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Hace poco probé una receta cuya combinación de ingredientes estaba convencido de que iba a funcionar de maravilla como así fue. Se trataba de este solomillo de cerdo relleno de queso Gorgonzola y pera asado al horno y acompañado de una salsa oscura de carne.
Ingredientes
- Un solomillo de cerdo (500 – 600 g)
- Peras blanquilla, 3
- Cebolla roja, 1
- Queso Gorgonzola, 80 g
- Vino tinto, 100 ml
- Caldo de carne, un vaso
- Almidón de maíz, 10 g
- Mantequilla, 10 g
- Romero
- Sal
- Pimienta negra recién molida
- Aceite de oliva virgen extra
Cómo hacer un solomillo de cerdo relleno de queso Gorgonzola y pera
01: Cortamos y salteamos la pera
En primer lugar, pelamos las peras y las limpiamos retirando el corazón. Reservamos las pieles para aprovecharlas más adelante y cortamos las peras en trozos pequeños.
Ponemos una sartén a fuego medio y añadimos los 10 g de mantequilla. Una vez derretida la mantequilla y antes de que comience a coger color, añadimos los daditos de pera. Salteamos la pera a fuego medio hasta que se dore bien, sin tostarse demasiado y sin cocinarse en exceso.
Reservamos la pera salteada y dejamos que se enfríe antes de rellenar con ella el solomillo.
02: Preparamos la salsa de nuestro solomillo de cerdo relleno de queso Gorgonzola y pera
Por otro lado, en la misma sartén en la que hemos salteado la pera vamos a preparar una salsa muy sencilla y rápida para acompañar nuestro solomillo de cerdo relleno de queso Gorgonzola y pera.
Cortamos la cebolla y la zanahoria en trozos grandes. Añadimos una cucharada sopera de aceite de oliva virgen extra a la sartén que estará llena de restos del caramelizado de la pera y añadimos la cebolla y la zanahoria. Rehogamos la verdura unos minutos hasta que comience a coger color.
En ese momento, añadimos el vino tinto y subimos el fuego. Una vez el vino reduzca a la mitad de su volumen, añadimos las peladuras de la pera que habíamos guardado en el paso previo y agregamos también el vaso de caldo de carne. Cocemos la salsa de nuestro solomillo de cerdo relleno de queso Gorgonzola y pera a fuego bajo durante unos 10 minutos.
03: Abrimos el solomillo de cerdo y lo rellenamos
Toca ahora rellenar el solomillo. Aunque en un principio os pueda parecer un poco difícil, nada más lejos de la realidad.
En primer lugar, debemos limpiar bien la superficie del solomillo de cerdo para así retirar el exceso de grasa que lo recubra. Retiramos toda la grasa cuidadosamente con la ayuda de un cuchillo muy bien afilado, para retirar la mínima cantidad de carne posible.
A continuación, y como el solomillo de cerdo no es perfectamente redondo sino que su forma es ligeramente aplanada, chafamos levemente el solomillo para aplastarlo y achatarlo un poco más. Aprovechando esta forma ligeramente aplanada cortamos el solomillo de cerdo a lo largo por la parte estrecha del solomillo sin llegar al final del mismo. Así abriremos el solomillo en libro formando una pieza lo más ancha y fina posible. Si aún así el solomillo fuese aún demasiado grueso y no estuviera lo suficientemente abierto para rellenarlo fácilmente podemos volver a cortar el solomillo de cerdo desde el medio hacia afuera sin llegar hasta el final y extender el pliegue que acabamos de practicar hacia afuera para tener una especie de filete del mismo grosor.
Una vez tengamos el solomillo de cerdo abierto por completo lo salpimentamos por ambas caras. Colocamos un poco de queso Gorgonzola como base a lo largo de todo el solomillo y sobre él disponemos los daditos de pera que hemos salteado al principio de la receta y que deben estar ya fríos. Por último, colocamos un poquito más de queso Gorgonzola repartido sobre la pera. No os paséis con el relleno para que este resulte equilibrado y podamos también cerrar perfectamente el solomillo más adelante.
04: Cerramos y bridamos el solomillo de cerdo y lo asamos
Cerramos el solomillo de cerdo cubriendo el relleno con la solapa superior e inferior de la carne, presionando bien para que vuelva adquirir la forma previa a haberlo abierto. Debemos tener en cuenta que el relleno no debe asomar por ningún sitio, ya que de ser así este se saldría durante la cocción del solomillo de cerdo.
Bridamos el solomillo de cerdo para sujetar mucho mejor la pieza de carne y evitar que se abra durante el asado. Si no sabéis bridar el solomillo de cerdo os recomiendo que echéis un vistazo rápido a esta entrada en donde os lo explicamos detenidamente:
Sellamos el solomillo de cerdo relleno de queso Gorgonzola y pera en una sartén o cazuela ancha lo suficientemente grande para que nos entre el solomillo. Una vez sellado, introducimos el solomillo en el horno previamente precalentado, ya sea en la misma cazuela o sartén o en otra bandeja si no fuera posible lo anterior. Asamos el solomillo de cerdo durante 15 minutos a 200º C.
05: Reposamos el solomillo de cerdo mientras terminamos de preparar la salsa
Dejamos reposar 10-15 minutos el solomillo de cerdo relleno de queso Gorgonzola y pera en un plato para que tanto sus jugos como el relleno se asienten y no se desparramen estos al cortarlo en rodajas.
Para terminar la salsa cogemos el recipiente en el que hemos asado el solomillo de cerdo (que estará muy caliente) y desglasamos el fondo colando la salsa sobre él, de modo que todos esos caramelizados vayan a parar a la salsa.
Para dar cuerpo a la salsa, disolvemos el almidón de maíz en un poco de agua fría y añadimos esta mezcla a la salsa una vez esté hirviendo. Cocinamos la salsa hasta que adquiera el espesor adecuado.
Cortamos el solomillo de cerdo relleno de queso Gorgonzola y pera con un cuchillo muy bien afilado, para que el filo corte limpiamente la carne sin necesidad de presionar y así el relleno no se aplaste.
06: Servimos el solomillo de cerdo relleno de queso Gorgonzola y pera
Servimos el solomillo de cerdo relleno de queso Gorgonzola y pera con su salsa y con unas hojas de romero sobre el solomillo ya emplatado.
Resultado final
El resultado final de esta receta es sencillamente espectacular. La suavidad y la nobleza de una carne como el solomillo de cerdo resulta funcionar de maravilla con una combinación de ingredientes tan singular como acertada: la del dulzor de la pera contrastada con la intensidad del queso Gorgonzola.
Receta buena, bonita y barata que nos permite comer un producto tan común como el cerdo de una manera distinta, sin necesidad de complicarnos preparando mil y una elaboraciones pero llevando a la mesa un plato a la altura de las ocasiones más señaladas.