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En primer lugar, me presento. Me llamo Cris y soy nueva en el mundo bloguero, aunque no tanto en el mundo de la cocina. No soy ninguna experta, estudio una ingeniería, pero desde siempre me ha encantado meterme en la cocina y hacer algo rico para mi familia o amigos, me resulta muy agradable. Una de las cosas que prima generalmente en las cosas que hago es la sencillez, pues no suelo contar con mucho tiempo, pero me encanta disfrutar de la cocina y de la comida casera siempre que puedo. ¡Pero no me enrollo más y doy paso a mi primera receta como Cocinillas!
Ingredientes
- 250g de azúcar
- 1 naranja entera de zumo (con piel y todo)
- 3 huevos
- 100g de mantequilla en pomada o aceite de girasol
- 125g de yogur (puede ser natural o griego, pero a mí me encanta cómo queda con uno con muesli)
- 250g de harina
- 1 sobre de levadura Royal
- Un pellizco de sal
No puedo creer que no tengamos entre el repertorio de recetas el clásico entre los clásicos, el Bizcocho de naranja. Creo que es de los primeros postres que aprendí a hacer, y creo que seguirá siendo mi favorito. Cuando tengo antojo de un dulce, lo primero que pienso es en hacer ésta receta, porque es rápida, está de muerte y deja un aroma por toda la casa que es una delicia.
Preparación
- Primero de todo, ponemos a precalentar el horno a 180º, arriba y abajo.
- Lavar y trocear la naranja y, utilizando un robot de cocina, triturarla lo mejor posible, de modo que los trocitos que queden sean pequeños y agradables cuando nos los encontremos en el bizcocho.
- En un bol grande, mezclar la naranja triturada, el azúcar y los huevos, y mezclar bien hasta que tengamos una masa uniforme y con rico aroma a naranja.
- Después, se incorpora la mantequilla o aceite y el yogur.
- Utilizando un colador, tamizamos la harina con la levadura, de modo que entre más aire en la masa, y la añadimos a la mezcla anterior. Por último, añadimos un pellizco de sal, que potenciará el sabor a naranja (aunque parezca mentira, ¡es esencial no olvidar este paso!).
- Mezclamos usando una espátula o cuchara grande con movimientos envolventes, esto es, intentando crear huecos de aire cada vez que removemos para introducir burbujas que ayudarán a que el bizcocho quede bien esponjoso.
- Elegimos un molde que nos guste, por ejemplo uno de corona o uno de plum-cake, y lo enharinamos ligeramente para evitar que se pegue. Es importante que la masa no sobrepase la mitad del molde al llenarlo, o podría desbordar y manchar el horno.
- Hornear a media altura unos 40 minutos o hasta que, al pinchar el bizcocho con un cuchillo o un palito de pincho moruno, éste salga limpio y sin restos de masa. Esperar a que se enfríe y desmoldar con cuidado.
Resultado
Es un bizcocho superclásico pero que nunca defrauda, en casa es el favorito de todos y es estupendo para desayunar o merendar. Es importante elegir naranjas de zumo, se pueden usar otras como en mi caso, que he utilizado naranja sanguina, pero suelen dar un toque amargo bastante desagradable (debido a la parte blanca entre piel y pulpa), y sin embargo la naranja de zumo es perfecta. Si se utiliza un molde redondo clásico, antes de meterlo al horno, se puede espolvorear una buena capa de azúcar por encima para que, a la hora de hornearse se quede una costra de azúcar que le da un toque crujiente y dulce estupendo. En mi caso, he optado por este molde de silicona que compré en A Loja do Gato Preto, que mantiene la forma genial y se limpia estupendamente, incluso en el lavavajillas, además de ser muy bonito. ¡Que lo disfrutéis!