- Total: 1 h 15 min
- Comensales: 4
Todas las personas que me conocen, aunque sea un poquito, saben que lo tienen bastante fácil (y económico) para conquistarme por el estómago. Hay pocas cosas con las que disfrute tanto, a la hora de comer, como con un buen donër kebab, un dürüm kebab, o en su defecto, cualquier cosa que termine con la palabra kebab.
Ingredientes para 4 panes
- 250g de harina de fuerza o media fuerza
- 15g de levadura de panadería
- 10ml de aceite
- 5g de sal
- 150ml de agua
Como mis amigos están ya hartos de mi y del kebab, casi nunca les puedo engañar para que me lleven a comer este manjar, así que muchas veces hago experimentos en mi casa, para que me salga algo parecido…
Ahora ya no, pero antes era más difícil encontrar este tipo de pan en los supermercados, así que en su momento me enseñé a hacerlo para mis döner caseros, y hoy os lo voy a mostrar a vosotros =)
Preparación
Ponemos a calentar nuestro horno a 250º.
En nuestra mesa de trabajo ponemos la harina, y haciendo un hueco en el centro, vamos echando el resto de los ingredientes.
Poco a poco los vamos mezclando, hasta formar una bola. Sé que todas las harinas no son iguales, así que si veis que os falta más agua o más harina, ponérselo, no tengáis miedo.
Cuando tengamos esta bola, la tapamos con un trapo hasta que crezca el doble (una hora).
Partimos la bola en cuatro trozos, y hacemos cuatro bolas más pequeñas. Amasamos estas bolas para dejar una masa muy finita y circular (o al menos se intenta).
Sin dejarlas reposar, las ponemos sobre la valda del horno, y las introducimos.
En el horno las tendremos unos 7-8 minutos. Cuando veáis que se han hinchado y tienen una altura de 10cm más o menos sacáis los ya, panes y los metéis dentro de una bolsa de plástico. De esta forma, cuando los vayáis a utilizar no estarán secos.
Luego sólo tendréis que rellenarlos con lo que más os guste, y meterlos al horno unos minutitos para tenerlos calentitos.
Resultado
Cómo veis, es una receta facilísima, que os dará unos panecillos con miles de posibilidades dentro de la cocina. Yo siempre tengo alguno por casa, para cuando llego después de estar fuera, tengo pereza y ninguna gana de ponerme a cocinar; me lo relleno con lo que sea y ¡ya tengo cena!