Normalmente estamos acostumbrados a ver pescados o aves "en costra de frutos secos" pero la realidad es que un entrecot puede ir cubierto igual con un resultado excepcional. Aquí la gracia está en preparar una comida saludable y equilibrada dándole un toque de gracia a los ingredientes que normalmente tenemos a mano. La pieza de carne - que también se podría utilizar un solomillo de cerdo o de vaca o un filete de aguja - es crucial que sea de la mejor calidad posible, algo bastante fácil de conseguir en España ya que tenemos mucho donde elegir, para que esté tierna y sea a la vez sabrosa y que así brille sola en la plancha.

El truco para cocinar el entrecot perfecto

Para hacer el entrecot siempre recomiendo que lo atemperéis previamente, fuera de la nevera, durante 30 minutos ahora en época de calor y un poco más cuando hace más frío, y que después se utilicen sartenes de hierro que permitirán un sellado más crujiente y homogéneo gracias a una mejor reacción de Maillard. La sartén sólo se verá implicada para ese sellado muy rápido a fuego a tope y luego terminaremos el entrecot en el horno, unos minutos, para que la costra de frutos secos se asiente. 

Cuáles son las diferencias entre carne roja y carne blanca

La diferencia fundamental es el contenido y forma de presentación del hierro, ya que las carnes rojas tienen mucha más cantidad de hierro hemo, que es mucho más fácil de asimilar por el organismo, por eso, las carnes rojas se suelen recomendar en estados de anemia.

La carne roja debe su nombre a su color, ya que posee un alto contenido en mioglobina, un pigmento muy rico en hierro. Pero no todo son ventajas, pues también se trata de una carne con más purinas, algo a evitar por quienes deben controlar el ácido úrico. Es mucho más jugosa que la blanca, pero esto es porque su aporte de grasas es mayor, incluido el de grasas saturadas, por lo que abusar de su consumo no es aconsejable y menos aún para quienes tienen el colesterol alto.

En cambio, la carne blanca tiene menos hierro pero las proteínas que aporta son de más alto valor biológico. Es menos jugosa porque apenas tiene grasas saturadas, por lo que es aconsejable para evitar que suba el colesterol y, precisamente, por tener menos grasa es una carne mucho más fácil de digerir que la roja.

Y aunque pueda parecer que la carne blanca es más saludable que la roja, las dos tienen sitio dentro de una dieta equilibrada, siempre y cuando procuremos consumir carne blanca una media de 3 veces por semana y carne roja una media de 4-5 veces al mes.

Cómo hacer un entrecot con frutos secos

Almendras, nueces, avellanas, pistachos, pipas de calabaza...en realidad el mix de frutos secos admite cualquier variedad de éstos en función del toque que le quiera dar cada uno, aquí la libertad es absoluta igual que en las hierbas que se usan para dar un poco de frescor. Perejil en este caso pero también podría ser albahaca, eneldo o incluso cebollino. 

Paso 1

Sacar de la nevera la carne por lo menos 30 minutos antes de utilizarla ahora en verano, quitarle cualquier tipo de envase que tenga, untarla en aceite de oliva y dejar que repose sobre un plato. En invierno serán dos horas las que tendremos que tenerla fuera. 

Paso 2

Mientras tanto, triturar con la picadora los frutos secos con el perejil y el aceite de oliva. No mucho porque no queremos conseguir una pasta sino conservar la textura crocante del fruto seco, que se aprecien los trocitos. 

Paso 3

Precalentar el horno con el grill a 250ºC.

Paso 4

Calentar a sartén a tope, a fuego máximo, durante unos minutos hasta que veamos que humee. Cuando alcance esa temperatura poner el entrecot y sellarlo únicamente, con 30 segundos será suficiente para que se dore por cada una de las caras. Añadir un poco de sal y sacar a un plato. 

Paso 5

Cubrir la carne con una capa de frutos secos e introducirla en el horno durante 5 minutos, para que éstos se tuesten ligeramente. 

Paso 6

Trinchar y servir acompañada de lo que cada uno quiera: alguna salsa, patatas, puré...