- Total: 20 min
- Comensales: 4
En esta mousse de limón sin huevo prescindimos de este último ingrediente para su elaboración y así eliminamos los posibles riesgos que acompañan al consumo de huevo crudo, pero logrando de igual manera un sabor delicioso y la textura perfecta de toda mousse: consistente pero muy aireada y muy suave y cremosa. ¡Vamos a ver lo fácil que es prepararla!
Ingredientes para hacer mousse de limón
- Limones, 3
- Nata para montar, 400 ml
- Leche condensada, 250 ml
- Galletas, para servir
- Crocanti de almendra, para decorar
- Hojitas de menta, para decorar
Paso 1
01: Mezclamos la leche condensada con la ralladura y el zumo de los limones
Paso 2
02: Montamos la nata
Paso 3
03: Mezclamos la nata con la mezcla de leche condensada y limón y emplatamos
Paso 4
04: Servimos la mousse de limón sin huevo
01: Mezclamos la leche condensada con la ralladura y el zumo de los limones
Obtenemos la ralladura de los tres limones y los exprimimos para sacar todo su zumo.
Añadimos poco a poco el zumo de limón a la leche condensada y mezclamos suavemente hasta que el zumo se integre con la leche. Repetimos el proceso hasta que todo el zumo de limón se haya mezclado a la perfección con la leche condensada.
Añadimos también la mitad de la ralladura de los tres limones y mezclamos bien.
02: Montamos la nata
Llega el momento de montar la nata.
Previamente introducimos tanto el recipiente en el que vamos a montar la nata como la propia nata de montar en el frigorífico, ya que ambos deben estar bien fríos para que la nata monte fácilmente.
Sacamos tanto el bol como la nata del frío y añadimos toda la nata al recipiente. Comenzamos a montar la nata con las varillas, practicando movimientos enérgicos y continuos para ir incorporando aire poco a poco a la nata y así comience a airearse y ganar volumen.
Batimos la nata con paciencia hasta que esté bien montada y su consistencia sea firme.
Tapamos la mousse de limón y reservamos en el frigorífico al menos dos horas para que adquiera la consistencia y la temperatura perfecta antes de ser consumida.
03: Mezclamos la nata con la mezcla de leche condensada y limón y emplatamos
Debemos incorporar la mezcla de limón y leche condensada a la nata poco a poco para que la nata montada no se chafe y la mezcla siga aireada y no pierda volumen. Para ello añadimos la leche condensada en varias veces, mezclándola con movimientos suaves y envolventes con la nata hasta que ambas preparaciones se mezclen homogéneamente. Seguimos el proceso hasta añadir toda la leche condensada mezclada con el limón.
Una vez hayamos mezclado perfectamente la nata montada con la leche condensada y el zumo de limón ya tendremos lista nuestra mousse de limón sin huevo y sólo nos quedará montar el emplatado.
Si queremos que la mousse de limón sin huevo quede bien chula os aconsejo que la presentéis en vasitos o copas, donde además podremos añadir diferentes capas de otros elementos con texturas crujientes que harán que la mousse quede más bonita y que en boca cada cucharada esté llena de contrastes de texturas y de sabores.
Colocamos en la base de la copa o el vasito una primera capa con las galletas que más nos gusten desmenuzadas con las manos. Añadimos la mousse de limón
04: Servimos la mousse de limón sin huevo
Servimos la mousse de limón sin huevo.
Resultado final
Esta mousse de limón sin huevo se puede preparar con un sabor a limón más pronunciado o menos, dependiendo del gusto personal de cada uno. A mí me gusta que sepa a limón pero que tampoco quede excesivamente ácido, así que yo creo que con las proporciones de ingredientes que os indicamos en la receta se logra una mousse de limón bien equilibrada.
De todas maneras podéis variar la presencia del limón en la mousse fácilmente utilizando un limón menos. Eso sí, os recomiendo que mantengáis la presencia de la ralladura de limón en vuestra mousse porque aporta un aroma y un sabor muy sutil y profundo sin aumentar la acidez de la mousse de manera significativa.
Otro de los secretos para que vuestra mousse de limón resulte sencillamente espectacular es montar adecuadamente la nata para que así quede lo suficientemente aireada para que sea apetecible.
Para conseguir esta textura en otras recetas de mousse de limón se incorporan a la mezcla claras de huevo montadas a punto de nieve, aunque esta receta de mousse de limón sin huevo logra una textura a su altura siempre y cuando sigamos los pasos adecuadamente.
Esta mousse de limón se puede degustar con infinidad de elementos que la realcen y que contrasten con su sabor fresco y su textura suave. Desde unas ricas galletas caseras de buena mantequilla a almendra crocanti u otros frutos secos, pasando por frutos rojos o el ingrediente o topping que más nos apetezca.
Por último, otro de los puntos fuertes de esta mousse de limón sin huevo es su versatilidad. Puede comerse a cucharadas desde el mismo bol, servida en copas o vasitos con diferentes capas crujientes como en nuestra receta o también puede utilizarse para transformar la mousse en otro postre.
Por ejemplo, para convertirla en una tarta, en un molde colocáis una base de galleta y mantequilla (como la de la tarta de queso, por ejemplo) y añadís mousse de limón encima hasta llenar el molde solo tendréis que esperar 8-10 horas a que cuaje y solidifique para tener una tarta de limón fría sencillísima y la mar de rica.
Por otro lado si congeláis esta mousse unas horas conseguiréis un rico helado de limón, aunque si se congela durante mucho tiempo quedará muy sólida y necesitaréis sacarla de congelador unos minutos antes para que adquiera la textura cremosa de un buen helado.