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Domingo por la tarde. Llueve. Momento perfecto para bizcochear. Definitivamente los domingos lluviosos son un peligro para mi línea, porque no hay nada peor que una tarde aburrida y una mente perversa ávida de dulce.
Ingredientes
- 1 tableta (75 gr.) de chocolate blanco
- 100 gr. de mantequilla o margarina
- 4 huevos
- 60 gr. de azúcar
- 60 gr. de dulce de leche (si no tienes, también vale leche condensada)
- 125 ml. de queso fresco batido (si no tienes, sustitúyelo por 1 yogur natural)
- 200 gr. de harina
- 1 sobre de impulsor químico (“levadura” Royal)
- 1 pizquita de sal
- Pepitas de chocolate (opcional)
Lo de hoy no es una receta, es un pecado capital no apto para los no hipergolosos. Pero si te gusta lo dulce, amig@, hoy es tu día de suerte.
Preparación
Lo primero que haremos, como siempre que hacemos un bizcocho, será precalentar el horno. En esta ocasión a unos 175º (vigila, cada horno es un mundo y tú ya deberías saber si esa es la temperatura ideal para bizcochos en el tuyo)
Lo segundo que haremos será tamizar la harina, el impulsor (“levadura” Royal) y la sal y reservarla para cuando vayamos a necesitarla.
Lo siguiente será derretir el chocolate junto con la mantequilla. Para ello podemos hacerlo o bien al baño maría (un recipiente dentro de un cazo con agua) o bien, más sencillo, al microondas. Ponemos la mantequilla y el chocolate blanco en un recipiente (mejor si es el bol donde vamos a preparar todo el bizcocho para poder ir añadiendo ingredientes sobre ellos) y vamos deshaciendo en el micro “a poquitos”, con paradas cada 30 segundos para remover y evitar que se nos queme.
Una vez tenemos el chocolate derretido, añadimos un huevo, batimos bien (mejor si te ayudas de unas varillas eléctricas) y cuando esté bien integrado añadimos otro huevo. Así hasta añadir los 4. Se añaden de uno en uno, incorporándolos bien antes de echar el siguiente.
A continuación agregamos el dulce de leche (o la leche condensada) y el azúcar.
Seguidamente metemos el dedito en la masa (bien limpio, por favor) y nos lo chupamos (esto es imprescindible para que la receta salga bien :P)
A continuación echaremos la mitad del queso fresco batido o del yogur, lo que tengamos, y batiremos bien. Después echamos la mitad de la harina con impulsor que teníamos reservada y batimos nuevamente. Echamos la última parte de queso fresco batido o yogur, y batimos. Y ya por fin, la última parte de harina y volvemos a batir.
Con todos los ingredientes ya integrados, podemos añadir unas pepitas de chocolate para darle el toque final de “pecaminosidad”.
Vertemos la mezcla en nuestro molde previamente engrasado y horneamos durante unos 30 minutos.
Una vez horneado, dejamos enfriar alrededor de una hora sobre una rejilla y ya lo tendremos listo.
Resultado
Una pequeña maldad que sabe a gloria!!