Me encanta ver fotos de galletas perfectas en internet, ya sabéis, esas con dibujitos, mensajes y formas perfectas, hasta he visto unas que parecen de encaje! Pero después de años intentándolo, he tirado la toalla, por lo menos de momento…. No es lo mío, qué le vamos a hacer… Toda mi admiración y envidia de la buena para aquellos a los que le salen esas maravillas…

Pero, por suerte, tengo la receta perfecta para todos a los que les pase lo mismo que a mí, o que no tengan mucho tiempo para prepararlas, porque esta receta básica de galletas de mantequilla y mermelada es rápida y fácil, y salen unas galletas rústicas y preciosas. En casa tienen verdadera pasión por ellas y a los peques les encanta participar en su elaboración, ya veréis por qué.

Preparación de las galletas de mantequilla y mermelada

1: Mezclar los ingredientes

En primer lugar precalentamos el horno a 180°C, porque vamos a tardar muy poco en prepararlas y no necesitan ningún tipo de reposo.

En un bol mezclamos con las varillas eléctricas la mantequilla blandita, el azúcar y el huevo.

A continuación vamos añadiendo la harina poco a poco y seguimos mezclando hasta que quede una mezcla homogénea. Y así en 5 minutos ya está la masa lista.

2: Dar forma a las galletas

Forramos una bandeja de horno con papel de hornear y vamos colocando bolitas de masa del tamaño de una nuez, separadas entre ellas unos 5 cm. Para esta parte del proceso mejor engrasarse un poco las manos con unas gotas de aceite para que no se nos pegue la masa a las manos. Yo me pongo cerca una tacita con un chorrito de aceite y así lo tengo a mano según voy necesitando.

Es una masa muy fácil de manejar y a los peques les encantará hacer sus propias galletas. Son unos expertos en el manejo de la plastilina, así que esta parte es pan comido para ellos. Intentad que queden todas más o menos del mismo tamaño para que se cocinen todas por igual y no queden unas crudas y otras chamuscadas.

Una vez colocadas en la bandeja les hacemos los agujeritos hundiendo un poco la yema del dedo en el centro de la masa. Para esta parte prefiero pasar el dedo por un poco de harina para evitar que se me quede pegada la masa. Al igual que con el aceite en el paso anterior, me pongo una tacita con un poco de harina en la mesa y así pueden ir enharinando el dedo según vayan necesitando. La idea es hacer una especie de nido.

Y finalmente rellenamos el hueco con un poquito de mermelada y listo, puede ser de fresa o de melocotón como las que hice yo, o de cualquier otra que te guste. Mejor que no sea muy líquida para que no se escape de la galleta durante el horneado.

3: Hornear

Las horneamos 20 minutos a 180ºC, hasta que el borde esté solo un poco dorado. En los últimos minutos de horneado hay que estar un poco pendiente, sobre todo la primera vez que las haces, porque cada horno es diferente, y si se te pasan de tostadito quedarán demasiado secas o quemadas.

4: Servir

Con la ayuda de una espátula, las sacamos con cuidado a una rejilla (no tengo una especial de repostería, pero me ha venido muy bien la que venía con el microondas, una de esas para elevar el plato al usar el grill, y que rara vez había usado antes), verás que están un poquito blandas, pero en pocos minutos se enfriarán y endurecerán. Si se da el extraño caso de que no las acabáis el mismo día, os aguantarán perfectamente frescas en una lata o tupper varios días.

Resultado

Unas galletas de mantequilla y mermelada deliciosas y vistosas, de textura delicada y sabor intenso, rápidas y fáciles de preparar, y con ingredientes que solemos tener en nuestra despensa. Son perfectas para postre, para la merienda, para el cole, para la oficina o para regalar en una ocasión especial, éxito asegurado. Se me ocurre que podemos hacer paquetitos utilizando papel transparente y un lacito de colores, o  una cajita de cartón hecha a mano y decorada por los peques, o utilizando alguna plantilla que hay por internet...¡Hay mil opciones !