Los buñuelos de cuaresma o de viento - se llaman así porque al freírlos se llenan de aire- rellenos de crema son algo laboriosos, resultan muy fáciles de preparar, aunque cada año se abre el debate sobre si rellenarlos o no de crema pastelera, nata o cualquier otra mezcla. Te animamos a hacerlo porque le dará un muy buen punto de jugosidad, melosidad y dulzor que alzará el conjunto.

Ingredientes

Para los buñuelos

  • Agua, 80 ml
  • Leche entera, 40 ml
  • Mantequilla, 60 g
  • Harina de trigo, 75 g
  • Impulsor químico, 1 g
  • Huevos L, 2
  • Azúcar, 8 g
  • Sal, una pizca

Para la crema pastelera

  • Azúcar, 200 g
  • Yemas de huevo, 4
  • Fécula de maíz, 50 g
  • Leche entera, 500 ml
  • Rama de vainilla, 1/2
  • Cáscara de limón, 1 trozo

Paso 1

Hacemos lo primero la crema pastelera mezclando en un cazo apto al fuego las yemas, el azúcar y la maizena hasta que quede una masa compacta pero todo esté incorporado. Ahí tendremos que Ir añadiendo la leche, previamente calentada con la rama de vainilla y la cáscara de limón, poco a poco y acercar al fuego suave sin parar de remover; esto es muy importante para que no queden grumos pero la maizena se cuaje. Nos ayudaremos con unas varillas, a fuego medio durante 3-5 minutos, para que espese pero que no se cuaje. Retirar del fuego y dejar enfríar.

Paso 2

Para los bueñuelos, en primer lugar, añadimos en un cazo la leche, una cucharada de azúcar, la sal y la mantequilla. Cuando se haya derretido todo y empiece a hervir, vertemos la harina de un golpe mezclada con la levadura. Apagamos el fuego.

Paso 3

Removemos la mezcla hasta conseguir una bola homogénea que se pegue sobre la cuchara.

Paso 4

Después, añadimos los huevos uno a uno sin parar de remover con la ayuda de una espátula o cuchara de madera hasta que se incorporen por completo para lograr una masa de buñuelos de viento homogénea.

Paso 5

Hacemos bolas de masa con la ayuda de dos cucharas y las vamos friendo dejándolas caer una cazuela con abundante aceite de oliva suave caliente a fuego medio.

Paso 6

retiramos del aceite a un papel para perder el exceso de grasa y pasamos por azúcar para llenarlos por fuera

Paso 7

Rellenamos los buñuelos con la crema pastelera. Comer cuanto antes

Paso 1

Hacemos lo primero la crema pastelera mezclando en un cazo apto al fuego las yemas, el azúcar y la fécula de maíz hasta que quede una masa compacta pero todo esté incorporado. Ahí tendremos que Ir añadiendo la leche, previamente calentada con la rama de vainilla y la cáscara de limón,  poco a poco y acercar al fuego suave sin parar de remover; esto es muy importante para que no queden grumos pero la fécula de maíz se cuaje. Nos ayudaremos con unas varillas, a fuego medio durante 3-5 minutos, para que espese pero que no se cuaje. Retirar del fuego y dejar enfríar. 

Paso 2

Para los buñuelos, en primer lugar, añadimos en un cazo la leche, una cucharada de azúcar, la sal y la mantequilla. Cuando se haya derretido todo y empiece a hervir, vertemos la harina de un golpe mezclada con la levadura. Apagamos el fuego.

Paso 3

Removemos la mezcla hasta conseguir una bola homogénea que se pegue sobre la cuchara.

Paso 4

Después, añadimos los huevos uno a uno sin parar de remover con la ayuda de una espátula o cuchara de madera hasta que se incorporen por completo para lograr una masa de buñuelos de viento homogénea.

Paso 5

Hacemos bolas de masa con la ayuda de dos cucharas y las vamos friendo dejándolas caer una cazuela con abundante aceite de oliva suave  caliente a fuego medio.

Paso 6

Retiramos del aceite a un papel para perder el exceso de grasa y pasamos por azúcar para llenarlos por fuera.

Paso 7

Rellenamos los buñuelos con la crema pastelera. Comer cuanto antes.

Trucos y sugerencias

Recuerda freír en abundante aceite de oliva suave los buñuelos. Además, si quieres que queden perfectamente crujientes y deliciosos, empieza por poner pocos en la sartén o cazo, ya que de otra forma, el aceite se enfriará y no quedarán como deberían. Los buñuelos pueden ser rellenados de nata montada, crema de chocolate, crema de limón, cabello de ángel, crema de boniato o lo que a cada uno le apetezca.