Estas galletas de mantequilla son tan sencillas de hacer que la única habilidad necesaria para elaborarlas es la de saber mezclar ingredientes. No se necesita ningún tipo de utensilio profesional, ni moldes. Tan solo una báscula para pesar cantidades, unas varillas eléctricas (que no batidora) o en su defecto manuales, una espátula y un bol; y tendremos en casa unas galletas cuyo aroma a mantequilla nos recordará a aquellas de la caja metálica redonda de color azul, pero tuneadas a mi manera, con trocitos de jengibre deshidratado y en polvo, que me parece que refrescan y le dan el contraste perfecto a la pesadez de la grasa de la mantequilla. Podéis sustituir éste por pepitas o trozos de chocolate negro, o simplemente no añadirlo en caso de que no os guste.

La única precaución para elaborarlas es haber sacado de la nevera la mantequilla unas horas antes para que esté a temperatura ambiente y así poder trabajar con ella sin que esté dura. Si se os olvida o vais con prisas, el microondas no es un buen consejo para ablandarla, pues tenderá a derretir en exceso la mantequilla quedando líquida de más y perdiendo cuerpo, y aunque se puede probar en la función descongelar a intervalos pequeños, no me hago responsable del resultado si no le tenéis muy bien cogido el punto a vuestro electrodoméstico.

Los pasos, cuando la mantequilla esté en punto pomada, serán añadir el azúcar y batir muy bien con las varillas hasta que la mezcla esté bien cremosa, incorporar el huevo, los trocitos de jengibre seco, el polvo jengibre (o con cardamomo, que funcionaría también muy bien), y la miel. Por otro lado, habremos mezclado la harina de uso común con la levadura química, que incorporaremos a la masa anterior con movimientos envolventes. Y aviso para valientes, un puntito de sal le da otro rollo, si queréis innovar.

Una vez tengamos la masa hecha, puede suceder que, si la temperatura de la cocina es elevada, esta se nos pegue y sea difícil de manejar. Esto es debido al efecto del calor en la mantequilla. Se solventa metiendo la masa en la nevera hasta que sea manejable de nuevo, sabiendo que, si la dejamos mucho tiempo dentro, se quedará dura y tendremos que sacarla y dejarla a temperatura ambiente de nuevo para poder trabajar con ella.

Pellizcaremos montoncitos de nuestra masa, a los que daremos forma de bola y aplanaremos un poco después, y que colocaremos en una bandeja de horno con papel sulfurizado para obtener en unos pocos minutos, el aroma delicioso en nuestra cocina de unas galletas recién horneadas, tiernas en su interior y crujientes por fuera.

Esta masa congela de maravilla, así que se puede hacer la receta al completo (o incluso de más), formar todas las galletas, y hornear únicamente las que vayamos a consumir, congelando el resto, para así ir disponiendo de ellas cuando queramos. Esto mismo pasa en otras recetas de galletas como las galletas de chocolate y café o las galletas de tarta de zanahoria.

Cómo hacer galletas de mantequilla y jengibre

00 galletas

Ingredientes

  • Mantequilla, 170 g
  • Jengibre deshidratado, 15 g
  • Jengibre en polvo, 1 cucharada
  • Azúcar, 180 g
  • Miel, 2 cucharadas
  • Harina de trigo, 370 g
  • Huevo, 1 ud
  • Levadura química (de bizcochos), 2 cucharaditas
  • Sal, una pizca
  • Azúcar para espolvorear, c/s

Paso 1

Batir la mantequilla con el azúcar

Paso 2

Picar el jengibre deshidratado

Paso 3

Mezclar todo menos la harina y luego añadir la harina

Paso 4

Formar bolas, poner azúcar por encima y hornear

Paso 1

Precalentar el horno a 170 ºC con calor arriba y abajo y también con aire. 

Paso 2

Picar el jengibre deshidratado en trozos de fácil mordida. Si os cuesta mucho hacerlo con el cuchillo lo podéis hacer también con una picadora potente, con cuidado de que no quede ni muy pequeño ni hecho una pasta.

Paso 3

Batir la mantequilla a punto pomada junto con el azúcar hasta que empiece a blanquear. Añadir también el huevo y mezclar bien. Incorporar la levadura química y la miel y mezclar bien. 

Paso 4

Añadir por último la harina, la sal, el polvo de jengibre y el jengibre troceado y mezclar. Añadir harina hasta que la masa no se pegue a las manos pero no tiene que estar muy seca. Justo en ese punto en el que notáis que se pega un poco pero que es manejable.

Paso 5

Hacer bolas con la masa y disponerlas en una bandeja apta para el horno, sobre un papel de hornear. Tienen que estar bien separadas porque dentro del horno ensancharán. Añadir un poco de azúcar por encima y llevar al horno durante 10 - 12 minutos. Tendremos que sacarlas del horno cuando los bordes empiecen a volverse color dorado. 

Paso 6

Dejar enfriar completamente antes de tocar porque cuando están calientes, si las tocamos, se desharán por completo.