Cocinaremos hoy conejo guisado con almendras, un fruto seco que acompaña muy bien a este tipo de guisos, y además le daremos nuestro toque particular añadiendo un toque de canela y de hierbas provenzales, una mezcla de hierbas aromáticas que evocan al monte y a la naturaleza más pura y que combinan de maravilla con carnes como la del conejo.

Ingredientes

  • Conejo, 500 g
  • Cebolleta, 1
  • Dientes de ajo, 2
  • Puerro pequeño, 1
  • Vino blanco, 200 ml
  • Almendras, 40 g
  • Canela en polvo, 5 g
  • Hierbas provenzales, 1 c. sop.
  • Harina de trigo
  • Caldo de ave
  • Perejil picado
  • Sal
  • Pimienta negra recién molida
  • Aceite de oliva virgen extra

Cómo hacer un delicioso conejo guisado con almendras

01: Troceamos y marcamos el conejo

Troceamos el conejo en trozos grandes (como si troceáramos el conejo entero en 12 partes). Salpimentamos generosamente el conejo por ambas caras.

Para enharinar la carne del conejo lo más práctico es coger una bolsa de estas de congelado que tenemos todos por casa y añadir 3-4 cucharadas soperas de harina de trigo. Introducimos los trozos de conejo ya salpimentados en el interior de la bolsa junto con la harina y la cerramos con la mano o con el cierre zip, para que no pongamos toda la cocina perdida de harina.

Una vez cerrada la bolsa, la movemos bien para remover perfectamente su interior y que el conejo se enharine por completo fácilmente. Una vez enharinado el conejo, lo sacamos de la bolsa y lo posamos sobre un plato, aplaudiendo bien la carne previamente para retirar el exceso de harina y que la capa que cubra al conejo sea lo más fina posible.

Un una cazuela ancha y baja o en la olla en la que hayamos decidido cocinar nuestro conejo guisado con almendras comenzamos añadiendo 4-5 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra. Añadimos los trozos de conejo enharinado cuando el aceite esté bien caliente y dejamos que se selle por cada lado durante 4-5 minutos a fuego medio-alto, o hasta que esté bien marcado y dorado por todos sus lados.

Retiramos el conejo y reservamos.

02: Sofreímos la verdura

Pelamos y picamos los ajos y los añadimos a la cazuela en la que hemos marcado el conejo. Como siempre, si el aceite en el que hemos dorado la carne está quemado por la harina que se desprende de la carne deberemos de sustituirlo por otro nuevo.

Una vez el ajo empiece a bailar y justo en el momento en el que comienza a coger un poco de color añadimos la cebolleta y el puerro, también picados en brunoise. Rehogamos la erdura poco a poco durante 15 minutos aproximadamente. Una vez haya comenzado a pocharse, salamos ligeramente.

03: Hacemos la picada y la incorporamos al guiso junto con los ingredientes restantes

A continuación, majamos las almendras con la canela en polvo hasta obtener un polvo fino. Añadimos un poco de caldo para mezclarlo con la picada y así poder añadirla fácilmente a nuestro conejo guisado con almendras.

Una vez la cebolla y el puerro estén bien rehogados, añadimos el vino blanco y subimos el fuego. Reincorporamos el conejo previamente marcado a la cazuela y dejamos que se evapore el alcohol antes de añadir el caldo al guiso.

Añadimos la picada al guiso de conejo y mezclamos todos los ingredientes.

04: Cocinamos el conejo guisado con almendras

Cubrimos entonces el conejo con caldo de ave. Una vez arranque a hervir, probamos y rectificamos de sazón. Añadimos a continuación las hierbas provenzales y ponemos el guiso a fuego medio-bajo.

Cocinamos nuestro conejo guisado con almendras a fuego suave durante 50-60 minutos, hasta que la carne esté bien tierna y suave y se separe fácilmente del hueso.

Antes de emplatar, añadimos el perejil picado y guisamos el conejo con almendras con él unos 5 minutos más. Rectificamos el espesor de la salsa hasta que esté en el punto deseado.

05: Una vez listo, servimos el conejo guisado con almendras

Servimos el conejo guisado con almendras con un buen trozo de pan al lado… ¡Esta es una de esas recetas de ‘toma pan y moja’!

Resultado final

Todos conocemos las bondades de la carne de conejo después de la labor promoción por parte del gobierno y del sector cunícula español en los últimos años pero, ¿por qué esta carne sigue sin introducirse en nuestra dieta a la altura de otros cortes de otro tipo de carne?

Por muy sana y magra que sea la carne de conejo es cierto que tiene ciertas particularidades que parece que no terminan de convencer al público. Quizás sea que cuenta con mucho hueso y poca carne, o que su sabor resulta un tanto insípido. O puede simplemente que, como su modo de cocción se limita prácticamente a hacerlo guisado (aunque se puede asar y freír también), la gente termine optando por otros tipos de carne en los que contamos con cortes distintos que se adaptan a todo tipo de necesidades y de preparaciones.

Seguro que como ocurre con todo, el arraigo de ese tipo de carne en la sociedad (la falta de arraigo en este caso) tiene mucho que ver con la dificultad que tiene la carne de conejo en entrar en nuestro mercado. De todas maneras, todo es ponerse a probar a cocinarlo. Os aseguro que, bien preparado, el conejo puede estar exquisito: las piernas de conejo asadas y lacadas con un unte sabroso a base de mostaza y otras especias están sabrosísimas, mientras que las costillas de conejo bien fritas y aderezadas pueden ser un aperitivo genial. Todo es cuestión de darle el enfoque adecuado y saber las particularidades de la pieza que estamos preparando para sacarle el mayor partido posible.

Este conejo guisado con almendras es un guiso muy sencillo y elemental que, sin embargo, queda delicioso, con un sabor muy suave y una salsa con cuerpo y un toque provenzal que hará deleitarse a los paladares más exigentes. No desaprovechéis un producto excepcional como es el conejo, una carne buena, sana y económica a la que todos debemos tener más en cuenta.