repleta de sabor y añadiéndole un par de toques que le aportan personalidad y la hacen diferente a cualquier otra.

Ingredientes

  • Cebolleta, 1
  • Puerros, 3
  • Zanahorias, 2
  • Guisantes congelados, 75 g
  • Calabaza, 100 gr
  • Patatas medianas, 2
  • Jamón ibérico, 30 g
  • Caldo de ave
  • Mascarpone
  • Biscotes de pan tostado
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal

Os animo a que probéis esta versión de crema de verduras con picatostes o falsos costrones de pan frito y  acompañada de unos daditos de jamón ibérico, que tan bien sienta para entrar en calor en estos días invernales.

Cómo hacer una crema de verduras con picatostes costrones de pan frito y jamón ibérico

01: Preparamos la verdura de la crema

Limpiamos y pelamos toda la verdura (la cebolleta, los puerros, las zanahorias y la calabaza) y la cortamos en trozos no demasiado grandes, para que así se cocinen más rápidamente.

Añadimos un par de cucharadas de aceite a una olla y agregamos toda la verdura, cortada en trozos más o menos regulares.

02: Pochamos la verdura

Pochamos la verdura con interés, de modo que se rusta y que coja color sin quemarse y sin agarrarse en exceso. Si añadimos sal a la verdura, esta soltará mas rápidamente su agua y aligeraremos el proceso. Del mismo modo, tapar la olla o mantener un fuego relativamente alto e ir añadiendo un poco de agua para que no se carbonice el fondo hará que nuestra verdura se cocine con más premura.

De todas maneras, estas artimañas hacen que la verdura se cueza la vez que se rehoga, con lo que el resultado no es exactamente el mismo. Lo ideal es darle a la verdura el tiempo necesario para que se poche por completo por sí misma, sin atajos de ningún tipo.

03: Añadimos la patata y el caldo y cocinamos

Cuando la verdura esté bien cocinada y haya cogido color, es el momento de añadir las patatas.

Chascamos las patatas peladas y lavadas directamente sobre la olla donde estamos rehogando nuestra verdura, introduciendo la puntilla hasta el centro de la patata y chascándola con el cuchillo hacia arriba, para que así se rompa el poro y suelte mejor su fécula. Chascamos las patatas en trozos no muy grandes, para que así se cocinen por completo más rápidamente.

Rehogamos la patata con la verdura a fuego lento unos minutos. Cuando veamos cómo la patata va tornándose translúcida de fuera hacia adentro, cubrimos con el caldo de ave, 2-3 dedos por encima del nivel de la patata y la verdura.

Salpimentamos y cocinamos a fuego medio la base de nuestra crema de verduras durante 25-30 minutos, o hasta que la patata no ofrezca ninguna resistencia.

Pasado la mitad del tiempo añadiremos los guisantes, que requieren de menor tiempo de cocción y quedarían muy desnaturalizados de añadirlos al principio.

04: Trituramos nuestra crema de verduras

Una vez cocinada la verdura, llega el momento de hacerla crema.

En primer lugar, debemos añadir más o menos agua o caldo dependiendo del espesor que deseemos para nuestra crema.

En segundo lugar, a este tipo de puré de verduras les viene genial el agregarles algún tipo de queso cremoso antes de triturarlas. El mascarpone, el queso de untar o los quesitos aportarán ese plus de cremosidad y suavidad a nuestra crema de verduras.

Por último, si tenéis un batidor de vaso o vaso americano apartado en algun armario u olvidado en una caja, es el momento de usarlo. Estas batidoras emulsionan mucho mejor las cremas y las dejan mucho más untuosas y sedosas que las batidoras de brazo tradicionales. De todas maneras, si trituráis la crema con la batidora normal y luego la coláis, obtendréis un crema igualmente fina y sin resistencias.

05: Freímos nuestros costrones de pan y servimos la crema con ellos junto con el jamón ibérico

Yo como no soy muy fan de los costrones de pan fritos en muchísimo aceite, voy a preparar algo similar pero salteando el pan ligeramente en poco aceite.

Para ello, troceamos unos biscotes de pan tostado gruesos en trozos irregulares. Añadimos a una sartén 2-3 cucharadas de aceite y doramos ligeramente los trozos de pan tostado en él, para que lo chupen por completo y se empapen ligeramente de su sabor.

Picamos un poco de buen jamón en taquitos pequeños y lo añadimos a la sartén. Apagamos el fuego y removemos brevemente para que se mezclen los sabores con el calor residual.

06: Servir la crema de verduras con picatostes

Servimos la crema bien caliente, añadiendo los costrones de pan y el jamón y un hilo de aceite de oliva virgen extra crudo por encima.

Un truco para que la crema quede perfecta

Una cosa importante, que en muchas ocasiones veo que se hace y es un error, es lavar en exceso la patata para este tipo de preparaciones. Si queremos que la patata quede crujiente y suelta, sí es una buena práctica dejarlas en agua durante un tiempo, ya cortadas, para que así pierdan parte del almidón.

Sin embargo, para todo tipo de cremas, guisos con patata u otro tipo de preparaciones en los que queremos que la patata ligue la preparación y aporte cremosidad, nunca debemos mantenerlas sumergidas en agua sin motivo, puesto que perderían el almidón y no trabarían bien el caldo.

Pelamos pues las patatas, las lavamos ya peladas y enteras, para quitarles los restos de tierra y suciedad y ya no volveremos a dejar sumergidas en agua ni a lavar nuevamente tras cortarlas. Solo en el caso en que las tengamos que conservar durante horas será necesario introducirlas en agua muy fría para que no se oxiden ni fermenten, pero si las vamos a usar de inmediato debemos mantenerlas sin agua.

Por otro lado, esta crema queda genial y admite tantas variantes como vuestros gustos o fondo del frigorífico lo permitan. Podéis sustituir, por ejemplo, los guisantes por espinacas, la calabaza por calabacín o podéis agregarle algún resto de otras verduras que tengáis por la nevera, incluso lechuga o bolsas de ensalada que tengáis por ahí un poco perjudicadas.

Además, esta especie de costrones es una buena opción si queremos que nuestra crema cuente con tropezones crujientes y con el sabor del buen aceite pero sin excesos de grasa ni pringar demasiado la cocina.

Una crema sana pero sabrosa, sencilla e ideal para comer ligero durante todo el año.