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Admítelo, tú también eres fan de esa tarta de queso de punta cremosa como la de La Viña en San Sebastián (España) o la de Cañadío, las que crearon escuela, o cualquiera de las mejores de Madrid. Aunque ahora hay una tarta de queso así debajo de cada piedra lo cierto es que muchos siguen siendo completamente adeptos a ellas.
Pero seamos sinceros, ¿va siendo hora de innovar, no? Buscar otro postre - que hay muchos maravillosos que merecen ser homenajeados - o hacer algunos cambios en la tarta de queso para darles otro punto diferente como, en este caso, el del chocolate blanco. Voy a decir la verdad completa, no es que yo sea especialmente fan de esta manteca de cacao dulce pero si vosotros me lo pedís, se hace hasta conseguir calibrar cantidades/medidas.
El secreto para que una tarta de este estilo salga bien reside en tres pilares fundamentales:
- El equilibrio de la grasa de los ingredientes.
- Utilizar quesos que aporten personalidad.
- La temperatura/tiempo del horno. Cambia siempre que cambiéis los ingredientes y también en función del horno de cada uno.
Efectivamente, no hay una fórmula mágica que nos garantice el éxito de todo el mundo porque mi horno es totalmente diferente al de cualquiera de vosotros. Mala suerte. Tendréis que ir probando para calibrar temperaturas y tiempos, bajar y subir la potencia, poner el grill para que se dore... ¡Muchas variables! Aún así, os recomiendo que probéis y encontréis vuestro punto porque sé que cuando lo hagáis os conquistará esta tarta de queso y chocolate blanco. ¿Se puede hacer con negro? Pues claro. Y con un chorrito de brandy, y con especias diferentes...
Cómo hacer tarta de queso y chocolate blanco
Ingredientes
- Mantequilla, 85 g
- Galletas María dorada, 200 g
- Queso crema, 400 g
- Queso Payoyo cremoso, 50 g
- Chocolate blanco, 150 g
- Nata para montar, 200 ml
- Nata para cocinar, 200 ml
- Azúcar, 140 g
- Sal, 1 pizca
- Huevos, 6 ud
Paso 1
Preparar la base de la tarta.
Paso 2
Derretir el chocolate blanco con la nata.
Paso 3
Mezclar todos los ingredientes del relleno.
Paso 4
Cubrir el molde y hornear.
Paso 1
Lo primero es hacer la base de la tarta. Para ello hay que triturar muy bien las galletas por un lado, hasta que se queden como una harina, y derretir la mantequilla por el otro. Yo suelo derretir la mantequilla en el microondas siempre con la tapa puesta y en rondas de 30 segundos, cuidado porque, si os pasáis, explota. Mezclar entonces muy bien la mantequilla con la galleta.
Paso 2
Engrasar las paredes de nuestro molde de 26 cm y poner una hoja de papel sulfurizado (de horno) en la base. Cerrando el molde con ella puesta para que así se ajuste bien. Disponer toda la galleta con mantequilla en la base, aplastando bien con la parte de debajo de una cuchara para que se quede bien compacto y subiendo los bordes ligeramente hacia arriba, para sellar la junta del molde bien. Llevar al congelador durante mínimo 1 hora.
Paso 3
Precalentar el horno a 200 ºC y derretir el chocolate blanco con la nata o bien en un cacillo o en el microondas. Poco a poco y con cuidado porque el chocolate blanco se quema con mucha facilidad. Un truco es verter la nata muy caliente sobre el chocolate e ir removiendo poco a poco y con paciencia, como si se tratara de una ganache.
Paso 4
Mezclar los quesos con la mezcla de la nata y el chocolate blanco, agregar el azúcar, la sal y los huevos. Triturar bien, para que no queden grumos de ningún tipo, y dar unos golpes sobre la mesa para que salga el exceso de aire que se pueda haber metido.
Paso 5
Verter la mezcla sobre el molde congelado y hornear durante 10 minutos a 200 ºC y luego bajar el horno a 180 ºC y hornear 16 minutos más. Retirar del horno cuando al mover la tarta su corazón sigue bailando ligeramente. Dejar enfriar completamente durante 6 horas en una rejilla antes de disponerse a abrirla y cortarla. Es importante que antes de abrir el molde repasemos el borde con un cuchillo o una espatulina para separar bien la tarta del mismo.