Joaquín Palazuelos Natalia Martínez

Toda celebración navideña es meritoria de un clásico como es el solomillo Wellington. Una receta importada y con historia de lo más resultona en la mesa sin necesidad de demasiadas complicaciones en la cocina. Basta con conseguir ingredientes de calidad y algo de paciencia para conseguir que a todos se les haga la boca agua. 

Ingredientes

  • Solomillo de ternera, 400 g
  • Lámina de hojaldre, 1
  • Jamón ibérico, 75 g
  • Mousse de foie de pato, 60 g
  • Champiñón blanco, 150 g
  • Cebolla, 1
  • Mostaza de Dijon
  • Huevo batido
  • Pimienta negra recién molida
  • Sal
  • Aceite de oliva virgen extra

Cómo hacer un solomillo Wellington

El solomillo Wellington envuelto en hojaldre es una preparación exquisita y no excesivamente complicada, aunque es importante conocer una serie de pequeños trucos para que el resultado sea perfecto. Tomad buena nota del paso a paso porque es una receta ideal para todo tipo de preparaciones y festines, incluidos los banquetes navideños que se nos aproximan.

01: Marcamos el solomillo de ternera

Disponemos de un taco de solomillo de ternera de unos 15-20 cm de largo. Limpiamos bien el solomillo de la grasa y la telilla que lo recubra. Salpimentamos bien el solomillo de ternera por todo su contorno.

Calentamos una sartén ancha a fuego alto y añadimos un par de cucharadas de aceite de oliva. Sellamos brevemente el solomillo de ternera a fuego fuerte y por todas sus caras, incluyendo los laterales. Una vez sellada la carne, la retiramos del fuego y la embadurnamos por completo con una capa de mostaza de Dijon con la ayuda de un pincel de silicona.

02: Preparamos la farsa del solomillo Wellington

En la misma sartén en la que hemos sellado nuestro solomillo de ternera vamos a preparar el relleno o farsa que cubrirá al solomillo de ternera en el interior del hojaldre y que le aportará jugosidad.

Picamos la cebolla en brunoise y la añadimos a la sartén. Rehogamos poco a poco hasta que se poche bien.

Picamos también muy finamente los champiñones y los añadimos a la farsa. Seguimos rehogando el conjunto poco a poco, hasta que tanto la cebolla como los champiñones estén bien cocinados.

A continuación agregamos la mousse de foie de pato y dejamos que se consuma un poco gracias al calor de la sartén. Mezclamos bien la mousse con el resto de la farsa hasta que esté perfectamente integrada y el relleno tenga un aspecto homogéneo.

Retiramos la farsa a una fuente para que se enfríe lo más rápidamente posible.

03: Filmamos el solomillo de ternera con el jamón y la farsa que hemos preparado previamente y lo enfriamos

El siguiente paso para la elaboración de nuestro solomillo Wellington de ternera envuelto en hojaldre es cortar un par de trozos de film transparente y extenderlos sobre nuestra tabla, montando uno encima de otro para que sirvan de base que nos ayude a enrollar la farsa y el jamón en torno al solomillo de ternera.

Extendemos las lochas de jamón sobre el film, posando una loncha sobre otra para que al enrollarse y prensarse formen un todo. Extendemos sobre todo el jamón una capa fina de la farsa que acabamos de preparar en el paso previo y que deberá estar ya fría o a temperatura ambiente. En el centro de esta cama, posamos el solomillo de ternera, ya sellado y embadurnado de la mostaza de Dijon.

Cubrimos el solomillo envolviéndolo por la parte inferior con el jamón ayudándonos del papel film. Seguimos ayudándonos del papel film para hacer rodar el solomillo de ternera hacia adelante, hasta se haya cubierto por completo del jamón y de la farsa.

Una vez llegados a este punto, prensamos bien nuestro rulo de carne para que quede bien compacto . Por ultimo, sujetamos los extremos del papel film y los sujetamos mientras enrollamos el solomillo Wellington, hasta que quede una especie de caramelo con la carne muy sujeta y prensada.

Introducimos nuestro paquetito en el frigorífico durante 15 minutos y posteriormente lo metemos en el congelador otros 15 minutos.

04: Envolvemos el solomillo de ternera en el hojaldre

Extendemos la lámina de hojaldre y colocamos el solomillo de ternera -sin el film- en el centro del hojaldre. Cubrimos el solomillo de ternera con el extremo inferior de la masa, llevándola hacia el extremo superior. Cerramos bien el envoltorio juntando las dos capas de masa.

Ahora podemos retirar ya el sobrante de masa de hojaldre, dejando un par de centímetros por cada costado. Juntamos los costados de la masa y los plegamos sobre los laterales del solomillo Wellington para que la masa cubra al solomillo de ternera en un paquetito cerrado.

Para decorar el solomillo Wellington de ternera envuelto en hojaldre cortamos tiras muy finas del hojaldre sobrante y las vamos disponiendo sobre el solomillo en tiras diagonales, hacia un lado y hacia el otro, hasta formar una malla romboidal que hará que el aspecto de nuestro solomillo Wellington resulte mucho más vistoso una vez horneado.

05: Horneamos el solomillo Wellington

Pincelamos bien con huevo batido todo el hojaldre del solomillo Wellington de ternera, extendiendo el huevo de forma uniforme para que no haya zonas que se doren más que otras. Además, haremos unos pequeños orificios en la parte inferior del hojaldre, para que así el aire pueda salir durante el horneado del solomillo Wellington y el hojaldre no se infle ni se deforme.

Introducimos el solomillo Wellington en el horno previamente precalentado a 200º C. Horneamos durante 25 minutos, vigilando que el hojaldre se dore sin tostarse demasiado.

06: Servimos el solomillo Wellington de ternera envuelto en hojaldre

Una vez haya reposado la carne 5-10 minutos, podremos cortar el solomillo de ternera con la ayuda de un cuchillo muy afilado o de un cuchillo de sierra y servir así este estupendo solomillo Wellington de ternera envuelto en hojaldre.

Resultado final

Como sucede en otras tantas recetas míticas, el origen del solomillo Wellington es incierto. Eso sí, todo parece indicar que esta receta surgió en torno a la figura de Arthur Wellesley, primer duque de Wellington, aunque no se sabe a ciencia cierta si fue él mismo el que la ideó o si surgió como homenaje de su persona.

Quizás el apunte más importante a la hora de preparar esta receta de solomillo Wellington de ternera, aparte del método a seguir para envolver el solomillo con todos los ingredientes, es cómo conseguir que el punto de cocción sea el adecuado. La clave es enfriar muy bien la carne una vez empaquetada y envuelta, con lo que además de compactar el solomillo y su envoltura conseguiremos enfriar el solomillo de ternera lo suficiente para que que el calor tarde más en llegar a su centro durante su cocción. Así, al hornear el solomillo Wellington de ternera los 25 minutos que necesita el hojaldre para estar cocido, el punto de nuestro solomillo de ternera seguirá siendo sonrosado y muy jugoso y no se habrá sobrecocido.

Por supuesto podéis preparar más raciones de solomillo Wellington, envolviendo en hojaldre un trozo mayor de solomillo de ternera o incluso haciendo pequeños solomillos Wellington individuales (cuidado con el punto de la carne si elegís esta última opción). Y, aunque el verdadero solomillo Wellington se prepara usando solomillo de ternera, si vuestras posibilidades o vuestra economía no os lo permiten, bien podéis utilizar un buen solomillo de cerdo, una alternativa mucho más económica pero que queda igualmente muy rica y gustosa.