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Aquí os traemos una versión fácil para hacer las naranjas confitadas para el Roscón de Reyes. Sí que es un poco pronto, pero podemos hacerlas con antelación y congelarlas, y eso que tendremos adelantado para el gran día, porque lo que se dice trabajar no hay que trabajar mucho, pero llevan bastante tiempo de cocción y secado.
Ingredientes
- Naranja grande, 1
- Azúcar, 150 g
- Agua, 250 ml
- Canela, 1 rama (opcional)
Sinceramente, cuando he comprado un Roscón de Reyes con frutas confitadas o escarchadas, lo primero que he hecho siempre a la hora de comerlo es quitárselas porque no me gustan, pero he de reconocer que cuando añadí éstas el año pasado al Roscón casero que preparé nos gustaron a todos, ¡fueron todo un éxito!
Además de quedar bonitas están riquísimas. Con una naranja es suficiente para un Roscón, pero merece la pena hacer de sobra y así aprovechar para hacer un delicioso picoteo dulce bañándolas parcialmente en chocolate negro fundido; puedes ver una foto al final de la galería.
Preparación de las naranjas confitadas
- Lavamos bien la naranja y la cortamos en rodajas de 5 mm.
- Ponemos en una cacerola al fuego el agua, el azúcar y la ramita de canela (si te gusta).
- Agregamos las naranjas y tapamos. Cocinamos a fuego bajo durante una hora y media. Las movemos solo con vaivenes para que no se rompan.
- Sacamos las naranjas del almíbar y las dejamos escurrir sobre una rejilla.
- Dejamos secar las naranjas así de un día para otro a temperatura ambiente. Si queremos acelerar el proceso, las ponemos sobre una rejilla forrada con papel vegetal y horneamos a 100ºC durante 40-60 minutos. La verdad es que yo prefiero terminar en el día…
Resultado
Y ya tienes listas estas deliciosas naranjas confitadas, que podrás utilizar tanto para el Roscón de Reyes, como para adornar o incluir en otros postres, como bizcochos, flanes, etc.
Si no vamos a utilizar toda la naranja confitada en el momento podemos guardar las rodajas en un recipiente hermético cubiertas con el almíbar. También las podemos congelar poniéndolas una encima de otra pero separadas con unos cuadraditos de papel de hornear entre naranja y naranja para que no se peguen entre sí y así poder descongelarlas a medida que las vayamos necesitando.