Esta receta la tengo guardada en mi archivo de recetas ‘de camuflaje’. Son recetas que consiguen que ingredientes que normalmente no gustan a alguien, queden tan bien integrados con otros que se pueda comer el plato sin problema. En este caso el ingrediente a camuflar es el pescado.  A mi pareja no le gusta demasiado y busco formas de cocinarlo para que lo disfrute tanto como yo, que me encanta.

Ingredientes (para 2 personas)

  • 1 bote de pimientos del piquillo en conserva de unos 250 gr (unos 10 pimientos). En mi caso son 7 puesto que 3 los había usado el día anterior para otra receta.
  • 1 lomo de bacalao mediano desmigado
  • 1/2 cebolla picada
  • ½ puerro picado
  • 1 nuez de mantequilla + 2 cucharadas soperas de harina + medio 1 vaso de leche templada para la bechamel
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal si se necesita porque depende de la que contenga de por sí el bacalao.

Los pimientos del piquillo son un buen alimento para camuflar. La mezcla con la que se rellenen puede llevar verduras, carne, pescados y todo lo que se te ocurra puesto que su sabor combina con casi todo. Normalmente los relleno de atún en conserva, pero esta vez decidí probar con bacalao y el resultado me encantó. Os dejo con la receta por si los queréis probar.

 

Preparación

Cubrimos la base de una sartén con aceite de oliva. Cuando esté caliente ponemos a pochar el puerro y la cebolla. Una vez que estos dos ingredientes estén listos, en unos 7 minutos, agregamos el bacalao y dejamos que se dore unos 8 minutos. El lomo que yo usé era congelado. Donde lo suelo comprar vienen al punto de sal, por lo que no tengo que desalarlo, pero siempre lo lavo bien antes de cocinarlo por si acaso la partida del día que compré tiene más de la cuenta.

Una vez cocinado el relleno, reservamos y hacemos la bechamel. No necesitamos mucha cantidad. Primero hacemos la roux, es decir, calentamos en un cazo a fuego medio-bajo la mantequilla y cuando esté prácticamente fundida, añadimos la harina. Removemos bien y vamos integrando poco a poco la leche, mejor templada para que no queden grumos. Aún así, como no todos los días me sale perfecta, confieso que si veo que los grumos son escandalosos, la paso por la batidora y queda perfecta. Por último, salamos al gusto. Le suelo echar nuez moscada, pero en este caso no creo que quedara bien con el bacalao.

Tras hacer la bechamel, incorporamos un poco de ésta en la mezcla de puerro, cebolla y bacalao para que adquiera consistencia y se puedan rellenar fácilmente los pimientos. Y la otra parte la reservamos para hacer una sencilla salsa que recubra los pimientos.

Luego, pasamos a rellenar los pimientos, todos, menos uno, que guardamos para la salsa. Aunque rellenarlos puede parecer algo complicado, no lo es. Los escurrimos bien del aceite donde vienen en la conserva, cogemos uno con una mano y lo abrimos con cuidado y rellenamos con la otra mano con ayuda de una cuchara. Repetimos la operación con todos y los dejamos sobre la bandeja donde los vayamos a servir.

Por último, sólo queda hacer la salsa: ponemos la bechamel reservada en el vaso de la batidora, incorporamos el pimiento y a batir. Se queda una salsa rojiza suave que echamos con cuidado por encima de los pimientos. Se pueden comer así o darles un toque de horno gratinando un par de minutos la superficie.

Resultado

Yo no suelo hornearlos, los tomo así directamente. Y casi siempre los hago para llevármelos al día siguiente al trabajo, quedando igual de ricos si se calientan en el microondas. Aunque para mí son una receta de cabecera, de las de todos los días, su presentación permite que queden muy bien para cuando se tienen invitados. Además, se hacen en poco tiempo. Espero que os gusten.

Tiempo: 30 minutos

Dificultad: 2/5

Digestión: 3/5

Precio: 6 €

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