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Crujiente, refrescante y dulce pero no empalagosa, la sandía es sin duda una fruta reina de los meses de verano en España, pero que ya empieza a llegar en primavera. Aunque normalmente la comamos a mordiscos o simplemente troceada, la sandía tiene muchas posibilidades gastronómicas en la cocina y una de ellas es formar parte de deliciosas ensaladas originales que se salen del sota, caballo y rey de todos los días.
Marinada - probad a sumergirla en salsa de soja durante un rato o envasarla al vacío con salsa de soja - o a la plancha, la sandía toma otras dimensiones siendo el contrapunto perfecto en una ensalada porque te encuentras esa frescura pero también la sensación templada y tostada de la plancha.
Claro que si empleamos en nuestra ensalada dos elementos dulces como son la sandía y el maíz tendremos que elaborar una vinagreta punzante con el ácido marcado pero también balsámica que lo integre todo y nos invite a seguir comiendo. El pollo confitado es otra de las patas importantes de esta ensalada original. Si os gustan las recetas con pollo esta forma de cocinarlo os asegurará que quede extremadamente jugoso y, por supuesto, no sólo vale para esta ensalada, sino que lo podéis emplear para luego regar cualquier tipo de salsa que queráis por encima.
Se me ocurre desde una bechamel hasta una salsa puttanesca o una asiática. Las hojas que posamos debajo de la ensalada pueden ser una mezcla como en este caso pero también podríais emplear espinacas, hojas de acelga, canónigos o rúcula en función de lo que dispongas e incluso también sería un buen añadido el frescor del pepino, que nos acercaría ligeramente a una ensalada griega. Así que ya está claro que salimos de las míticas recetas de ensaladas para adentrarnos en una ensalada original y diferente, llena de matices y texturas nuevas pero que se prepara con muy poco esfuerzo y sin ingredientes raros ni complicados de conseguir.
Cómo hacer ensalada de pollo confitado y sandía
Ingredientes
- Pechuga de pollo, 1 ud
- Aceite de oliva suave, 200 ml
- Mix de lechugas, 150 g
- Sandía, 100 g
- Maíz en lata, 1 ud
- Queso fresco, 80 g
- Salsa de soja, una cucharada
- Sal, c/s
Para la vinagreta
- Aceite de oliva del confitado, 3 cucharadas
- Vinagre balsámico, 1 cucharada
- Azúcar, una pizca
- Vinagre negro chino, 1 cucharadita (opcional)
- Sal, c/s
Paso 1
Confitar la pechuga de pollo.
Paso 2
Saltear el maíz y tostar la sandía.
Paso 3
Preparar la vinagreta.
Paso 4
Ensamblar la ensalada.
Paso 1
En un cacillo pequeño poner el aceite y la pechuga de pollo y calentar muy ligeramente, no debemos superar los 70 ºC. Tapar y dejar confitar durante 30 minutos. El aceite nunca tendrá que hervir, si nos pasamos de temperatura lo mejor es tapar y apagar el fuego. A la mitad del tiempo dar la vuelta a la pechuga.
Paso 2
Limpiar la rodaja de sandía, quitar la cáscara y también las pepitas que pueda tener. Cortar la sandía en porciones de aproximadamente un centímetro de grosor, del tamaño que nos gusten, más o menos anchas.
Paso 3
Saltear los granos de maíz, bien escurridos previamente, con un poco de aceite o de mantequilla a fuego máximo en una sartén. El objetivo es que se sequen bien y se doren ligeramente para que cambien su sabor.
Paso 4
En esa misma sartén, con un poquito de aceite, dorar los trozos de sandía también con el fuego al máximo. Primero por un lado y luego por el otro, dándoles la vuelta con la ayuda de una espátula. Cuando ya estén bien dorados añadir la salsa de soja y dejar que se empapen ahí mismo ligeramente. Añadir un poco de sal y de pimienta negra y reservar.
Paso 5
Cortar el queso fresco en cuadraditos pequeños y disponer una cama de lechuga donde vayamos a emplatar la ensalada. Regar con un poco de aceite y sal.
Paso 6
Escurrir el pollo bien del aceite del confitado y lonchear; veréis que es extremadamente jugoso y tierno.
Paso 7
Preparar la vinagreta mezclando todos los elementos de la misma.
Paso 8
Mezclar el maíz con el queso y las hojas de lechuga y disponer por encima el pollo y la sandía. Regar con abundante vinagreta y servir.