Los Vinos de Alicante están de moda. Y uno de los factores que están haciendo que triunfen son sin duda la excelente calidad-precio que presentan. Pero también el reinado de la monastrell.

En Alicante, hasta la bodega más pequeña cuenta con un vino excelente. Y esa calidad es capaz de granjearles la fama que la DOP Vinos Alicante comienza a acaparar. En esta zona, el vino siempre ha estado. Pero no siempre se ha conocido y descubierto. En los últimos años ha emergido con un potencial enorme. Y el público se ha lanzado a descubrirlos.

Los vinos de Alicante son ante todo mediterráneos, pues el clima y el mar los condiciona mucho. Los suelos son especiales. Especiales en su pobreza. Suelos de secano y pura cal, difíciles para la vid, que saca siempre lo mejor en los terrenos más hostiles.

Estas características del terreno dan lugar a unos vinos muy afrutados y maduros, pero con toques frescos y muchos matices. De este modo, la vid se expresa con un amplio rango en los Vinos de Alicante.

La estrella es la monastrell

Pero si hay una estrella en estas latitudes, esa es la monastrell. Variedad mediterránea donde las haya y redescubierta en los últimos años. La monastrell da su personalidad también a los vinos de Jumilla que, como los de Alicante, cada vez son más valorados. Esta uva autóctona es la que, a día de hoy, sirve para buscar una diferenciación, una razón de ser.

Es una variedad “excelsa”, a juicio de Eladio Martín Aniorte, gerente del Consejo Regulador de la DOP Vinos Alicante, a la que se suma “el exquisito moscatel”.

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“Ambas variedades son muy diferentes, de comarcas también muy diferentes. Noche y día. Mar y Montaña. Hombre y mujer. Es algo así”, explica. “Y en esa dualidad está nuestra razón de ser”, detalla el gerente de la DOP Vinos Alicante.

La variedad monastrell está principalmente enclavada en el Vinalopó, al sur de la DOP. A día de hoy supone el 75% de la producción de la denominación. Tiende a producir vinos tánicos que pueden tener un alto contenido de alcohol. Y el viticultor tiene mucho que decir en el resultado del vino resultante.

Una variedad difícil de cultivar

De hecho, la monastrell no es una variedad fácil de cultivar. A veces caprichosa, prefiere que le dé el sol por arriba y el agua por debajo. Necesita una meteorología muy cálida.

En cuanto al agua, no le gusta la abundancia. Y quizá por eso triunfa en esta zona, donde el agua es un bien escaso.

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Sin duda, se trata de una variedad también muy asociada al mediterráneo. Está detrás de vinos de un fuerte color violeta oscuro, con capa alta. Sus racimos recogen muchas de las horas de luz de las que goza esta región.

Su tamaño es mediano pero muy compacto y fuerte. Esto también le permite aguantar mucho las horas de sol.

El Fondillón, un vino único

De hecho, las condiciones de sequía de la región la han hecho fuerte y densa, con un gran poder aromático y versatilidad para realizar vinos monovarietales o en coupages. También produce vinos de licor y el Fondillón ya que puede sobremadurar en la cepa en condiciones adecuadas y debido a su carga de azúcar.

El Fondillón es un tipo de vino de Alicante único en el mundo. Sus principales virtudes son que procede de la sobremaduración de la uva monastrell en la cepa. Se produce en determinadas vendimias gracias al largo verano y a la poca humedad y la limpieza del ambiente que se produce entre octubre y noviembre.

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Estas condiciones pueden alargar el ciclo de vida de la uva monastrell, ya de por sí tardío, hasta estas fechas. Otra de sus singularidades es que el alcohol procede exclusivamente de la uva. El mínimo de alcohol permitido es de 16º.

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