- Total: 1 h 10 min
- Comensales: 3 - 4
Por fin parece que el otoño está aquí y eso es buena noticia para todos aquellos que disfrutamos como locos de todo tipo de platos de cuchara como los potajes de legumbres, en los que aún nos quedan muchos sabores por descubrir. Porque lo bueno de la época que nos ha tocado vivir, es que no tenemos que conformarnos solo con las recetas tradicionales, sino que tenemos acceso a muchos más ingredientes que nos permiten experimentar e ir un paso más allá con los guisos de toda la vida, como hemos hecho con este curry de langostinos y habitas tiernas que estoy segura de que os va a sorprender.
Ingredientes
- Langostinos blancos grandes, 1 kg
- Zanahorias, 3
- Pimiento rojo, 1
- Cebolla, 1
- Aceite de oliva virgen extra, 4 cucharadas
- Caldo de pescado, 1 vaso
- Pasta de curry rojo, ½ – 2 cucharadas (*)
- Habitas tiernas en conserva, 500 g
- Leche de coco, 400 g
- Sal
Para acompañar:
- Arroz thai o basmati, 2 vasos
- Agua, 4 vasos
- Sal
(*) La pasta de curry es picante, por eso la cantidad va en función de la tolerancia que tenga cada uno al picante. Yo le he puesto 2 cucharadas soperas y ya os aviso que es una cantidad para valientes, así que lo mejor es que empecéis con 1 cucharadita o media cucharada y, a partir de ahí vayáis subiendo hasta dar con el punto que os guste. Porque ya sabéis que, cuando se trata de cosas picantes, lo que para unos es placer para otros es dolor.
Preparación del curry rojo de langostinos y habitas tiernas
En realidad se trata de una receta muy sencilla en la que lo más laborioso, que tampoco es que sea difícil, consiste en pelar los langostinos crudos. Aún así es algo que os recomiendo que hagáis vosotros mismos en vez de comprar langostinos pelados, porque las cáscaras y las cabezas las vamos a utilizar y nos van a dar mucho juego en la receta.
01: Preparar los ingredientes
Por un lado, pelamos las zanahorias, el pimiento rojo y la cebolla y troceamos la zanahoria en rodajas y el pimiento y la cebolla en brunoise o en trozos lo más pequeños que seamos capaces de cortar.
Por otro lado, pelamos los langostinos y reservaremos tanto las colas peladas, que añadiremos al final del guiso para que no se pasen de punto de cocción, como las cáscaras y las cabezas que las usaremos para aromatizar el aceite y dar mucho sabor a nuestro curry rojo de langostinos y habitas tiernas.
02: Aromatizar el aceite
En una cazuela de fondo grueso ponemos a calentar el aceite de oliva a fuego medio bajo y añadimos las cabezas y las cáscaras de los langostinos. Dejamos a fuego suave unos 10 minutos removiendo de vez en cuando hasta que tomen color.
Cuando tengan un bonito color naranja, retiramos cáscaras y cabezas reservando estas últimas y dejaremos el aceite, que ahora tendrá un color naranja intenso, en la cazuela en la que vayamos a preparar el guiso.
03: Preparar el curry rojo de langostinos y habitas tiernas
Ponemos de nuevo la cazuela al fuego y sofreímos la cebolla, el pimiento rojo y las zanahorias con sal al gusto, aunque sin excederse.
Cuando las verduras empiecen a estar tiernas añadimos el caldo de pescado, mezclamos todo bien, lo dejamos a fuego medio unos 5 minutos para que coja temperatura. Añadimos la pasta de curry rojo, disolvemos bien, añadimos las habitas tiernas bien escurridas del líquido de la conserva y la leche de coco, esperamos a que rompa a hervir, bajamos el fuego al mínimo, tapamos la olla y dejamos cocinar durante 20 minutos.
Aprovechamos este momento para poner a cocer el arroz siguiendo las instrucciones del paquete.
Pasado ese tiempo, destapamos la olla, añadimos las colas peladas de langostinos que teníamos reservadas, mezclamos con cuidado de que no se rompan, dejamos un minuto y apartamos el fuego. Solo con el calor residual estarán en su punto en lo que tardan en llegar a la mesa.
04: Servir el curry rojo de langostinos y habitas al estilo tailandés
En esta ocasión he optado por servir este curry rojo de langostinos al estilo de tailandés, es decir, acompañado de una ración de arroz blanco pero servida en un cuenco aparte en vez de poner el arroz en el fondo de un bol y bañarlo con el guiso de curry. Y la verdad es que, si os gusta el curry muy picante, servir el arroz aparte es un acierto, pues este no suaviza el sabor del guiso y, en cambio, nos ayuda a limpiar el paladar del picante cuando nos sea necesario, por ejemplo, antes de beber.
Tampoco he querido desperdiciar las cabezas, que tenían muchísimos corales, así que en el último momento, las he pasado por la sartén con unas gotas de aceite para que estuviesen crujientes y también las he puesto en la mesa. No os imagináis lo buenas que estaban mojándolas en la salsa y rechupeteándolas después.
Notas
Sobre qué es el curry y los distintos tipos de curry que podemos encontrar en la gastronomía asiática ya os hemos hablado.
Aunque no es fácil encontrar todos los ingredientes necesarios para hacer una buena mezcla de curry, afortunadamente ahora sí es bastante fácil encontrar mezclas ya hechas de buenísima calidad, muchas de ellas importadas desde Tailandia.
Casi todas estas mezclas de curry suelen venir en formato de pasta en una bolsa envasada al vacío que viene dentro de un tarro de plástico que, una vez abierta la bolsa nos sirve para guardar el resto de la pasta en la nevera donde se puede conservar durante mucho tiempo. De hecho, si se cubre la mezcla con aceite se conservará no durante mucho, sino durante muchísimo tiempo más.
Se pueden encontrar en tiendas de productos asiáticos, zona gourmet o internacional de supermercados y, lo que para mí es más cómodo, internet, porque suele salir incluso más barato y encima me ahorro el tiempo y el coste del transporte que me supondría acercarme a una tienda física.
En cuanto a las legumbres, este toque thai también le hubiese venido genial si en vez de las habitas tiernas de esta versión rápida hubiésemos utilizado unas fabes verdinas, también conocidas como fabes del marisco, por lo bien que casan con estas delicias del mar. En caso de optar por verdinas, que habremos tenido a remojo desde la noche anterior, estas tendríamos que ponerlas a cocer en agua fría en una cazuela y, a falta de los últimos minutos de cocción, traspasarlas a la cazuela de nuestro curry en el momento en el que se añaden las habitas para que al finalizar, las verdinas estén en su punto.